Ricardo Fenton introdujo un sistema de cría de origen australiano que permite lograr objetivos tradicionalmente considerados contradictorios: producir carne y lana fina de óptima calidad
ESTANCIA MONTE DINERO, Santa Cruz.- Desde este rincón de 26.000 hectáreas, lindante con el Estrecho de Magallanes, hace pocos años empezó a expandirse una nueva ganadería ovina. Ricardo Fenton, quinta generación de una familia que hizo punta en los cambios tecnológicos aplicados a la cría de ovinos doble propósito, llegó de Australia convencido de que debía transmitir a los productores de la región lo que había aprendido del otro lado del mundo. Ya su abuelo pensaba que el intercambio de información era más fructífero que la mezquina reserva.
Ricardo trajo bibliografía, la tradujo y organizó días de campo para mostrar lo que consideraba una revolución en la actividad. El salto que propondría iba a cuestionar "los dogmas" a los que adhirieron productores y técnicos desde hace décadas. En principio, quienes difunden el sistema de cría Soft Rolling Skin (SRS) aseguran que no hay contradicción entre producir lana fina de excelente calidad y carne ovina.
"Es como cambiar de anteojos y ver un panorama diferente", grafica Fenton. "En cinco años he visto progresos que no parecían posibles. Cuando dejamos los sistemas de selección por índices los carneros andaban en 23/23,5 micras, con un 64% de rinde, hoy están en 20,5 micras con un 70/73% de rinde, sin haber modificado su peso de vellón, y con un mayor peso corporal. Por otra parte, la incorporación de razas carniceras en una raza lanera es fascinante", explica.
Señales que preocupan
Varias razones lo motivaron a importar esta tecnología de manejo de reciente generación y provocar un quiebre en las tradiciones ganaderas. En su opinión, si bien el sector se repone de la crisis de la década pasada debido a la recomposición de los precios internacionales de la lana y de la carne, y a una mejor situación macroeconómica del país, el mercado de fibras muestra señales que no permiten quedarse muy tranquilo.
"La lana ha perdido terreno en el segmento de fibras que se utilizan para prendas y artículos de uso masivo. El algodón y los sintéticos la reemplazan con ventajas: son más baratas, no pican, son más livianas y toman mejor el teñido. De manera que la lana está redefiniendo su nicho", acota Pablo Borrelli, gerente general de OVIS XXI, consultora licenciataria de SRS para América del Sur, firma que cofundó con Ricardo Fenton.
El ganadero explica que el peso de las telas ha disminuido a menos de la mitad en las últimas décadas, de manera que las lanas cruza fina (de más de 26 micras) han quedado desplazadas del mercado de la indumentaria, situación que se refleja en la diferencia de precios en favor de las lanas más finas y de alta performance en el proceso industrial.
"Si uno quiere salir del commoditie y alcanzar el nicho de las fibras de lujo para la confección de prendas de alta calidad tiene que ofrecer lo que quiere el consumidor", dice Fenton. Claro que no es fácil llegar a esa categoría en la que se compite con fibras sintéticas, en las que cada año se vuelcan enormes inversiones para el desarrollo de nuevos productos, o con fibras naturales como el cashemere o la alpaca.
Por estos motivos Fenton buscó las herramientas para redefinir lo que se considera hoy un animal doble propósito. "Los australianos consideran que para ser competitivo en lana tenés que estar por debajo de 21 micras; en la producción de carne, los ganaderos neocelandeses superan el 135 por ciento de señalada mientras que los Corriedale de acá, en las mejores condiciones, alcanzan entre el 80 y el 110 por ciento de señalada".
Ya su abuelo, en los años sesenta, apoyado en el asesoramiento de genetistas, desarrolló la raza Corino, con la intención de mantener la producción carnicera del Corriedale pero afinar las lanas. Entonces se veía que las lanas Merino más finas, suaves y versátiles alcanzaban marcadas diferencias de precios. "Creían que se había vuelto loco", recuerda Fenton. Su abuelo logró progresos en los primeros cuatro años. Después llegó a un techo. "Podemos decir, con cierta libertad, que la genética cuantitativa funciona en la producción de carne pero no en la lanera. Tenemos 25 años de experiencia para afirmarlo", agrega.
Base científica
El sistema de cría SRS se basa en los conocimientos sobre la biología de la piel de los animales con vellón. Los australianos Jim Watts y Ken Ferguson diseñaron un sistema de selección teniendo en cuenta que la densidad y finura del vellón están asociadas a pieles finas y lisas (por el contrario, los animales de pieles arrugadas y gruesas -según pudieron comprobar- normalmente tienen folículos primarios más gruesos y baja densidad).
Para lograr lanas SRS ("que se diferencian de las tradicionales por su aptitud para el procesamiento y la confección de prendas de alto valor") se seleccionan animales cuyos altos niveles de densidad y largo de fibras son indicados por las agrupaciones que componen los vellones.
"En la producción de lana siempre se prestó atención al producto y no a la fábrica, que es la piel", explica Fenton.
La ventaja principal de esta propuesta -admiten quienes la promueven- es que es posible aumentar el peso del vellón y al mismo tiempo reducir el diámetro de las fibras, objetivos que usualmente fueron considerados contradictorios.
