En lo que va del año, se importaron menos urea y fosfatos que en el mismo periodo de 2021, según la consultora AZ Group
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Además del efecto negativo sobre los rendimientos, la seca también está afectando el uso de fertilizantes para trigo y maíz. En lo que va de 2022, la Argentina importó 539.000 toneladas de urea, un 37% por debajo del acumulado a la misma fecha del año pasado. Sucede que el mercado local sigue mostrando poca intención de compra y los precios caen por debajo de la paridad teórica, incluso con un mercado internacional en alza.
En septiembre, la urea se vendió a 980US$/t, luego de haber tocado 1350U$S/t en abril de este año. “La demanda local se ve afectada por la falta de lluvias y el alto precio de los fertilizantes. A pesar de los buenos precios de los granos, las relaciones insumo/producto siguen siendo malas respecto de los promedios”, define Jeremías Battistoni, analista del mercado de insumos de AZ-Group.
De esta forma, el mercado local de urea se desacopló del internacional, que mostró aumentos del orden de 50US$/t en septiembre respecto de agosto, con perspectivas de seguir subiendo en el último trimestre. Ocurre que Europa está recortando la producción de urea a partir del escaso suministro y el alto precio del gas; se espera que próximamente solo producirá el 50% de su capacidad instalada.
En ese contexto, los importadores europeos enfrentarán el reto logístico de administrar los nuevos requerimientos de fertilizante nitrogenado teniendo que suplantar la producción propia. “Potencialmente podrán recurrir a China para abastecerse, pero deberán sortear barreras porque este país también ha restringido exportaciones para proteger su mercado interno de las subas de precios”, advierte el técnico.
Fosfatos
En el mercado interno el precio del fosfato monoamónico cayó a 1050US$/t y retrocedió 200US$/t en el mes de agosto; desde abril perdió 400US$/t. El valor actual coincide con la paridad teórica.
“La mala condición de arranque de la siembra de granos finos y la falta de precipitaciones para la implantación de la gruesa redujeron la demanda interna, lo que fue advertido por los importadores, que compraron 5% menos que en 2021 a igual fecha”, cuantifica Battistoni.
En síntesis: entre la seca y el alto precio de los fertilizantes, se prevé que caerá el consumo de urea y de fosfatos en 2022, circunstancia que ya se refleja en los volúmenes importados en lo que va del año. “No es una situación catastrófica, sino significa volver a niveles promedio históricos, pero quiebra una tendencia ascendente en el consumo de estos productos en las últimas campañas”, concluye Jeremías.
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