En un webinar organizado por Acsoja se estimó una producción final 2023/2024 del orden de 50 millones de toneladas, que está ingresando al mercado fluidamente en las últimas semanas
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La producción final de soja de la campaña 2023/24 rondará los 50 millones de toneladas versus 20 millones del año pasado, pero se ubica muy lejos de los 60 millones alcanzados en el ciclo 2014/15. Es decir, la producción se normalizó, pero se mantiene estancada cuando se la relaciona con las campañas previas a la 2022/23. En tanto, los volúmenes comercializados hasta hoy están en línea con los de años anteriores, aunque hay una proporción alta de mercadería con precios a fijar.
Para el ciclo 2024/25, se avizoran precios convenientes para la época de cosecha, que invitan a ir tomando posiciones, sobre todo con los picos que pueden sobrevenir por efecto de la volatilidad que se prevé en las próximas semanas, al entrar al mercado climático estadounidense. En un webinar organizado por la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) se consideraron estos temas comerciales y otros expertos describieron el cambio tecnológico y cultural que está ocurriendo en la comercialización de granos, que ofrecen canales de información rápida, fácil y transparente para concretar los mejores negocios con la producción generada en los campos.
En la primera charla del webinar, Emilce Terré, economista jefe del departamento de Información y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, pasó revista al área sembrada y producción de la campaña 2023/24.
Con una superficie implantada de 17,3 millones de hectáreas, se estima una producción final del orden de 50 millones de toneladas superior a los de la campaña anterior muy afectada por la sequía (20 millones de toneladas), pero todavía lejos de la producción del récord de la campaña 2014/15, que llegó a 60 millones de toneladas. Esta cosecha daría lugar a un ingreso de 17.000 millones de dólares por exportaciones, con un impacto directo sobre las cuentas externas del país.
Terré comentó que, de ese ciclo, la industria y la exportación llevan comprados 19,3 millones de toneladas a esta altura del año, una cifra que no difiere de la tendencia observada en campañas pasadas. Donde sí se nota diferencia es en el volumen de mercadería sin precio, que asciende al 47% de ese total versus el 36% de la campaña 22/23. Es decir, que se normalizó la producción luego de varios años de sequía, pero se mantiene el estancamiento en el área sembrada y en los rendimientos.
Por su parte, el consultor Dante Romano, gerente de Cuentas Clave de FyO, analizó la evolución de los precios de la soja en los últimos meses. Recordó que subieron luego de las noticias de las inundaciones en Río Grande do Sul, que pronosticaban una pérdida de 7 millones de toneladas por efecto del fenómeno. Sin embargo, con el paso del tiempo, las últimas evaluaciones indican que se perderían solamente 2,2 millones de toneladas, lo que provocó una tendencia declinante de precios.
En estos días, el mercado observa qué está pasando con la campaña sojera de Estados Unidos. Las siembras tuvieron lugar en condiciones normales y se van terminando. Hacia adelante, sobreviene el mercado climático en junio, julio y agosto, donde puede generarse volatilidad de acuerdo a la evolución de las lluvias y de la temperatura. “Por ahora, no hay un premio climático, pero si ocurriera algún imprevisto podría tener un impacto alcista sobre los precios”, adelantó Romano.
En el plano interno, el analista recordó que la cosecha de la campaña 2023/24 se fue alargando por problemas climáticos, circunstancia que también tuvo impacto en el ritmo de comercialización. No obstante, las entregas se fueron acelerando en abril y mayo, por la suba de precios ocasionada por las inundaciones de Brasil y por los vencimientos de los compromisos de pago de los insumos.
De cara a la campaña 2024/25, anticipó que “no se puede pasar de rentabilidad negativa a ganar fortunas”. Con eso quiso decir que “no hay que dejar pasar momentos de buenos precios en el caso de que sobrevenga volatilidad en las próximas semanas e ir concretando negocios. Recordó que la soja para “la posición mayo de 2025 estuvo por debajo de 300 dólares por tonelada, pero también llegó a 310. Ahora está un poco debajo de ese valor, pero se pueden ir tomando precios para hacer promedios”, aconsejó.
Cambios en la comercialización de granos
En otro momento del webinar Cristian Robertti, analista de mercados y asesor de Asturias Cereales, dijo que “está cambiando muy fuerte la comercialización de granos en la Argentina” y citó como ejemplo que muchos exportadores van a originar mercadería directamente a los campos, sin recurrir a los eslabones intermedios.
Destacó que “los avances tecnológicos permiten tener acceso a nuevos canales de información fácil de entender, transparente y para todos en tiempo real, que debe ser aprovechada por el productor”. Las plataformas electrónicas también aportan información y sustituyen a las ruedas con personas en las bolsas de cereales, un proceso que fue acelerado por la pandemia.
El experto también destacó que la inteligencia artificial será una herramienta que va a facilitar los negocios en los mercados y ofrecerá nuevas opciones comerciales a los eslabones de la cadena, algo que ya vienen utilizando los fondos especulativos. Otro cambio en la comercialización está vinculado a la sustentabilidad, al garantizar la trazabilidad de la mercadería exportada desde origen hasta el puerto de embarque.
Robertti dijo que, “en definitiva, el desafío de toda la cadena granaria es evolucionar en todos los aspectos: en la información, en la tecnología y en la comunicación, con datos de calidad que permitan trazar estrategias que den beneficios a todos los eslabones”.
En la misma línea de ideas, Andrés Ponte, presidente de Matba-Rofex, pasó revista a herramientas que ofrece el mercado a los operadores, entre las cuales destacó que recientemente se agregaron cotizaciones futuras de sorgo granífero y la posibilidad de registrar contratos de soja y maíz en Chicago.
“El Matba-Rofex dota de transparencia a la comercialización de granos y permite que todos los operadores tengan referencias de los precios de todo el país, algo que podría mejorarse aún más si no ocurrieran los recurrentes cambios de reglas de juegos que se imponen desde los gobiernos a la comercialización de granos”, criticó.
Citó como ejemplo que desde 1982 hasta hoy hubo 90 decretos que modificaron los derechos de exportación que pagan los granos. Este tipo de medidas “impide el crecimiento de la producción de soja y de otros granos y compromete la previsibilidad que debe tener cualquier negocio que involucre grandes inversiones y que comprometa un número grande de operadores”, finalizó.
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