En las últimas cuatro ruedas el valor de la oleaginosa retrocedió un 4,6%; expectativa por dos informes que el USDA publicará mañana; las pérdidas se replicaron en la plaza local
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El precio de la soja cayó con fuerza hoy en la Bolsa de Chicago y completó la cuarta rueda bajista consecutiva. Los grandes fondos de inversión precipitaron la caída al retirar parte de las ganancias acumuladas en los meses precedentes por temor a que los informes que mañana publicará el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) sobre existencias trimestrales y sobre perspectiva de siembras estadounidenses 2021/2022 modifiquen el escenario alcista que llevó las cotizaciones de la oleaginosa hasta lo más alto en casi siete años.
Al momento de fijar los ajustes de la rueda, las pizarras reflejaron quitas de US$9,65 y de 10,10 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos valores de cierre fueron de 502,19 y de 498,89 dólares por tonelada. En las últimas cuatro jornadas estas posiciones retrocedieron un 4,61 y un 4,45% frente a los precios vigentes el miércoles pasado, de 526,45 y de 522,13 dólares, respectivamente.
Según la observación de los especialistas, lo que está en juego por estos días en los que se inicia la siembra de granos gruesos sobre el Medio Oeste de los Estados Unidos es el punto de empalme entre los precios de la actual campaña 2020/2021 y los del ciclo que –agronómicamente– se comienza a transitar. Al respecto, hoy el contrato noviembre, que marca la entrada de la próxima cosecha, cayó US$6,71 y terminó la jornada con un ajuste de 435,87 dólares por tonelada, un 13,21% abajo del nivel de la posición mayo, que refleja la actual estrechez entre la oferta y la demanda.
Para que el empalme de precio se dé hacia abajo contribuyó en los últimos días el clima, dado que a las buenas lluvias caídas sobre los Estados productores de soja y de maíz, que mejoraron la condición de los suelos, ahora le sobrevendría un período de días secos, que favorecerían el trabajo de siembra. Sin embargo, aún persisten algunos focos de déficit hídrico sobre Minnesota y sobre el noroeste de Iowa que podrían agravarse si la falta de humedad se prolonga.
Informes esperados
La urgencia de los fondos de inversión expuesta en las últimas jornadas por poner a resguardo parte de las ganancias acumuladas en el mercado de la soja –algo similar ocurrió con el maíz– responde al incierto impacto que podrían causar sobre el mercado los dos reportes que el USDA publicará mañana. El primero contendrá el relevamiento trimestral de existencias estadounidenses de granos al 1º de marzo y brindará una imagen del estado de situación de la oferta, aunque con casi un mes de demora.
Para ese trabajo, el promedio de las estimaciones privadas ubicó el stock de soja en 41,99 millones de toneladas, frente a los 79,82 millones vigentes al 1º de diciembre último y a los 61,37 millones en existencias al 1º de marzo de 2020.
El segundo informe, sobre perspectiva de siembras, será clave para comenzar a elucubrar el escenario de la cosecha 2021/2022. Para ese reporte las proyecciones de los privados promediaron una superficie de 36,42 millones de hectáreas, igual a la pronosticada por el USDA en su Foro Anual de febrero, pero superior a los 33,62 millones de hectáreas cubiertos en la campaña 2020/2021.
Buena parte del pesimismo de los operadores respecto de este segundo informe está en que son mayoría los pronosticadores que ven una superficie sojera por encima del promedio ponderado.
Ambos trabajos oficiales serán publicados a las 13, es decir, en plena rueda de negocios de Chicago, por lo que el impacto de las cifras será inmediato sobre las pizarras. Y en ese sentido, así como hoy se apunta a los fondos de inversión como responsables de las bajas, si las cifras resultan menos “perjudiciales” para los precios de lo que creyeron posible quienes administran los movimientos de estos “jugadores”, no hay que descartar que los mismos actores impulsen el repunte de los precios.
La escasez de soja con que el mercado estadounidense deberá transitar los cinco meses que le restan al ciclo comercial 2020/2021 está fuera de discusión. Hoy EE.UU. tiene comprometidos casi íntegramente los 61,24 millones de toneladas que el USDA pronosticó como ventas externas de poroto de soja para toda la campaña. Y si al organismo se le ocurriera elevar esa estimación en su informe del 9 de abril, automáticamente debería achicar todavía más el nivel de las existencias finales desde los ya magros 3,25 millones de toneladas –la marca más baja desde la temporada 2013/2014– previstos en su último reporte mensual.
En el análisis de la actualidad y de lo que vendrá en el mercado de soja internacional, China no puede quedar al margen. La celeridad de sus compras fue protagónica para agotar primero las existencias brasileñas 2019/2020 y, luego, las de Estados Unidos. Ahora, la atención de los compradores chinos está otra vez puesta sobre Brasil –la cosecha avanzó sobre el 71% del área apta–, donde la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales prevé que las exportaciones de marzo alcancen un récord histórico, al rondar los 16 millones de toneladas, de los cuales cerca del 80% tendrá como destino final China.
Mercado local
En el mercado físico doméstico los compradores redujeron hoy de 325 a 320 dólares por tonelada sus propuestas por la soja con entrega inmediata sobre las terminales del Gran Rosario. El equivalente en moneda local de la oferta de los compradores fue de 29.363 pesos por tonelada y quedó lejos de los 31.015 pesos calculados por la Bolsa de Comercio de Rosario como FAS teórico para la industria aceitera exportadora.
Por la soja para las entregas diferidas a abril/mayo los interesados también propusieron 320 dólares por tonelada, pero en ese caso la oferta no implicó cambios respecto del lunes.
Las bajas externas impactaron con fuerza sobre las pizarras del Matba Rofex, que reflejaron quitas de US$6 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos ajustes retrocedieron de 330 a 324 y de 333 a 327 dólares por tonelada.
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