En Perugorría, el río Corriente desbordó y hay miles las hectáreas inundadas; la región espera nuevamente lluvias para la región que agravarían más el panorama
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Mientras en la región núcleo celebran las lluvias que de manera copiosa trajo El Niño en los últimos días y proyectan una campaña para el maíz y la soja altamente positiva como contrapartida en gran parte del nordeste argentino, el evento climático está afectando gravemente con lluvias de mucho caudal. En regiones agropecuarias en las provincias de Corrientes y Santa Fe, la situación que viven los pobladores del lugar es de extrema emergencia hídrica. Fueron casi 400 mm que cayeron en pocas horas.
Son miles de hectáreas inundadas y cerca de 200 productores damnificados, entre medianos, grandes y pequeños en la zona de Perugorría, un pequeño pueblo correntino ubicado en el departamento de Curuzú Cuatiá, en el centro de la provincia y donde ya se sabe que hay muchos terneros ahogados. “Con piel de gallina”, Karina Tomasella, presidente de la Sociedad Rural de Perugorría, describió, según relata, el escenario por el que hoy transitan los productores agropecuarios de la región.
“La situación se fue agravando paulatinamente. Las imágenes que tenemos hoy son mucho más graves que los días anteriores. Es terrible ver cómo toda la zona sigue recibiendo más caudal de agua desde Mercedes. La única bendición hoy es que no está lloviendo. Si tengo que contextualizar en una palabra, esa es escalofriante. Estamos ante un desastre: familias evacuadas y toda la hacienda que se pudo retirar está con la limitante de encontrar campo. Pero lo peor es que hay un gran porcentaje de ganado que no se pudo sacar. También la producción de arroz está tapada de agua. Todo esto implica pérdida económica. Sobre todo que veníamos con años de sequía terrible”, contó a LA NACION.
“Meses atrás, el río Corriente estaba prácticamente cortado, sin agua y hoy en menos de dos semanas y con más de 700 milímetros acumulados es un monstruo. El río se convirtió en una masa de agua infinita de kilómetros extendidos. Es una locura”, añadió.
Además de ser productora de arroz y dirigente, Tomassella es docente en EFA (Escuelas Familiares Agrarias). En este contexto, describió la difícil situación en la que se encuentra hoy el establecimiento educativo: “Acá estoy lidiando con todos los cerdos, con lo poco que tenemos. La escuela, que está en un terreno elevado de la zona, ya está con más de un metro de agua adentro. Se pierde todo, no hay vuelta que darle”.
La situación arrocera
En el lugar, la empresa agropecuaria Adecoagro tiene un establecimiento, Oscuro, en donde siembra unas 11.000 hectáreas de arroz que, para regar esa superficie cultivada posee una represa de agua. Según dijeron fuentes de la firma que, enseguida que pudieron visibilizar que iba a ser una crecida de magnitud, para llevar tranquilidad a los lugareños, avisaron que dicha obra hidraúlica no corría ningún peligro de desborde y rotura. La represa tiene unas 2400 hectáreas y junta unos 40 hectómetros cúbicos.
“La crecida era anormal y ligerísima. Fue un infierno. Esta es una crecida hiperhistórica. Por eso le avisamos a la gente del paraje que esta subida era terrible y que no se preocupen porque la represa no está complicada. La represa está cargada, pero no tiene peligro. El agua corre de arriba hacia abajo, lo que entra, sale. La represa es una obra hidráulica que está preparada para este tipo de eventos. No hay inconveniente. Si el río seguía creciendo iba a ser complicado (está a 50 centímetros de la marca récord de 1998 cuando se quedó todo absolutamente bajo agua) pero se estancó y estamos esperando que empiece a bajar”, explicaron fuentes de Adecoagro.
“No creemos que la lluvia de la semana que viene sea tan grande y traiga problemas. La lluvia fuerte ya pasó. Somos optimistas y creemos que va a empezar a bajar el río. En 45 días tenemos que empezar a cosechar el arroz. Estamos tratando de salvaguardarlo. El año pasado, la campaña fue de terror por la sequía y este año estamos en el otro extremo. Hay que reconstituir todos los caminos y ver qué pasa con El Niño en esa época. Claramente, tenemos una situación de riesgo en cuanto a la transitabilidad. Es difícil manejar”, agregaron.
En tanto, Tomasella busca que el gobierno provincial piense que ya que no basta con la declaración de emergencia agropecuaria sino en zona de desastre: “La Sociedad Rural, con Fucosa y la municipalidad, habilitó un predio para descanso de los animales porque es tremendo ver cuando vas a rejuntar la hacienda y encontrás a los animales cansados, jadeando de andar chapaleando con el agua encima, bajo el barro. Da mucha lástima y se me pone la piel de gallina ver esto. Por eso estamos tratando, con tan pocos recursos, de hacer todo lo humanamente posible para salvar a los animales, incluso con nuestro propio capital para ayudarnos entre todos”, dijo.
Si bien para este fin de semana, no se espera lluvia en la región, el miedo de los productores está en que si el pronóstico se cumple y en el inicio de la semana las precipitaciones vuelven, tal la previsión, los animales que no lograron rescatar se mueran.
“Los animales flotan, solo están con la cabeza afuera. Hay crías pequeñas. Al vacuno grande el agua le llega a arriba de la panza pero los terneros y las ovejas se ahogan y mueren. Hace tiempo que el productor correntino vive un calvario: de prendernos fuego el año pasado a esta inundación. Los pronósticos no son para nada alentadores. No quiero ni imaginarme si se cumple y llega ese caudal de agua para el martes: desaparecen todos los campos de la zona y los animales que no pudieron salir se ahogan todos”, vaticinó Tomasella.
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