Productores de varias zonas agrícolas del país apuntan contra una firma a la que entregaron sus equipos luego de publicitarlos; reclaman que la Justicia actúe rápido
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Los delitos virtuales llegaron al campo. En los últimos meses, una serie de estafas de compraventa de maquinaria agrícola en plataformas digitales puso al sector agropecuario en estado de alerta permanente en la zona de San Pedro.
Cecilia Doval fue una de las víctimas. Junto a sus dos hermanos tiene un pequeño establecimiento en Santa Lucía, en el partido bonaerense de San Pedro. Luego de la muerte de su padre en noviembre pasado, los Doval decidieron vender un tractor Massey Ferguson 1195 modelo 85 y una sembradora Fercam de nueve surcos porque al estar alquilado el campo no iban a utilizarlos y era mejor venderlos que dejarlos guardados en un galpón.
En abril pasado, realizaron una publicación en un portal de comercio electrónico. A los pocos días, los supuestos compradores consiguieron su contacto y se comunicaron con ella.
“Me llamaron como titulares de una compañía llamada C & Medical SRL, perteneciente a los hermanos Francisco y Diego Trombotto y que tenía domicilio en Urdinarrain, provincia de Entre Ríos. En la negociación me dijeron que primero debían ir a ver la mercadería al campo para poder cerrar la operación”, dijo Doval a LA NACION.
Tras un chequeo y visto bueno por parte de un supuesto mecánico, la venta se concretó. Previa entrega de 12 cheques electrónicos y diferidos por un monto de US$30.000 el 10 de mayo pasado, un carretón contratado desde la localidad de Arrecifes llegó al campo para cargar los equipos.
Todo parecía correcto hasta que a principios de agosto la mujer intentó cobrar los cheques pero estos carecían de fondos. Enseguida se contactaron con quien transportó las máquinas para ver hacia donde se las había llevado.
Ahí mismo, el conductor contó que él también había sido engañado y que los tres viajes que les había hecho a los compradores le pagaron con cheques sin fondos. “Nos dijo que las había llevado hasta un taller mecánico en el pueblo de Muñoz, en el Gran Rosario, donde las bajaron. Al hablar con el mecánico del lugar nos indicó que tres días después las retiraron con rumbo desconocido”, detalló.
Inmediatamente, Doval realizó la denuncia respectiva ante la fiscal Viviana Ramos, de San Pedro, para tratar de dar con los estafadores. “Pero aun no se ha avanzado en la investigación. Nos estafaron y cuando comenzamos a averiguar eran muchos más los que estaban en la misma situación que nosotros”, señaló.
Según contó la damnificada, muchas de las maquinarias robadas fueron a parar a una pequeña chacra en Urdinarrain, en Entre Ríos, donde los compradores alquilaban unas hectáreas y tenían un pequeño feedlot, en la ruta 20, en el acceso al pueblo.
“Los caseros de la chacra declararon que una gran cantidad de las maquinarias llegaron al lugar y tras unos días se iban de ahí. Los carretones que cargaban tenían la inscripción de El Dorado y según los investigadores se dirigieron a la zona de El Soberbio, en Misiones”, describió.
Los Urquía son productores agropecuarios en la zona de Miguel Riglos, en La Pampa, a quienes con la misma modalidad delictiva también lograron estafarlos.
“Publiqué nuestro tractor Massey modelo 2004. Al poco tiempo, Francisco Trombotto se comunicó conmigo. A los 10 días, Diego, su hermano, se presentó en el campo con un mecánico a revisar el tractor. Les gustó, ahí nomás firmamos el boleto de compraventa y nos entregó los cheques físicos por un valor de 50.000 dólares. El 18 de junio pasado, mandaron un carretón que llevó el tractor a Entre Ríos pero nunca pudimos cobrar nada porque todos los cheques presentados fueron rechazados”, señaló Lucía Urquía.
Según contó, las operaciones estaban perfectamente digitadas y coordinadas para que los cheques que libraron para la decena de los damnificados entren todos en agosto. “Antes de esa fecha, uno entraba a la cuenta de esa sociedad y estaba impecable. Si bien hicimos la denuncia en la fiscalía de Santa Rosa, hay pocos avances al respecto”, dijo.
Según registros oficiales, la empresa apuntada por los productores se dedica a la cría del ganado bovino y engorde a corral; a la venta de máquinas y equipos de uso médico; a la venta al por mayor de materias primas agropecuarias y de animales vivos, de vino, bebidas, alimentos y tabaco, a la reparación de vehículos automotores y motocicletas, al cultivo de cereales de uso forrajero, como así también a la elaboración de alimentos a base de cereales y de molinería y de acopio de cereales y semillas, entre otros.
Otro afectado, un directivo de una agencia de maquinaria que prefirió resguardar su nombre, señaló que le vendió un tractor usado por un valor de $7 millones de pesos. “Es una mafia, una organización delictiva a nivel nacional con cuentas en diferentes bancos. Cambiaban el domicilio fiscal como si nada”, dijo.
“Han clavado a todo el mundo. Es una estafa gigantezca, donde cayeron grandes, medianos y pequeños. Sin escrúpulos, dejaron el tendal de deudas. Aun no se sabe a cuanto alcanza el monto total de la estafa porque todos los días aparecen nuevos denunciantes”, añadió.
En Urdinarrain, el productor Aldo Koch era vecino al feedlot de la firma apuntada. También dice que fue estafado porque no solo no le pagaron los 50 rollos de alfalfa que les llevó para la hacienda encerrada sino que, además, le había prestado un tractor y un tanque de combustibles de 2000 litros que desaparecieron del predio de un día para otro.
“Me engañaron por más de $2 millones. Era gente nueva en la zona pero, como trabajaba un empleado que yo conocía, les entregué los rollos y como precisaban un tractor y un tanque de combustible de gauchada les presté por unos días. Cuando cargaron mi tractor, al empleado le dijeron que lo llevaban a Misiones. Tengo ganas de agarrar la camioneta e ir hasta allá a recuperar lo mío”, remarcó.
LA NACION realizó varios llamados a C & Medical SRL y a los hermanos Trombotto, pero no tuvo respuestas hasta el momento.
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