LA NACION obtuvo, mediante un pedido de acceso a la información pública, detalles sobre el mecanismo que hizo pagos por más de $55.000 millones a molinos por la harina subsidiada
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Luego de que el Gobierno pusiera fin en abril pasado al Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), una herramienta que había creado el gobierno de Alberto Fernández para subsidiar la harina que la industria molinera entrega a las panaderías, se conoció que quedó un excedente de $4.479.297,64. Estos datos surgen de un pedido de acceso a la información pública que hizo LA NACION para conocer la disolución y el destino del saldo remanente del cuestionado mecanismo que se nutría con dinero de las retenciones al complejo de la soja y estuvo casi dos años operativo. Sin brindar mayores precisiones sobre la deuda pendiente con algunos industriales, respondieron que esta herramienta se encuentra en “instancia de liquidación final”. Todo el fondo hizo pagos por más de $55.000 millones.
En abril pasado, y tras un anuncio del Gobierno, el FETA quedó disuelto a través de la resolución 142/2024, que revocó el Contrato de Fideicomiso suscripto en la Resolución N° 355 del 7 de abril de 2022 entre la exsecretaría de Comercio Interior y BICE Fideicomisos SA. Esta herramienta había sido creada a instancias del entonces secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, durante la gestión de Fernández. Por entonces, comenzó funcionar con tres molinos: Molino Cañuelas S.A.C.I.F.I., Molinos Florencia -ambos del mismo grupo económico-, y Molisud. Los tres figuran con fecha de alta en mayo de 2022, por tanto, fueron los primeros que recibieron el anticipo de compensación. Durante los dos años que estuvo activo cosechó múltiples críticas y denuncias ante Defensa de la Competencia.
“El FETA se encuentra en proceso de liquidación final conforme prevé el contrato suscripto por las partes”, respondieron en la Dirección Nacional de Políticas para el Desarrollo del Mercado Interno del Ministerio de Economía. Ante la consulta de LA NACION sobre el desglose de los pagos realizados a las empresas desde que se creó el FETA hasta su eliminación, respondieron: “Atento a la última rendición, presentada por el fiduciario en fecha 19 de marzo de 2024, se advierte que el total de pagos a destinatarios a partir del momento de incoada la consulta es de cero”.
El fideicomiso había quedado sin efecto a fin de diciembre de 2023. Hasta el 1 de diciembre pasado se habían ejecutado pagos por un total de $55.444.302.438, de acuerdo con los datos que figuran en los archivos de una ONG que estaba detrás de una investigación. En enero de 2024 no hubo presentaciones de declaraciones juradas y tampoco se efectuaron pagos, según aclararon en la industria a LA NACION. También se conoció que los últimos molinos que solicitaron la compensación por venta de harina subsidiada lo hicieron hasta octubre de 2023. Y los desembolsos el fiduciario los hizo en noviembre.
Otra de las consultas que hizo LA NACION fue por el destino del excedente financiero del FETA, las diferencias por cobros en defecto y a qué se destinará el excedente. En ese sentido, respondieron que “a través de la cláusula 5.04 del contrato de fideicomiso, se prevé el destino de los Fondos Líquidos Disponibles, así como la facultad de la parte fiduciaria respecto de cómo invertir dichos fondos”.
Sin más especificaciones contestaron que el fideicomiso fue revocado y se encuentra “a la espera de la liquidación final del mismo en los términos ordenados en el contrato de fideicomiso que motiva el presente”.
Según consta en la información facilitada a este medio, el fiduciario no informó respecto de obligaciones pendientes a favor de los molinos inscriptos. “Sin perjuicio de ello, y continuando con lo aclarado ut supra cabe aclarar que es mediante la mencionada liquidación final que se podrá obtener detalle respecto de si existió un excedente financiero o no así como el destino del mismo respetando los parámetros indicados en el contrato de fideicomiso que motiva el presente”.
En el último estado de la cuenta fiduciaria y conciliación de saldos del BICE Fideicomisos, esa dirección del Ministerio de Economía refleja que el saldo inicial a febrero era de $4.992.708,95, con ingresos que estuvieron en el orden de los $39.681.453,31. Mientras que los Ingresos Fideicomitidos, aquellos bienes generados por los activos colocados en el fideicomiso, fueron de $18.352.025,71. Los otros ingresos también estuvieron compuestos por la venta de un fondo común de inversiones y los intereses por cuenta, que ascendieron a los $21.329.427,60.
Los egresos de febrero representaron $40.194.864,62, con gastos del fideicomiso por $15.115.965,99. El fondo estaba suscrito a inversiones bancarias fideicomitidas que generaban ingresos, cuyo último cierre fue de $25.000.000. En resumen, el fondo cerró con un saldo positivo en febrero, días antes de que se disolviera por decreto, de $4.479.297,64.
En 2022 el FETA estaba integrado 24 molinos y en 2023, pese a las polémicas surgidas, se sumaron cuatro más: Dimaflo, SA, Molino Argentino S.A.I.C.A.G.E.I., Molino Victoria SA, Molinos Cabodi Hnos, según consta en el documento. Si bien estos molinos estaban autorizados, solo el primero hizo una prueba de venta para tener el beneficio, mientras que el resto nunca presentó compensaciones y no entraron en el beneficio, aclararon los industriales. Para cubrir los primeros desembolsos [anticipos] que se hicieron a las tres primeras empresas, el Estado había recibido $5.921.754.286, que salieron del incremento de las retenciones a la harina y el aceite de soja. El total de los molinos que integraron el FETA representaban alrededor del 50% de la oferta de harina a nivel nacional.
Con la colaboración de Florencia Rodríguez Altube (LN DATA) y Mariana Trigo Viera (OLCreativa)
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