La escasez de combustible en todo el país, que encuentra al agro en plena siembra de maíz y de soja, le metió presión a un sector que viene golpeado económicamente por la última sequía
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Fernando Hernández puso el despertador para que sonara a las 4:30 con la intención de levantarse temprano y hacer fila en una estación de servicio en la ciudad bonaerense de Tandil. Su objetivo era cargar combustible para la camioneta: después de esperar durante más de dos horas solo le permitieron cargar por 15.000 pesos. “No alcanzó con la sequía y todos los problemas que ya teníamos que ahora cortamos clavos para ver si conseguimos el combustible”, dice el productor, que además hace tareas de inseminación de vacas para otros productores.
Si bien pareciera un caso asilado, no lo es. En el sector hay preocupación por los faltantes del combustible en un momento clave: la siembra de soja y de maíz y el comienzo en el norte de la cosecha de trigo. También el combustible es clave para el traslado de la producción y para realizar tareas vinculadas con la ganadería. Las advertencias no son solo por el gasoil: a las empresas proveedoras de agroquímicos y fertilizantes se les va agotando el stock de productos y la demora en la aprobación de las “SIRAS” (los permisos así llamados por el Sistema de Importaciones de la República Argentina, SIRA) complica la reposición. Es otro problema más para el campo, que ya viene golpeado por el impacto económico de la sequía de este año. Un combo explosivo de cara a una nueva campaña y pensando que el próximo gobierno necesitará como nunca que haya una buena cosecha luego de la pérdida de más de US$21.000 millones por el último desastre climático.
Hernández, criador ganadero y un asesor genético que insemina vacas para otros productores, explicó: “Estos trabajos requieren el uso de un vehículo para transportar embriones, realizar inseminaciones y llevar a cabo varias tareas, como la colocación de dispositivos. Por eso hay preocupación y dudas de si vamos a poder cumplir con el trabajo [por las dudas sobre la disponibilidad del combustible]”, dijo.
Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), destacó que la escasez de combustible agrava la ya complicada situación que vienen sufriendo los productores en lo que respecta al suministro de insumos, ya que muchos no están disponibles y en otros casos las entregas se efectúan sin precio o con boleta abierta. “El productor, ya sea ganadero, lechero, de economías regionales o de granos, ya tiene un problema para acceder a insumos y encima a eso se le adiciona la falta de previsibilidad porque no sabe si habrá combustible o no”, afirmó. La organización había alertado sobre una entrega “irregular” del producto.
En este contexto, Luis Simone, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), alertó: “Estamos en las primeras etapas de la siembra de soja y maíz en el centro del país y es evidente que se avecina una alta demanda de combustible”. La siembra de maíz ya avanzó a nivel país al 22% de una superficie prevista de 7,3 millones de hectáreas. En tanto, en trigo ya se recolectó casi el 7% en el norte.
Según datos proporcionados por la Sociedad Rural Argentina (SRA), el sector agrícola consume el 28% del gasoil utilizado en la Argentina, 3,8 millones de metros cúbicos, lo que implica un gasto anual de US$3535 millones. Se estima que US$1660 millones son para la agricultura, US$1025 millones para producciones regionales y aproximadamente US$850 millones para actividades ganaderas.
En este contexto, Simone señaló que los informes que reciben sobre el estado del suministro de combustible son variados, ya que en algunas localidades la provisión es normal, mientras que en otras escasea, no se consigue o, en su defecto, está disponible pero a precios más elevados. Por ejemplo, el dirigente mencionó que les notificaron que en Entre Ríos, en las zonas de Gualeguaychú y Colón, no tenían gasoil. En Chivilcoy, Buenos Aires, la situación es irregular. “Cuando el combustible empieza a escasear en estaciones de servicio esto luego se traslada a la venta en el sector agropecuario”, dijo.
Esta preocupación fue también advertida por diversas entidades del sector esta semana. La SRA difundió un relevamiento donde observó escasez del producto, cupos y dispersión de precios. “La falta de gasoil provocaría potenciales pérdidas que los productores no pueden afrontar, especialmente luego de una sequía histórica que aún continúa en diversas zonas”, advirtió.
También Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) habló de un “caos productivo” y demoras en las labores agropecuarias. Por su parte, la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsafe) dijo que es imperativo “corregir esta situación”. Se refirió al gasoil y a otros problemas: “Nuevamente enfrentamos escasez en el aprovisionamiento de recursos e insumos básicos, como gasoil, harina de soja y repuestos de maquinarias y tractores, entre otros; y aquel que puede conseguirlo lo debe pagar a valores que no tienen explicación”.
Esta semana, desde una empresa multinacional de semillas y agroquímicos dijeron a LA NACION: “Está comenzando a haber problemas con la producción de nuevos productos [fitosanitarios] porque los proveedores globales no nos envían nuevas materias primas hasta que no se salden deudas de importaciones vencidas”.
Si bien los problemas generados por las restricciones a las importaciones es algo que las empresas vienen alertando desde hace tiempo, con la llegada de las lluvias durante el pasado fin de semana se evidenció un aumento creciente en la demanda de los productores, lo que ha puesto de manifiesto las dificultades para comprar al exterior.
Armando Allinghi, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), señaló a este medio que, “de no regularizarse [la importación] o tener una dinámica más ágil, indefectiblemente puede haber demora en el abastecimiento y que el producto no llegue en tiempo y forma”.
Según indicó, en cuanto a la importación de fertilizantes, que representa aproximadamente el 80% del total utilizado en el país, se registra un retraso de aproximadamente el 20% en volumen en comparación con el mismo período del año anterior. Hasta el momento llegaron 1.900.000 toneladas, mientras que en el mismo período de 2022 habían sido 2.400.000 toneladas.
Esta situación también afecta otras actividades dentro del sector. En la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (Caena), que hacen alimentos balanceados, han advertido que por los problemas para traer insumos del exterior los stocks se encuentran a la baja y están prestándoselos entre empresas.
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