Tiziana Prada (Braford), Alfonso Bustillo (Angus), Alejandro de la Tour (Hereford) y Víctor Navajas (Brangus) destacaron en el inicio de la muestra el potencial de la actividad e insistieron en la necesidad de dar reglas claras
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Con gran expectativa y entusiasmo, las principales asociaciones de razas bovinas del país esperaban que, después de dos años de ausencia por la pandemia, la Exposición Rural de Palermo volviera a abrir sus puertas hoy. Y argumentos no faltan: “Palermo es Palermo”, “por todo lo que significa”, “por la posibilidad de volver a juntarse, cabañeros, expositores y criadores”. Por todo eso y mucho más, había “mucha ansiedad de regresar a tocar las pistas de la vidriera de la ganadería del mundo”.
Cada uno con sus escenarios particulares, los presidentes de las asociaciones de criadores de Angus, Brangus, Hereford y Braford conversaron con LA NACION para contar detalles de la muestra ganadera, los retos que enfrentan y los contratiempos y preocupaciones que tienen en el presente y el futuro.
Con los recientes festejos por el Centenario de la institución a flor de piel, para el presidente de Angus, Alfonso Bustillo, las expectativas para la muestra son más que buenas. “Con una inscripción de 370 animales, calculamos que unos 340 estarán presentes en pista. Es un número importantísimo para la raza que está en un momento insuperable”, destacó.
Por el lado de Brangus, la raza viene creciendo en Palermo. Para Víctor Navajas, presidente de la asociación, “Palermo es Palermo” y eso se vio en la buena inscripción que tuvo en esta oportunidad, con unos 150 animales convirtiéndose en la segunda en cantidad de ejemplares.
“Hay muy buena perspectiva para la exposición. Dada la visibilidad y relevancia que tiene la muestra, a los expositores les gusta participar y presentar su trabajo en ese escenario. Va a haber muy buen nivel de animales; ya es costumbre que los criadores nos sorprendan con la velocidad de mejora que tienen”, afirmó.
Indicó que esperan una gran concurrencia de delegaciones extranjeras: “Ya confirmaron la presencia varios presidentes de asociaciones colegas de Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y Colombia, que conforman el grupo Albrangus, con el que venimos trabajando hace más de 10 años, con un muy buen intercambio de información y en algunos casos intercambio concreto de genética”.
En este contexto, para Alejandro de la Tour, presidente de Hereford, “volver a Palermo, por todo lo que significa, por la posibilidad de volver a juntarse cabañeros, expositores, criadores y gente interesada en la ganadería”, genera una buena sensación. Con inscripciones similares a los últimos años, “la raza está manteniendo su participación en la muestra”.
“La raza está fuerte. Hay un trabajo muy importante en las cinco comisiones (mesopotamia, centro oeste bonaerense, patagonia norte, patagonia sur y Tierra del Fuego). Durante todo este año se consolidó el trabajo de evaluaciones genéticas, con avances en la genómica y en la medición de la eficiencia de conversión y formamos parte de la evaluación genética panamericana compuesta por cuatro países (Estados Unidos, Canadá, Uruguay y la Argentina) que tiene un estándar muy estricto para poder participar”, contó.
Recordó que dentro de dos años, en 2024, la asociación va a cumplir un siglo de vida: “Con lo cual estamos con la expectativa y los cañones enfocados para ese lado y para trabajar hacia allá”.
Después de dos largos años, Braford volverá a decir presente en la pista central. Tiziana Prada, su presidenta, se mostró contenta, entusiasmada y “con mucha ansiedad de volver a tocar las pistas a las que consideran la vidriera de la ganadería al mundo”.
“En esta oportunidad van a llegar a Buenos Aires más de 120 reproductores Braford que vienen de todo el país. Es una raza muy federal. En este caso, hay animales que provienen de ocho provincias. Participan unas 30 cabañas y varias delegaciones extranjeras nos van a acompañar en los días de jura y en la entrega de premios. Hay una gran inversión de los criadores en genética como también de nuevos criadores ganaderos que comienzan a criar la raza porque ven en ella una excelente herramienta de producción”, dijo.
El futuro de la ganadería
De la Tour destacó la visión optimista que, a pesar de todo, siempre tiene el ganadero argentino. “Para producir carne y ser ganadero en cualquier país del mundo y en particular en la Argentina, debés tener una visión optimista porque los ciclos de producción son muy largos, a diferencia de un ciclo agrícola que seis meses después de sembrar y cosechar tenés la posibilidad de vender el grano e incluso de almacenarlo si el precio no gusta. El productor ganadero tiene que esperar tiempos mucho más largos: del servicio al destete tenés entre 15 y 17 meses; si después encima querés engordar el animal tenés otros 10, 12 meses, dependiendo de tu sistema productivo”, detalló.
En cuanto al futuro de la ganadería, para Bustillo hay mucho por hacer, en cuanto a índices reproductivos para lograr destetes de los rodeos que se acerquen más al 80% que al 65% como están ahora.
“Si tuviéramos reglas más claras y más previsibilidad en el negocio, la ganadería sin duda daría un vuelco y se podría crecer tanto en la producción de carne como en el stock, donde prácticamente estamos estancados hace muchos años”, aseguró.
Si bien rescató que hoy en día los precios de la hacienda no son malos, Prada consideró que la incertidumbre que se vive en el país, donde la brecha cambiaria no le hace bien al sector, genera en los productores una “falta de horizonte absoluto”.
“Necesitamos ser parte de una actividad a largo plazo, con reglas claras. Que nos dejen trabajar, que no nos pongan el pie encima porque el ganadero sabe lo que tiene hacer para poder crecer. Siempre digo: se crece hacia arriba pudiendo producir más, exportando más. Todo eso es lo que tracciona y queremos ser parte y colaborar en el desarrollo del país, pudiendo brindar alimentos de calidad a argentinos y al mundo”, expresó.
En coincidencia, para de la Tour, la contraparte del eterno optimismo que detenta el ganadero argentino es trabajar “en un país sin previsibilidad”.
“No saber qué mercados vas a tener abiertos dentro de seis meses, qué posibilidades vas a tener de hacer inversiones, conseguir un crédito a valores razonables para mejorar tus instalaciones es una preocupación constante. La falta de previsibilidad es algo que en estos negocios de ciclo demasiado largo complican terriblemente la producción”, cerró.
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