La Fundación Taca, Seres de Luz, rehabilita caballos para su utilización en la equinoterapia; busca padrinos para once animales
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Trabajo en equipo, compromiso, respeto, protección, cooperación, amistad, comprensión, honestidad, tolerancia, solidaridad, conciencia y amor. Estos son algunos de los valores que enarbola la terapista Samanta Pistochi a diario. Para ella, hoy no será un día más. La Fundación Taca, Seres de Luz, que armó hace 10 años, hará un “desayuno campero” para mostrar a la gente de la comunidad cómo interactúan los 11 caballos rescatados que tienen junto a las personas que poseen alguna dificultad para su desenvolvimiento en la vida.
“Queremos que la gente se acerque y conozca las historias de los caballos, cómo se rescataron y cómo ayudan a través de la equinoterapia a la gente con diversos problemas a salir adelante”, contó a LA NACION.
Según Pistochi, es a través de una terapia asistida con animales cómo se logra rehabilitar a personas con adicciones o con necesidades de cuidados. “Mañana será el encuentro y buscamos que sean muchos los que nos vengan a acompañar. Necesitamos padrinos para que estos caballos puedan comer. Con los que ya tenemos, solo cubrimos el 50% del alimento que los animales necesitan”, detalló.
“Llega el invierno y precisamos donaciones que nos permitan techar la caballeriza para que nuestros caballos rescatados no duerman a la intemperie”, añadió.
“Nos gustaría tener más caballos pero por ahora no podemos hacerlo porque no hay forma de sostenerlos de la manera que se merecen”, añade.
Con 41 años, desde hace más de 20 años que trabaja con distintas especies de animales, entre ellos delfines, perros, gatos, llamas, conejos y, ahora está al frente en una acción aun más altruista: con caballos que se rescatan de la calle y se rehabilitan. Luego, ellos son parte de la rehabilitación de las personas que llegan al lugar con algunas necesidades.
En el predio de cinco hectáreas que la ONG posee en Loma Verde, en el partido bonaerense de Escobar y donde se realizará el evento, son alrededor de 100 personas que de manera alternada buscan junto a los caballos recuperarse y salir adelante. “Muchas de ellas se convierte en madrinas o padrinos de algún caballo al que le tomaron cariño durante su terapia”, señaló.
Según precisó, en el lugar también se realizan jornadas de investigación, de difusión, de concientización ambiental y de sanidad y buen trato equino. Participan especialistas destacados. La semana pasada, por ejemplo, estuvo la veterinaria Anahí Zlotnik, “una eminencia en bienestar animal”.
Otros planes que tienen pensado llevar adelante son los programas de capacitación laboral “para personas que deseen tener un oficio relacionado a los caballos, como ser peón de stud de caballerizas, amanse natural del caballo, manejo sensitivo de animales, talabartería y platería criolla”. Se trata de programas gratuitos y destinados a poblaciones vulnerables “para que puedan tener un oficio con salida laboral”.
La fundación interactúa con otras entidades que se dedican a rescatar caballos en situación de vulnerabilidad en la Argentina para no solo adoptarlos, sino para actuar como “puente” entre otros posibles interesados en adoptar los animales. “Somos una entidad con el foco puesto en ayudar no solo a personas sino también a los animales que son maltratados y darle a ambos una mejor calidad de vida”, finaliza.
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