En la Universidad de Belgrano, el secretario de Bioeconomía fue homenajeado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) por su homónima cátedra en esa entidad
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Pasadas las 18, el auditorio de la Universidad de Belgrano comenzaba a llenarse: empresarios del agro, diplomáticos y funcionarios de la gestión entrante se acercaron para presenciar el reconocimiento que le organizó el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) a Fernando Vilella, flamante secretario de Bioeconomía.
En un clima emotivo, íntimo y familiar, Vilella recibió una distinción honorífica por su cátedra IICA en Bioeconomía, que le otorgó esa institución por su trayectoria. En la mesa estuvieron el director general del IICA, Manuel Otero; el representante del IICA en Argentina, Fernando Camargo y el representante del IICA en Brasil, Gabriel Delgado. Otero señaló que la bioeconomía es uno de los ejes principales del IICA, por lo que remarcó la necesidad de “transformar agricultura en bioeconomía”.
“Hoy el mundo ve la bioeconomía como un modelo económico, para cumplir con la meta de la agenda 2030. Estados Unidos y China han empezado a formar sus estrategias formales sobre la bioeconomía”, adelantó antes de darle la palabra a Vilella.
En medio de aplausos, el secretario de la cartera del Gobierno de Javier Milei se acercó al estrado. “Gracias por acompañarme. Gracias a la Universidad de Belgrano por permitir este acto en este lugar. Estoy pasando semanas de muchas transiciones. Había decidido jubilarme ya. Esto hace que tenga una transición extraordinaria. Gracias a todos por el enorme reconocimiento”, comenzó a decir Vilella, quien reparó en la importancia de transformar la realidad desde cada lugar. Luego de los agradecimientos a su familia, que siguió todo el acto desde la primera fila, sostuvo que la transformación tiene que ser in situ. “Gracias a todos ustedes que sin ustedes no hubiese sido posible”, dedicó en medio de la emoción.
Según mencionó, esa transformación de la que habla involucra actores que hoy acompañan estas iniciativas: “Involucra saberes, complejidades”. “Nuevamente, me toca un momento difícil, con muchas complejidades, y en algún momento hubiese sido más sencillo. Por suerte hemos podido conformar un equipo de trabajo que no fue interferido por las autoridades superiores, donde tenemos ganas de generar una transformación en la escala que nos toca de la realidad Argentina”, agregó.
En los últimos días, señaló, ha vivido momentos emotivos: “Me jubilé, este premio, este cargo, todo junto. Estoy conmocionado por la catarata de sentimientos positivos, algunos generados por muchos de los que están acá, por alumnos que están coronando una carrera que sé que fue larga, pero me van a seguir aguantando”. En un tramo del discurso acotó que había “pensado” que iba a ser veterinario como Manuel Otero, que observaba desde un lado de la mesa el discurso, pero acotó entre risas que se dio cuenta de la verdad.
“Hice el último curso común de ingreso allá por el 73. Después de eso me ofrecen ser ayudante de alumnos, tras tomar un examen”, rememoró y completó la historia con parte de su carrera como docente. Relató que con el paso de años fue decano de la Fauba. “Luego de eso ya no es ni producción animal ni fisiología, sino que pasa a ser una visión de los agronegocios. Incorporamos un concepto que en la Argentina no estaba y que fue muy tergiversado durante estos años que involucraba a salir del potrero e incorporar el sistema desde los insumos hasta el consumidor”, explicó.
Hace unos años, contó, surgió la oportunidad de cruzar los conceptos relacionados con la bioeconomía. “Esto terminó hace pocas semanas en la oportunidad de la transformación conceptual, de transformar a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca en una visión mucho más compleja y sistémica que tiene que ver no solo con la generación de biomasa, sino con una transformación donde la ciencia y la tecnología es central. El cuidado del ambiente está en ese marco, donde la Argentina está comenzando a demostrar que somos parte de la solución”, señaló.
Contó que la Argentina tiene sistemas alimentarios con muy bajo impacto, el menor, donde la huella de carbono lo está demostrando: “Allí hay un desafío enorme que tiene que ver con la visión y el modelo de desarrollo territorial, federal e inclusivo”.
Al terminar el acto y a pocos minutos de que Luis Caputo, ministro de Economía, anunciara las nuevas medidas, aclaró a LA NACION que se tenía que reunir con el equipo económico para analizar mejor la situación. Además, indicó que queda sin efecto el cierre de los registros para exportar. Señaló también que todavía no está definido quién va a estar a cargo de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, la Dirección Nacional del Instituto de la Yerba Mate y la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario [Dncca].
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