Faltante de gasoil, la cosecha y la producción paradas, el dólar en escalada y el presupuesto irreal en nuestro Congreso. Esta es la situación que hoy vivimos en nuestra querida Argentina. Una Argentina sin rumbo, estancada, de la cual los jóvenes escapan, los inversores evitan y los argentinos apenas sobrevivimos.
Desde hace unas semanas que no podemos cosechar, que tenemos camiones parados y cientos de personas esperando para ponerse a trabajar ¿Qué pasa? No tenemos combustible para nuestros transportes y máquinas. Parece mentira que para esta época del año no haya en nuestro país un insumo básico para la producción: el gasoil.
Este desabastecimiento no es nuevo. Desde principio de año que se viene avistando esta situación. Sin embargo, poco y nada se ha hecho desde el Gobierno para evitar que esto se agrave y tome las dimensiones que hoy en día toma. Para peor, ¿cómo se intentó solucionar la escasez? Con subida de precios.
¿Cuándo vamos a entender que el aumento de tarifas no soluciona los problemas de energía? Debemos replantear nuestra política energética con un cambio en nuestra matriz para lograr un autoabastecimiento que impida que esto vuelva a suceder.
Esta crisis energética no hace más que poner en riesgo la producción, generando así una crisis productiva y una crisis laboral. Sin combustible no se puede producir. Sin producción, no hay trabajo. Sin trabajo, hay más pobreza. ¿Acaso no es suficiente tener a 10.806.414 personas bajo la línea de pobreza?
Para agravar este contexto, esta situación ha llevado a un escalda en el precio del dólar, generando un clima de desconcierto y nervios. Con un Gobierno que cree que la solución está en imprimir billetes, estamos transitando una etapa de inflación en aumento y de freno a las exportaciones.
Quien no pueda aceptar que el campo y su gente son parte de la solución a este problema, que dé un paso al costado. Necesitamos generar y promover el crecimiento productivo, la generación de trabajo, la baja en la inflación. Y de la única forma que lo vamos a hacer es con divisas, las cuales en su gran mayoría provienen del sector que está siendo más afectado por la falta de preparación de este Gobierno.
Somos un país sin previsibilidad que genera más incertidumbre que seguridad. Pero ¿cómo tenerla si ni siquiera pudimos aprobar el presupuesto para este año? De ponchazo en ponchazo, el Gobierno va reaccionando a lo que pasa, en vez de sentarse, pensar, analizar, planificar y decidir.
Este sábado, participé en la manifestación de ciudadanos autoconvocados en la ciudad de Presidente Roque Saénz Peña en mi provincia, Chaco, a la cual tengo el orgullo de representar como diputada nacional. Frustración, desamparo, abandono. Esas eran las expresiones en las caras de los chaqueños que solo quieren una cosa: hacer su trabajo ¿Por qué no podemos sentarnos, más allá de nuestras ideas partidarias para construir un proyecto de país que nos incluya a todos? Trabajemos juntos para tener la Argentina que nos merecemos.
La autora es diputada nacional por la provincia del Chaco y presidenta del PRO Chaco
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