Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el país aumentará en 8,14 millones de toneladas la venta al exterior de harina de soja, el producto que más divisas le genera
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Luego de una caída por la sequía, la Argentina este año volverá a ser el principal exportador de harina de soja, un producto que en un año normal suele dejar más de US$10.000 millones sobre 20.000 millones de dólares que aporta al país todo el complejo (además de harina, grano y aceite). No obstante, la creciente producción de este subproducto en Brasil y Estados Unidos plantea una amenaza, ya que parte de ella se destina a la exportación, aumentando la competencia en el mercado internacional y presionando los precios.
El dato surge de un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en donde la entidad informó que con la normalización de la cosecha argentina y el crecimiento sostenido en Brasil y Estados Unidos el crush y el comercio exterior de harina de soja proyectan cifras récords para este año. El año pasado -en medio del derrumbe de producción por la sequía- el país dejó el primer lugar como exportador de harina de soja a manos de Brasil.
“En 2023, el crush de la Argentina se redujo en 11,32 millones de toneladas y solo pudo compensarse parcialmente con un aumento en el crush del resto de los principales países. De cara al año 2024 la Argentina sería el principal motor del crecimiento en la molienda de soja entre los principales exportadores con un aumento en el crush de 9,8 millones de toneladas respecto a 2023, mientras que el saldo conjunto del resto de países bajo análisis sería prácticamente neutro”, informó la entidad.
Sin embargo, se advirtió que, aunque la Argentina mantiene la mayor capacidad de procesamiento medio por planta, este liderazgo se ve desafiado por ciertas tendencias que podrían afectar su posición a largo plazo. La disminución en la cantidad de plantas activas en la Argentina, junto con una alta capacidad ociosa, contrasta con el crecimiento observado en países como China, Estados Unidos y Brasil en los últimos años. “Actualmente, China es el país con más capacidad instalada y nivel de procesamiento anual, seguido por Estados Unidos y Brasil, con Argentina ubicado en el cuarto puesto en términos de producción”, indicó.
La BCR alertó que, a pesar de liderar el ranking de exportadores de harina de soja desde finales de la década del noventa, la Argentina corre el riesgo de perder esta posición debido al crecimiento acelerado de la capacidad de procesamiento en Brasil y Estados Unidos.
“En tan solo una década, Argentina más que duplicó su capacidad de crush de soja en línea con un boom de inversiones en el Gran Rosario y superando ampliamente a los otros dos países. No obstante, en línea con la mayor capacidad instalada fue creciendo el porcentaje de capacidad ociosa ya que la oferta total de poroto de soja no logró avanzar al ritmo de las inversiones”, detalló.
“Respecto a Estados Unidos y Brasil, entre 2003 y 2013 no tuvieron un gran crecimiento de su capacidad instalada, pero en la última década se vislumbra una aceleración en el aumento de sus posibilidades de crush y con la ventaja de contar con una amplia oferta de soja para introducir en el circuito industrial. De esta forma, se configura un escenario muy distinto al de una década atrás, dado que Argentina reduce levemente su potencial de molienda y casi quedando tercero en la tabla dado que Brasil crece en capacidad de molienda”, agregó.
Asimismo, en términos de competitividad esto se agrava porque la competencia por colocar excedentes de harina de soja de ambos países en el mercado internacional continuará aumentando en los próximos años. “Entre la campaña 2013/14 y 2023/24, ambos países aumentaron en poco más de 12 millones de toneladas su producción de harina de soja por campaña comercial. En el caso de Brasil, el 50% de ese incremento productivo se destinó a la exportación y en Estados Unidos alrededor del 30% respectivamente. Es decir, con las perspectivas de que ambos países sigan incrementando su corte para biocombustibles y demanden más aceite de soja, es factible que continúe aumentando el crush de soja y se incremente la competencia por colocar excedentes de harina de soja en el mercado internacional”, señaló.
Para la campaña 2024 la BCR proyectó un crecimiento significativo en la industrialización de la soja, con un estimado de 164,5 millones de toneladas, lo que marca un aumento de 10 millones de toneladas respecto al año anterior y superando así el récord establecido en 2022. En 2023 la Argentina experimentó una reducción en su capacidad de procesamiento en 11,32 millones de toneladas, pero se espera que este país sea el principal impulsor del crecimiento en el crush de soja en 2024, con un aumento de 9,8 millones de toneladas en comparación con 2023.
En cuanto a las exportaciones, se prevé que los principales países exportadores de harina de soja, (Argentina, Bolivia, Brasil, Estados Unidos y Paraguay) alcancen un récord de 64,2 millones de toneladas en 2024, con Argentina liderando este crecimiento con un aumento proyectado de 8,14 millones de toneladas.
La entidad indicó que el futuro de las exportaciones dependerá en gran medida de la competitividad de la Argentina, especialmente frente a la buena cosecha esperada en Brasil y la presión significativa del crush debido a la creciente demanda de aceite de soja para biocombustibles.
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