"Mientras que un animal tradicional tiene en promedio unos 55 folículos de lana por milímetro cuadrado de piel y un crecimiento anual de lana de 70-90 milímetros, los animales SRS tienen al menos 85 folículos por milímetro cuadrado y fibras de al menos 120 milímetros. Los animales tradicionales tienen un vellón con mechas marcadas, mientras que los animales SRS muestran agrupaciones (grupos de fibras que crecen perfectamente alineadas). Las lanas SRS se distinguen por tener un rizo amplio y profundo, color blanco y un lustre llamativo", detalla Borrelli.
En Australia, Nueva Zelanda, Argentina y Chile se producen por año un millón de kilos de lana SRS, de los cuales 25.000 kilos son de diámetro inferior a 16 micrones. Estas fibras se destinan a los segmentos más sofisticados de la industria textil.
Un nuevo estándar de las razas doble propósito: constancia en la innovación
La familia Fenton no aflojó nunca a la presión tecnológica. Fue pionera en la introducción de la esquila preparto, en el estudio de pastizales y la producción de lanas más finas sin perder calidad de la res carnicera ni fertilidad.
Buen vellón y carcasa carnicera de calidad
En lo que se refiere a producción de carne, los animales SRS son seleccionados mediante parámetros objetivos, utilizando el sistema Lambplan, de Meat & Livestock.
"Se ha demostrado que los ovinos Merino SRS, con vellones de alta calidad, pueden tener también características excepcionales en cuanto a producción de carne y fecundidad. Esto permitió a los cabañeros australianos que adhieren al sistema generar una nueva raza: el Merino Australiano de Carne, que establece un nuevo estándar de las razas doble propósito", explica Pablo Borrelli.
Según el especialista, estos animales son capaces de producir seis kilos de lana de menos de 20 micrones, al mismo tiempo que logran señaladas superiores al 120 por ciento y corderos con una velocidad de crecimiento y calidad de carcasa comparables a las de las razas terminales, como Texel o Suffolk.
El país tiene una cuota de 23.000 toneladas en la Unión Europea -de las cuales sólo cubre el 26 por ciento-, "pero no realiza los esfuerzos necesarios para lograr fecundidad y calidad de carcasa en las majadas, aspectos que definen el costo por unidad de producto y la competitividad de la producción", apunta Borrelli.
OVIS XXI: capacitación y asesoría técnica
Una red de productores y profesionales del sector
En junio de 2003, Ricardo Fenton y Pablo Borrelli promovieron la creación de la empresa OVIS XXI, una consultora licenciataria de SRS que trabaja en red bajo protocolos de calidad y ofrece asesoramiento en planificación de negocios, manejo de pastizales naturales y mejoramiento genético, servicio de clasificación y material genético.
El sentido de trabajar en red es lograr volúmenes de productos de calidad superior e instalar un proceso de capacitación e intercambio de experiencias inédito para el sector, según sostienen sus promotores.
Por otra parte, la empresa desarrolló un contrato de aprovisionamiento de lanas con la industria, que permite que el productor se integre a la cadena de valor y reciba mejores precios por su lana diferenciada. "A través de contratos firmados directamente con industriales, este año se obtuvo el récord absoluto de precio para lanas en toda la temporada: 5,7 dólares para lanas SRS de 18,9 micras y 71% de rinde", apunta Borrelli.
OVIS XXI ofrece baterías de carneros para el servicio de inseminación en fresco desde Coronel Pringles hasta Tierra del Fuego y Punta Arenas. El proyecto global prevé inseminar 80.000 vientres en 2005, lo que permitirá avanzar a toda marcha para lograr las calidades de carne y lana que propone SRS, anticipa Borrelli.
La empresa provee, además, el servicio de ecografía para la detección de ovejas melliceras y para la evaluación de carneros por su aptitud carnicera, de acuerdo con los protocolos de Lambplan, de Australia.
Resistencia
La difusión del sistema de cría SRS enfrenta la resistencia de los ganaderos tradicionales y de quienes reciben subsidios públicos para sus programas de investigación y desarrollo. Los promotores de la firma australiana "trataron de instalar esta tecnología en Sudáfrica y en Nueva Zelanda, países muy tradicionales en materia de producción ovina, y se enfrentaron con la resistencia de los ganaderos", cuenta Fenton. En el caso de Australia, hay muchos intereses encontrados por la distribución de fondos del Estado.
En la Argentina, si bien las asociaciones de criadores muestran cierta desconfianza a este cambio, la red de OVIS XXI involucra hoy a siete cabañas y a 45 productores comerciales distribuidos en ocho unidades de negocios (Punta Arenas, Río Gallegos, Ingeniero Jacobaci, Esquel, Comodoro Rivadavia, Trelew, General Roca y la región pampeana). Este año, 7 de los 48 carneros individuales expuestos en la exposición ganadera de Comodoro Rivadavia eran hijos de cabañas SRS o ex SRS.
"No importa cuál sea la escuela de pensamiento. Las lanas suaves, blancas, de rizo amplio y largas le gustan a la mayoría. Varias cabañas se declaran escépticas o contrarias al sistema SRS pero mientras tanto usan su genética en los planteles, lo cual revela su verdadera opinión. Tal vez no sea aventurado pensar que en diez años será difícil ver un carnero de tres pecheras en una exposición rural", evalúa Borrelli en el último boletín de la empresa.