Productor de Santo Tomé, Corrientes, Fernando Stein sufrió varios hechos; el último fue la faena de tres animales
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Cada semana, un nuevo robo. Cada semana, un nuevo corte de alambrado, una nueva vaca faenada, un nuevo golpe para los productores de Santo Tomé, Corrientes. “Nosotros lo vivimos diariamente. No solo nos pasa a nosotros, también a los vecinos”, relató Fernando Stein, productor ganadero de la zona.
La lucha contra la inseguridad rural se ha convertido en parte de la rutina para los productores de esa región. Con total impunidad, los delincuentes ingresan a los campos, faenan los animales en el lugar y se llevan la carne, dejando atrás solo restos y desolación. Stein contó su última experiencia: “El sábado, al amanecer, recibimos un llamado de nuestro secretario del campo. Nos habían faenado tres animales. Dos de ellos estaban preñados y ya bastante grandes”. Stein ya ha perdido catorce animales en lo que va del año. Solo en los últimos dos meses le faenaron seis. “Antes no era así, pero en los últimos dos o tres años, los robos han aumentado considerablemente”, explicó.
Las pérdidas económicas son enormes. “Dos de los animales robados eran vaquillonas que compré en la cabaña Las Brisas, de Santo Tomé. Las iba a usar para reproducción. Cada una costaba entre 2 y 2,5 millones de pesos”, detalló.
Acostumbrado a estos hechos, como siempre, el productor hizo la denuncia y luego se dirigió al campo para constatar lo ocurrido. “Cuando llegué, esperé a la policía, que llegó 30 minutos después para verificar la situación”, dijo. Al revisar el terreno, encontraron múltiples cortes en los alambrados, cinco sectores dañados, pero ningún rastro claro de cómo habían sacado los animales. “Siempre cargan en un vehículo y dejan los cables tirados”, agregó.

Hace una semana, un vecino sufrió lo mismo. “La policía logró atrapar a los ladrones, pero estuvieron solo tres días detenidos y después los liberaron. El delito es excarcelable, así que en dos días quedan libres”, señaló Stein.
Defensa
En este contexto y para hacer frente a la situación, los productores implementaron sus propios sistemas de vigilancia con reflectores y patrullas nocturnas. “Formamos un grupo para tratar de frenar esta situación, pero no encontramos una solución efectiva. La inseguridad rural es cada vez peor”, afirmó. Sostuvo que que la situación es insostenible. “Hay productores que están pensando en vender todo y dedicarse a otra cosa. No hay manera de seguir así”, lamentó. Si bien las autoridades recorrieron el campo junto con Stein, las expectativas de una solución son bajas. “Siempre son los mismos delincuentes: entran y salen como si nada. Cuando le pregunto a la policía si hay novedades, me dicen que están investigando, pero todo se enfría y queda en la nada”, contó.
El problema, explicó, no es solo policial, sino también judicial. “No tenemos una legislación firme que impida que estos delitos se repitan. Hoy los productores tenemos todo para perder y los ladrones, nada”, denunció.

Más allá del daño económico, está el miedo. “Evitamos cruzarnos con esta gente en el campo porque puede pasar cualquier cosa. Nosotros recorremos con nuestras familias o empleados, y no sabemos si ellos están armados. Lo más seguro es que sí”, alertó.
Hace dos años, los productores ya habían advertido sobre esta situación. Denunciaban que vivían una ola de inseguridad rural que no daba tregua. Cada 20 días, un productor perdía un animal en manos de delincuentes que ingresaban a los campos, faenaban la hacienda y se llevaban la carne. A pesar de los reclamos, la situación no ha cambiado.
En mayo de ese año, un grupo de productores se movilizó a la vera de la Ruta 14 para visibilizar el problema y exigir mayor presencia policial. También pidieron más recursos para la Policía de Seguridad Rural y Ecológica (Priar), que, con solo 30 efectivos, dos camionetas y dos motos, debía patrullar 4000 kilómetros cuadrados. Sin embargo, la inseguridad continuó.
En este contexto, los productores insisten en que la única salida es endurecer las penas. “Necesitamos que haya una ley que castigue de verdad estos delitos. Los delincuentes tienen impunidad absoluta. No hay manera de frenarlos si no hay consecuencias. Hoy, la justicia es una puerta giratoria”, se quejó el productor.
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