Más de 500 agricultores y ganaderos se concentraron en Armstrong para protestar por las restricciones a las exportaciones de carne, maíz y trigo; hubo cuestionamientos a la Mesa de Enlace
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ARMSTRONG.- Bajo un sol bravo, sin una sombra en varios kilómetros a la redonda, más de 500 productores autoconvocados se reunieron hoy en la intersección de las rutas 9 y 178, cerca de Armstrong, Santa Fe, para expresar su malestar contra las últimas medidas del Gobierno y la “parálisis” de la oposición. También reclamaron a los integrantes de la Mesa de Enlace que estuvieron presentes que muestren “los dientes” frente a un año que va a ser complicado, más allá de la coyuntura política, por una sequía que golpea con dureza al sector.
La asamblea arrancó cerca de las 10.30, casi dos horas después de la hora de la convocatoria. “El miedo al Covid provocó que muchos tuviesen miedo de venir”, admitió Federico Proietti, de la Sociedad Rural de Bell Ville, Córdoba, otro de las zonas que junto con Armstrong son las que más se movilizan por reclamos del sector.
Esta protesta, impulsada por grupos de autoconvocados de Santa Fe y Córdoba, con el apoyo de sociedades rurales de base, no tuvo la convocatoria de la concentración que se realizó el 9 de julio pasado en un campo cerca de San Nicolás. El intenso calor y un enero que tiene a muchos dirigentes contagiados provocó que la protesta tenga menor cantidad de asistentes, aunque las consignas de los reclamos fueron claras: el Gobierno debe dejar pisar al sector agropecuario.
Las últimas medidas que lanzó el Gobierno, como la prohibición a exportar siete cortes de carne y los cupos para vender al exterior trigo y maíz, fueron una vez más la gota que rebalsó el vaso. “Todos queremos producir y exportar más, pero en estas condiciones es imposible”, afirmó Leonardo Alassia, productor ganadero y tambero de Rafaela.
Los representantes de las entidades que conforman la Mesa de Enlace se sumaron a la protesta. Sentados en un escenario escucharon las demandas de los productores Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) y Carlos Achetoni, titular de la Federación Agraria Argentina (FAA). Las críticas de los productores fueron duras.
Otra vez, la dirigencia agropecuaria se vio superada por las bases, encarnadas en grupos de autoconvocados, como los de Armstrong, Bell Ville y el norte bonaerense, que son los que desde los últimos años marcan la agenda de los reclamos al costado de las rutas, lejos de los despachos y los escritorios.
Los reclamos se centraron en las últimas medidas que lanzó el Gobierno, algo que se repite en cada asamblea de autoconvocados. Pero en esta oportunidad hubo fuertes autocriticas y cuestionamientos a la dirigencia de la Mesa de Enlace, a la que pidieron ser más combativa, y también a la oposición. “Sólo protestamos cuando nos aprietan los zapatos”, planteó Martín Vivanco, productor del norte de Buenos Aires.
Juan Monín, productor del norte del país, afirmó: “es la hora de mostrar los dientes”. Y les pidió a los dirigentes de la Mesa de Enlace: “Ustedes convoquen, que de la calle nos ocupamos nosotros”.
Tensión
Achetoni reconoció que lo que hace falta es “unidad”. “Dicen que somos tibios. Yo no me vendo ante nadie. Hay que golpear las puertas del Congreso para exponer lo que necesitamos. Pero todos juntos tenemos que hacerlo”, apuntó. “Sólo el 8 por ciento de los productores está agremiado. No vale la pena sacarnos el cuero uno al otro, porque eso quiere el Gobierno”, agregó.
La tensión escaló durante los últimos días en el campo. Por un lado, las medidas que estableció el gobierno nacional colaboraron en caldear aún más los ánimos, como la prohibición de exportar siete cortes de carne vacuna por dos años, anunciadas el lunes pasado, y los cupos para las ventas al exterior de trigo y maíz, y la intención de instrumentar un fideicomiso.
“Las retenciones no rigen más desde el 31 de diciembre cuando cayó la ley de emergencia. Como no se aprobó el Presupuesto, la ley no está vigente. Tenemos que reclamar a nivel judicial que no haya más retenciones”, propuso Nicolás Pino, titular de la SRA.
La estrategia del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, de tratar de tender puentes con las entidades agropecuarias fue a contramano de lo que se buscó. Generó aún más malestar, por fuera del contexto de las medidas, la incorporación al gobierno de dirigentes cercanos a las entidades agropecuarias, como la designación del coordinador económico de CRA, Matías Lestani, como secretario de Agricultura y haber sumado como secretario de Alimentos al santafesino Luis Contigiani, un exdiputado con lazos históricos con la FAA.
Esta situación provocó que la protesta que ya estaba agendada en Armstrong tomara otro cariz. Otra vez, como ocurrió el 9 de julio pasado en San Nicolás, los autoconvocados del sector agropecuario fueron los que promovieron la protesta, por fuera de las conducciones de las entidades que nuclean la Mesa de Enlace.
El incremento de la tensión con el Gobierno, exteriorizado por los autoconvocados, llevó a que CRA, la SRA y la FAA decidieran alejarse de la gestión de Domínguez al salir del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), una instancia que se creó hace más de un año y tiene como objetivo generar consensos a mediano plazo con el Gobierno para incrementar las exportaciones del agro.
En un comunicado, CRA planteó que “el proyecto primigenio del CAA sostenía el propósito central de elevar exponencialmente las exportaciones y con ello la creación de puestos de trabajo”, pero “ambas ideas quedaron desnaturalizadas de cuajo, por el cierre de exportaciones, cupos, entre otras medias.
“Basta de ese invento del Consejo Agroindustrial que nunca funcionó”, dijo José Colombato, productor de Entre Ríos. Y afloraron fuertes críticas contra Conninagro, por su cercanía con el gobierno.
También contra la oposición
Juan Diego Echevehere, delegado de la SRA en Entre Ríos, se preguntó “¿dónde están el Gobierno y la oposición en este momento complicado, con una sequía que es durísima en varias zonas del país?”.
“Hay que apretar a la oposición a la que le hicimos una campaña gratis y ahora se fueron todos de veraneo”, agregó Monín.
“Queremos que los legisladores estén del lado del campo y no en Disneylandia. O la Mesa de Enlace se mueve o nos llevan puestos”, afirmó Gabriel Cingolani, productor del sur de Santa Fe. Jorge Chemes, titular de CRA, asentía con la cabeza arriba del escenario.
Las medidas que generaron mayor malestar en el sector fueron las que apuntan a generar una regulación aún mayor en los mercados de trigo y maíz. El gobierno pretende crear “Fondo Anticíclico Agropecuario” para compensar con dinero a las empresas molineras y avícolas, por el impacto que en su estructura de costos tienen el trigo o el maíz. La disidencia a esa medida tiene que ver con que es otra herramienta de intervención en los mercados que va a distorsionar la formación de precios con esquemas poco transparentes.
Desde la Sociedad Rural de Santa Fe expusieron su rechazo a otro tema que generó críticas en el sector como las restricciones a la exportación de carne vacuna. “Una vez más, el Gobierno toma decisiones que comprometen la producción, el empleo, las inversiones, la actividad económica y por ende recursos para el país y para la provincia de Santa Fe en particular”, señalaron.
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