Los vientres son la fábrica del tambo y hay tips para mantenerlos productivos en el actual contexto
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La realidad actual de los tambos de casi todo el territorio nacional, a nivel productivo, muestra una sustancial merma en la producción de pasto por la prolongada sequía, que se traduce en una menor producción de leche y alto consumo de silaje.
De cara al futuro, de mantenerse las restricciones de humedad, las consecuencias serán menor producción y deterioro de la calidad de los silos que deberán realizarse con los maíces sembrados y eventual atraso en la fecha de siembra de pasturas y verdeos de invierno. Todo esto va a complicar la alimentación del rodeo durante el año 2023: ante esa situación, será imprescindible ser muy eficientes con el rodeo y la utilización de la comida.
Medidas posibles
Santiago Moro, responsable de Lechería de AZ-Group, propone las siguientes decisiones para pasar este mal momento para las empresas:
- Seguimiento semanal de la tasa de crecimiento de forraje, para poder realizar eventuales ajustes diarios del consumo de pasto.
- Secado anticipado de vacas. Todos los vientres que estén al final de la lactancia y que produzcan poco, pero coman a la par de otros, convendrá dejar de ordeñarlos y reorientar el escaso alimento disponible a las vacas más productivas. Para esta decisión, habrá que analizar cuál es el costo de mantenimiento de una vaca en ordeño versus el de una seca. Ese cálculo permitirá decidir si se tiene que secar un animal en el caso de que su costo marginal sea superior al del ingreso.
- Eliminación de animales de baja producción. Con esta medida se busca “limpiar” el rodeo y disponer de recursos para afrontar los mayores gastos que genera la sequía.
- Priorizar el gasto en vacas que se encuentran en su primer tercio de lactancia.
- Modificar lo menos posible la dieta para no afectar a las vacas. Se podrán cambiar algunos ingredientes de la ración, pero no debería bajar la calidad global del alimento.
- Realizar análisis de descartes de largo plazo por medio de la evaluación de las lactancias para decidir, en caso de que una vaquillona produzca menos que la media del cuartil inferior, su eventual descarte antes de preñarla.
- Planificar la siembra de pasturas o cultivos anuales para pastoreo directo o confección de silos a mediano plazo. Si esto no fuera posible, será conveniente anticipar la compra de heno para suministro en el invierno, antes de que se encarezca.
- Realizar reuniones semanales con el equipo de trabajo, para evaluar la evolución de diferentes indicadores y analizar la marcha del plan de producción. Es indispensable que todos tengan claros sus objetivos particulares y el de la empresa.
- Seguir de cerca el presupuesto financiero para anticiparse a eventuales complicaciones. Y tener claro el impacto de cada rubro (alimentación, personal, sanidad, mantenimiento, etc.) sobre los costos directos, como así también sobre los indicadores de ingresos (producción de leche y venta de rechazos).
- La mejor guía para pasar este mal momento con los menores trastornos posibles será entender que, en cada decisión, hay que cuidar a las vacas que son “nuestra fabrica”. Si resultan muy dañadas, su recuperación demandará mucho tiempo y recursos, y se afectará su productividad futura.
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