En Reconquista y la zona hay campos de agricultura y ganadería con pérdidas luego de las intensas precipitaciones
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Cada vez que Amaro García habla, sus palabras reflejan la carga de una angustia contenida. Con la voz entrecortada, el productor agropecuario declara: “La estoy pasando muy mal”. Lo dice mientras contempla parte de las 200 hectáreas de su campo, ubicado a 50 kilómetros de la localidad santafecina de Reconquista, que están inundadas y no va a poder terminar de sembrar.
En los primeros diez días de 2024, esta zona acumuló 505 mm de lluvia, una cifra considerablemente superior al promedio histórico de enero, que es de 150 mm. Esto posicionó al primer mes del año como el segundo mes más lluvioso registrado, únicamente superado por abril de 1998, cuando se contabilizaron 522,5 mm, según los datos proporcionados por el INTA Reconquista.
“Nosotros hace tres años venimos arrastrando una sequía y ahora llegan las inundaciones. No podemos sembrar soja, se nos fue la fecha, no sé que vamos a hacer”, dice García. En su campo ayer llovió 240 mm entre la madrugada y el mediodía. El productor siembra todos los años, además de la oleaginosa, maíz, girasol y algunas verduras como zapallo brasilero, mandioca, arveja y batata. Este año solo llegó a sembrar girasol y la mitad de la soja. Estima que no va a poder continuar con la siembra por la falta condiciones ante el exceso de agua que hay en los perfiles del suelo.
“Con eso tengo que vivir y pagar los impuestos. Fui a hacer un crédito por la sequía y te piden muchísimas cosas y a nosotros, sin nada, nos sacan el 30% de retenciones. Estamos mal, sinceramente, y no tenemos ni una ayuda”, lamentó el productor.
Desde hace varios días que Aldo Zorzón y su hermano intentan no hablar del campo en una búsqueda de escapar de la realidad. Van a tener que dejar lotes sin sembrar. Si bien los 300 mm que cayó ayer fueron los que terminaron de llevar la situación a un extremo, asegura, las complicaciones comenzaron en noviembre. “Estimamos que de enero hasta fin de octubre [de 2023] llovió entre 500 y 600 mm, pero desde noviembre hasta ahora fueron 1000 mm. Eso hizo que se retrase la siembra, que haya lotes que tengamos que resembrar y otros que, por como pinta el panorama, los tengamos que dejar sin nada”, dice.
Alerta que los pronósticos dan que las lluvias van a continuar. Como resultado, estima, al menos un 30% de pérdida de producción entre algodón, soja y maíz en los campos que produce en Reconquista, en el sur del departamento de General Obligado, al norte del departamento de San Javier y al este del departamento Vera.
En este contexto, indica que lo difícil es tomar la decisión de dejar de mantener algunos lotes. “No podemos seguir estando porque, si decidimos sembrar, a los lotes hay que prepararlos; para sembrarlos hay que tirarles tres o cuatro productos para controlar las malezas”, explica.
Augusto Gastaldo, presidente de la Sociedad Rural de Reconquista, afirma que la situación que viven es “muy alarmante y caótica”, en general debido a la gran cantidad de agua en tan poco tiempo. “No hay registro de un enero tan lluvioso como este, y vamos recién once días del mes. Es una situación extrema, no hay productor que escape de esta realidad, atraviesa en mayor o menor medida a todos, ya sea en producciones avícolas, porcinas, bovinas u ovinas”, remarca.
En lo que respecta a la producción agrícola, que es la más afectada, cuenta que hay cultivos que no se terminaron de sembrar, como el algodón, y ahora están fuera de su época ideal. Por otro lado, agrega, hay una gran cantidad de lotes que se encuentran anegados e, inevitablemente, se los dejará sin producir.
“Son pérdidas millonarias de insumos, preparación de suelo, semilla y combustible que no se podrán recuperar. Por otro lado, otros cultivos, principalmente el girasol, que estaban para cosecha, verán retrasada su recolección, con enormes pérdidas de calidad y cantidad, lo cual perjudicará enormemente la rentabilidad del productor”, detalla.
En lo que respecta a la producción ganadera, también está “complicada y amenazada”. La situación afecta a campos más altos como de zonas más bajas. “Los animales sufren mucho esa situación por la falta de lugares para descansar y estar cómodos. Está muy condicionada la ingesta de pasto y las pasturas en los lotes resultan dañadas, requiriendo mucho tiempo para recuperarse”, sostiene. A esto se suman las dificultades para acceder a los campos, la falta de energía, entre otros factores.
En el partido de General Obligado [la cabecera es Reconquista], el ingeniero agrónomo Rubén del Fabro, que asesora a varios campos, explica que la siembra de soja se ve interrumpida por esto. “Hay un porcentaje ya nacido que está bajo agua y se va a afectar. El maíz tardío también está demorado en la siembra. Los lotes de girasol para cosechar son muy puntuales; de lo que quedó se levantó un alto porcentaje antes del cambio de tiempo, pero igual hay un pequeño porcentaje afectado”, comenta.
Aclara que todavía es muy pronto para tener una evaluación concreta de daños, algo que se podrá hacer más sobre la semana próxima.
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