En medio de una campaña marcada por la sequía y las intensas olas de calor, en la última semana se registró en diversas regiones este fenómeno que afectó a cultivos de soja
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“Este año era lo único que nos faltaba”. El tono de voz del productor agropecuario Luis Ignacio Mateos, al expresar esa frase, reflejó su desazón. Mientras durante la semana cosechaba en la localidad de Roberts, en el partido bonaerense de Lincoln, algunos pocos lotes de soja que relativamente resistieron a la sequía, irrumpió sorpresivamente una intensa granizada que causó destrozos en el cultivo.
El productor estimó pérdidas de al menos un 80% en las 315 hectáreas de soja de primera y 180 hectáreas de siembra de segunda que esperaba recolectar. “Fueron piedras no muy grandes, pero que cayeron en mucha cantidad”, comentó el productor en diálogo con LA NACION.
Así como Mateos, en el norte de Buenos Aires, en el sur de la provincia de Córdoba y el sur de Santa Fe también hubo productores perjudicados por el granizo. Entre las localidades más afectadas en las tres provincias están Lincoln, Roberts, Pasteur, Río Cuarto y Huinca Renancó, entre otras.
“Anímicamente esto nos mata porque, por más que el seguro pague, lo que había en el lote prefería trillarlo; ya tuvimos demasiadas pérdidas”, agregó. Explicó que esta tormenta va a “tirar abajo” mucho de los rindes de sus mejores lotes de este año, en donde estimaba cosechar 2500 kilos. Por la sequía ya perdió un 60% de lo que calculaba producir este año.
Una situación similar sufrió Rafael Llorente, un productor de Lincoln, que proyectó una pérdida del 60% de acuerdo a los relevamientos y mediciones de granos caídos en el suelo que realizó hoy.
“Fue el golpe final para la soja de segunda”, dijo el productor, que no sale de su asombro. Contó que ayer siguió durante todo el día el pronóstico porque se había anunciado lluvia para la tarde. “Cerca de las cuatro de la tarde informaron que la lluvia iba a quedar solo en 2 milímetros, pero a las seis de la tarde se largó a llover, cayó en media hora 40 mm con mucho granizo”, agregó.
Señaló que la soja de segunda, que prácticamente la consideraba perdida, con esta tormenta ahora sabe que no la va a poder cosechar.
En los lotes de soja de primera las vainas quedaron abiertas por el granizo. También una gran cantidad de granos esparcidos por el suelo. “Además de esos granos caídos están las chauchas golpeadas por el granizo, que es posible que, al estar abiertas por el golpe, se sigan cayendo”, explicó.
Estimaciones
En este marco, las estimaciones sobre la soja siguen cayendo por la sequía. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicó ayer un informe en donde reconoce un nuevo hito negativo desde el punto de vista productivo: el área que no será cosechada marcará un máximo histórico para el país y prácticamente triplicará el pico anterior de la campaña 2015/16. En rigor, en la Argentina la superficie perdida alcanzará la suma de 3,58 millones de hectáreas. Esto equivale a 176 veces la superficie de la Capital Federal, que tiene 200 kilómetros cuadrados.
En tanto, en Santa Fe, donde el fenómeno climático se sintió de forma severa, la cifra perdida alcanzará los 1,2 millones de hectáreas, similar al departamento General López, el cuarto más grande de la provincia.
“La superficie perdida durante el actual ciclo productivo marca un máximo histórico para el país y prácticamente triplica el máximo anterior de la 2015/16″, destacaron desde la entidad. La semana pasada, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR recortó las estimaciones para la actual cosecha de soja de 27 a 23 millones de toneladas. Observando las estadísticas oficiales, se trata de la peor producción en 23 años.
“Hay que remarcar que en 2015/16 la superficie sembrada a nivel nacional superaba las 20 millones por hectáreas, mientras que en este último ciclo el área implantada alcanzó cerca de 16 millones por hectáreas, por lo que la superficie perdida sobre el total implantado en este último ciclo es mucho mayor: 22% vs. 6% en aquel entonces. Tomando este indicador, es decir superficie perdida sobre superficie sembrada, la 2022/23 también marca un máximo histórico, quedando por encima del 16% de la 1988/89″, precisó.
Las cifras récords responden, fundamentalmente, al escenario de sequía, que dejó “los peores rindes nacionales de los últimos 15 ciclos agrícolas”.
Este fenómeno se sintió fuerte en Santa Fe, distrito clave para la producción de la oleaginosa. En materia de superficie perdida, allí la actual campaña dejará sin cosechar 1,21 millones de hectáreas, casi cinco veces más que hace un año atrás.
De acuerdo al cálculo realizado por la BCR, las hectáreas perdidas en Santa Fe representan una superficie superior a la del departamento General López (1,15 millones de hectáreas).
En la BCR expresaron que sus áreas técnicas siguen actualizando sus informes de manera constante y no descartan nuevos recortes. “Tenemos muy poquito de cosecha de soja, pero lamentablemente estamos viendo sorpresas muy negativas en las cosechadoras y parece que todavía estamos lejos de tener una estabilización de los números de cosecha”, aclaró a LA NACION Cristian Russo, analista de la Bolsa rosarina la semana pasada luego de la publicación del informe semanal de GEA.
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