Entre otros puntos, aumenta el ingreso del productor y mejora la posibilidad de mayor inversión
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Favorecer las exportaciones es incrementar la riqueza del país y, por supuesto, la ganadería no es ajena a dicho axioma. Repasemos un poco la historia reciente. Hacia finales del 2005 comienzan conflictos entre la cadena cárnica y el gobierno por el incremento en los precios del ganado. En marzo del 2006 se hace el anuncio de cierre de las exportaciones vacunas. El mercado queda intervenido por las acciones de los sucesivos gobiernos. A partir de 2016 se liberan las exportaciones que durante cuatro años no paran de crecer. Luego de la asunción de Alberto Fernández, otra vez comienzan las intervenciones principalmente en el mercado externo y en menor medida en el interno.
Estas fluctuaciones entre las diferentes administraciones gubernamentales afectaron a la producción ganadera. Claramente se puede separar dicho período en tres. El primero entre 2005 y 2015 donde los gobiernos kirchneristas, tuvieron una amplia intervención en el mercado de las carnes. El segundo comprendería los tres primeros años de la gestión de Mauricio Macri en los que se dejó de intervenir en los mercados externos e internos; dejando intencionalmente aparte el último año, qué debido al marcado incremento en el interés por la categoría vaca se lo analiza conjuntamente con los años del gobierno de Fernández. Y el último período analizado iría desde el 2019 al 2023. Se toma este quinquenio con el fin de poder analizar si hubo algún efecto negativo como consecuencia del aumento en la demanda de la vaca, y su correspondiente mejora en valor relativo.
Los datos promedio del período que va entre 2007 al 2015 muestran que se obtuvo un 60,4% de coeficiente de logro, se produjeron en promedio 13,08 millones de terneros por año, y el peso medio de la res fue de 221 kilos. Los datos promedio del período que va entre 2016 al 2018 indican que se obtuvo un 62,6% de coeficiente de logro, se produjeron en promedio 14,61 millones de terneros por año, y el peso medio de la res fue de 226 kilos. Y los datos promedio entre 2019 al 2023 reflejan que se obtuvo un 65,5% de coeficiente de logro, se produjeron en promedio 14,71 millones de terneros por año, y el peso medio de la res fue de 228 kilos.
A diferencia de la Secretaría de Agricultura, que estima el coeficiente de logro sobre la cantidad de vacas informadas un año atrás (número de terneros obtenidos por vaca), en este informe se lo calcula sobre la cantidad de vacas informadas en mismo año.
El motivo para calcularlo de esta manera es conceptual. En primera instancia se está hablando de terneros logrados y no de preñeces. Por otro lado, al tomar el total de vientres de un año atrás se estarían contabilizando todos aquellas vacas que fueron rechazadas por diversos motivos (CUT, fenotípicos, enfermos, etc.) y además no se estarían considerando muchas de las vaquillonas de primer servicio. Esta diferencia en la metodología arroja resultados distintos, a veces donde a veces una de ellas tiene un número mayor mientras que en otros años puede ser menor.
A partir de los datos mostrados en cada período, se puede afirmar que la producción nacional de carne ha ido creciendo en cantidad y eficiencia a lo largo del tiempo. Se puede ver que durante el primer período, en el que se intervino de manera constante es en el que hay peores índices reproductivos, menor cantidad de terneros nacidos y menor peso de la res. Durante los períodos sucesivos, se aumenta la eficiencia de la producción, expresado a través de un mayor número de terneros producidos y un aumento en el peso medio de la res. Como nota de color, debería ser considerado además que durante el último período analizado, se sufrió una muy fuerte seca en toda la zona productiva, que duró dos años de los cinco analizados.
Retenciones
Los derechos de exportación (DEX) es un impuesto que no debería existir, que quitan competitividad al sector, interfiriendo de manera directa con la producción, al quitarle parte de la rentabilidad o incluso sacándosela del todo.
En ganadería todos son vasos comunicantes, cuando se potencia a cualquiera de sus productos se está potenciando de manera indirecta a todos. El quitarle o reducirle los derechos de exportación a ciertas categorías de hacienda, y sobre todo a la vaca, no hace más que potenciar al eslabón más débil de la cadena, que es sin duda el criador.
La vaca es para el criador una importante fuente de ingresos. Por ejemplo, en un rodeo equilibrado de pampa húmeda, la venta de la vaca puede significar entre el 25% y 40% del total de los ingresos, según el precio relativo de la misma. El hecho de que el criador logre un precio más competitivo de la vaca hará deseable cargar más kilos a ese animal, generando una fuente extra de ingresos, que sin duda se invertirán en recursos para aumentar la productividad del sistema.
No hay ningún argumento que justifique creer que un incremento relativo en el precio de la vaca hará aumentar su participación en la faena. La gran participación de vacas en la faena durante julio, que algunos atribuyen al anuncio de la eliminación de los DEX, nada tienen que ver, por el simple hecho que, para lograr ese precio adicional había que esperar que la medida se reglamente, cosa que recién ocurrió en agosto.
La gran participación de vacas en la faena tiene mucho más que ver con las adversidades climáticas (secas y heladas), que con cualquier otro factor. Durante mayo sucedió algo parecido, siendo el mayo más frío de los últimos 60 años, existió un incremento en la participación de vacas, así como también un marcado incremento en el movimiento de ternero/as con destino cría e invernada. Julio de 2024 es de los últimos julios el que ha tenido el mayor movimiento de terneros/as para cría e invernada. En otras palabras, como consecuencia de clima se achican los campos de cría y hay que disminuir carga.
En conclusión, algunos de los aspectos que genera la quita de impuestos sobre las vacas son el aumento en el ingreso del productor, por ende mayor renta y; a mayor renta, aumenta la posibilidad de mayor inversión, ya sea vía mejoras, paquetes tecnológicos, y /o retención de animales.
Incentiva a cargar más kilos a cada animal, por ende mayor producción total, aumentar la capacidad de selección; traslado del incremento de precios a otras categorías por sustitución, aumento en la renta de los eslabones de la carne posteriores a la producción (matarifes, frigoríficos, exportadores, etc.) y en la competitividad de los exportadores argentinos respecto de los países vecinos. A mayor producción, mayor renta, mayor recaudación tributaria.
El autor es asesor ganadero
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