Según un informe de la consultora AZ-Group, el cambio se registró tanto en urea como en fosfato diamónico
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Una combinación de aumento de los precios internacionales y rumores de nuevos aranceles a la importación de bienes y servicios en nuestro país cambió la tendencia el mercado de fertilizantes, que mostraba una baja interrumpida desde el último trimestre de 2022 hasta junio de este año. Por ambas causas, esa tendencia cambió a alcista al comienzo de julio y continúa hasta la actualidad.
En estos días, el mercado internacional de urea muestra firmeza ante una posible próxima compra importante de India, que se sumaría a la demanda estacional de Brasil y de la Argentina. Por otro lado, ante el riesgo de quedar descalzados si se estableciera el nuevo impuesto, los importadores frenaron la comercialización a principios de julio y mantienen esa conducta hasta hoy. “Las pocas partidas que se comercializan muestran mucha amplitud de precios, con valores de 550 hasta 650 US$/t para la urea en puertos argentinos”, cuantifica Sofía Ganly, analista de mercados de AZ- Group.
Los fertilizantes fosfatados también exhiben un mercado firme, como consecuencia de que la demanda de los productores estadounidenses enfrenta una oferta reducida de la industria y de que también hay posibilidades de compras importantes de India. En nuestro país el precio del fosfato diamónico en los puertos se mueve en un rango entre 910 y 940US$/t.
“En apenas diez días, el escenario internacional y el posible cambio de reglas de juego local empeoró de 10 a 15% la relación insumo/producto de los granos con los fertilizantes. Por eso, no se debe tratar de conseguir siempre al precio más bajo del insumo, sino asegurar una buena relación insumo/producto y plantear estrategias para darle mayor seguridad y previsibilidad al negocio”, aconseja Ganly.
Precios
“La suba del precio de los fertilizantes, combinada con un retroceso en el valor de los granos para la época de cosecha en la Argentina, respecto de igual fecha de 2022, determinan que se observe un paulatino deterioro la relación insumo/producto”, observa Jeremías Battistoni, de la misma consultora.
Así, a fines de marzo de 2023 se necesitaban 3,5 toneladas de trigo con entrega diciembre de 2023 para comprar una tonelada de fosfato monoamónico. A fines de junio la cantidad necesaria del cereal aumentó a 3,8 toneladas, para ubicarse un 13% por encima que el promedio de los últimos tres años. Finalmente, al 12 de julio, se requerían 4,1 toneladas de trigo para adquirir una de fertilizante, lo que representa un 19% más que de la media histórica.
Por su parte, la relación de urea/trigo también muestra tendencia al deterioro. Era muy favorable en marzo de 2023, cuando se requerían 2,1 toneladas de grano para comprar una del nitrogenado. La relación se deterioró hace diez días, cuando se requerían 2,2 toneladas de urea para adquirir una de fertilizante. El 12 de julio se llegó a un valor más desfavorable todavía, al requerirse 2,4 a toneladas para comprar 1000 kilos de urea.
La relación de urea/maíz se deterioró más fuertemente en los últimos días. El 2 de julio se requerían 2,6 toneladas de maíz para adquirir una de fertilizante y dicha relación se ubicaba un 19% más favorable que el promedio de los últimos años. Al 12 de julio se precisaban 3,1 toneladas de maíz para comprar 1000 kilos de urea, representando apenas un 6% menos de grano necesario si se lo compara con el promedio de las últimas tres campañas.
“Las empresas deben enfocarse en la sostenibilidad; el cambio de tendencia en los precios y la incertidumbre local hacen necesario un análisis más complejo que solo buscar las cotizaciones más bajas de compra de insumos. Seguir de cerca las relaciones insumo/producto permite tomar buenas decisiones independientemente de la nominalidad de los precios”, afirma Ganly.
“El entorno financiero se ha vuelto una de las claves del negocio agrícola; poder calzar tasas y plazos convenientes para la compra de insumos ha tenido un impacto mayúsculo en el resultado de las empresas” destaca, por su parte, Battistoni.
“De cara a una campaña de granos gruesos con un entorno de El Niño, que augura buenas perspectivas de lluvias para la primavera, podría generar importantes pulsos de demanda local en un marco de importaciones restringidas. Anticiparse a esa situación con compras de semilla y fertilizantes, priorizando abastecimiento sobre precio, puede ser un diferencial en esta campaña”, concluye el técnico.
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