Según el distrito Entre Ríos de la Federación Agraria Argentina (FAA), en cinco departamentos de esa provincia la disponibilidad de barcos es solo para sacar 2000 cabezas de ganado por semana
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PARANÁ, Entre Ríos.- Las crecidas del río Paraná que se registraron en los últimos días, pero más aún las previstas para fines de este mes, obliga a los productores con explotación ganadera en las islas y zonas bajas del Litoral a trasladar a toda velocidad su hacienda hacia tierra firme. Sin embargo, faltan balsas para poner a salvo a los animales y crece la inquietud del sector productivo, que reclama la declaración de emergencia hídrica, la simplificación de trámites de navegación ante Prefectura y la colaboración de la Secretaría de Agricultura de Nación.
Se trata de un total de cinco millones de cabezas de ganado vacuno las que están en riesgo en el área mesopotámica argentina debido a las crecidas. La Sociedad Rural Argentina (SRA) fue una de las entidades que advirtió sobre la situación y, a través de su Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales, puntualizó que las zonas afectadas comprenden las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Buenos Aires y Santa Fe. Esto obliga al rápido traslado de hacienda desde zonas inundables a tierra firme, lo que colisiona contra el problema de la falta de barcos.
Según el distrito Entre Ríos de la Federación Agraria Argentina (FAA), hay 600.000 vacunos en situación crítica sólo en cinco departamentos entrerrianos y la disponibilidad de barcos permite retirar no más que unas 2000 cabezas por semana. El vicedirector de la FAA de Entre Ríos, Matías Martiarena, puntualizó los puntos de la geografía entrerriana que demandan tareas urgentes: las islas de Paraná, Diamante, Victoria, Gualeguay y de Islas del Ibicuy, donde está esa cantidad de cabezas según los registros de la última vacunación de aftosa.
“Entendemos que ha ingresado más hacienda porque en los campos de más arriba la sequía siguió persistiendo. Los números son complejos y la dinámica del retiro de hacienda también es compleja”, afirmó el directivo de la FAA entrerriana en diálogo con el programa “Para empezar”, de la radio municipal de Paraná. Martiarena explica que los productores de hacienda se vieron corridos por la sequía primero y por las crecidas ahora. “Estas lluvias se esperaban para fin de año, principio del próximo, pero la realidad es que se adelantaron”, afirmó.
Pedidos al gobierno
El directivo y productor dijo que se trabaja con buena organización, pero tuvo algunos reclamos puntuales a las autoridades públicas nacionales y provinciales. “Por suerte -afirmó el directivo de FAA- hay una alerta de todos los productores y el hecho de poder anticiparnos a una crecida mucho mayor aún, sobre todo del Paraná, hace que la hacienda esté saliendo de manera ordenada. Se están armando planes de contingencia para que pueda salir la hacienda aunque observamos que va muy despacio para la situación planteada”.
Martiarena advirtió que el crítico panorama se profundiza por la escasez de barcos para hacer el movimiento e indicó que cada nave fluvial demora, en promedio, unas ocho horas en retirar hacienda a tierra firme. En este punto, la autoridad de la entidad agraria dijo que advirtió de la situación a la Secretaría de Agricultura de Nación, al frente de la cual se encuentra el entrerriano Juan José Bahillo, y al Ministerio de Producción de Entre Ríos. También requirió el acompañamiento de Prefectura.
“Estamos tratando de tramitar la emergencia hídrica que va a ser un paraguas para toda la dinámica. Mover la hacienda no es únicamente sacarla por arreo, que hoy sin dudas es la prioridad, sino que hay que tener papeles en orden, hay que tener los barcos habilitados. Por eso, ante el panorama planteado, necesitamos un poco de la empatía del organismo de Prefectura de manera de que se puedan habilitar distintos barcos y llegar a abastecerse la demanda de traslado”, sostuvo.
“Para nosotros -dijo-, la prioridad es que las vacas no se los ahoguen. Los isleños no están pensando a quién votar sino dónde ubicar las vacas. Pero eso es un problema porque no hay campos arriba que tengan la posibilidad de receptividad de esos animales y en muchos casos hay que venderlas a un precio inferior, en medio de la gran incertidumbre que llena de tristeza y agobio”.
Matías Martiarena dijo que la crecida de los ríos ya afectó el precio de la hacienda de invernada: bajó el valor por kilo aunque dio por descontado que eso no se verá reflejado al consumidor. Explicó: “La hacienda que se debe vender no es hacienda que esté lista para la faena porque le faltan kilos. Si bien la que está pintona, por hablar campechanamente, se carga al frigorífico o va a feedlot, solo una parte puede ir a un campo que tenga posibilidad de receptividad de vacunos. Además tenemos una merma en lo que es invernada, es el animal antes de que sea gordo, porque desde que se empezó a hablar de las crecientes ya bajó 200 pesos el kilo de invernada”.
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