La seguidilla de lluvias no los deja realizar la recolección de la soja, que muestra bajos niveles de avance en la región agrícola núcleo
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“Venimos demasiado atrasados”. Esta es la frase que se repite entre los productores agropecuarios, principalmente del este de la región núcleo porque las lluvias persistentes están obstaculizando el progreso de la cosecha de soja. En algunas localidades donde normalmente estaría casi finalizada la recolección apenas se ha logrado avanzar un 5%. Este retraso comenzó a generar un creciente nerviosismo, dado que la calidad del grano empezó a deteriorarse. Muchos productores tienen fresco el recuerdo de que, en abril de 2018, dos semanas seguidas de lluvias llevaron a la pérdida de más de dos millones de toneladas de la oleaginosa por desgrane.
“Recién pude cosechar solo un 5% de la soja de primera [de siembra de octubre]. Para esta época debería estar entre un 50 y un 60% de avance”, dijo Lisandro Gordo, quien tiene una empresa de siembra. En los campos que asesora en el norte de Buenos Aires, en localidades como Ramallo, San Pedro, Baradero y Arrecifes, el avance promedio es del 20%. “Ninguno supera ese porcentaje, e incluso hay productores que no han podido recolectar nada. En promedio, el retraso es de alrededor de 30 puntos porcentuales. En cuanto a la soja de segunda [de implantación después del trigo], deberíamos estar comenzando la cosecha y aún no hemos cosechado nada”, agregó.
En los últimos 15 días solo se pudo cosechar tres porque, más allá del volumen de las precipitaciones, no se podía avanzar por la humedad. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) viene de advertir que la cosecha de soja en la zona núcleo tiene el mayor atraso de los últimos ocho años. Está en un nivel de avance del 60%, muy por debajo, por ejemplo, del 75% de 2023 o el 95% de 2022.
Este retraso, comentó, provoca una pérdida de calidad en el grano, lo que impacta negativamente en el precio. “El peso del grano es menor y se están presentando enfermedades y hongos que atacan la soja, disminuyendo aún más su peso y causando la caída de las vainas”, alertó. Remarcó que “hay mucho nerviosismo”. Y señaló que el retraso en los trabajos de cosecha por parte de los contratistas agrava la situación: los productores temen no contar con el servicio para cuando finalmente haya condiciones para cosechar. “Hay mucha presión porque los clientes quieren cosechar cuando salga el sol, pero ellos vienen retrasados, entonces es un problema”, manifestó.
“Es increíble porque venimos de una sequía histórica el año pasado. Lo que en su momento no se pudo cosechar por falta de agua ahora cae toda junta en un momento en que no la necesitamos, que es durante la cosecha”, expresó Pablo Barcala, asesor en San Pedro, Baradero y Ramallo. Alertó: “No se ha levantado casi nada. El porcentaje de cosecha es muy bajo. En un año normal para esta fecha la soja de primera debería haberse cosechado casi en su totalidad, pero apenas estamos en un 10% a 15%”.
Destacó la doble problemática que enfrentan los productores, tanto por la mala calidad del grano debido a las precipitaciones intensas como por la presencia de enfermedades que afectan el cultivo. “Nuestra preocupación no se limita solo a la cantidad de la cosecha, sino también a la calidad del grano”, reflexionó.
“Es un problemón. No pude levantar la cosecha de soja de primera”, dijo Jorge Esponda, un pequeño productor que hizo 30 hectáreas de soja de primera y 70 de segunda implantación en Roldán, Santa Fe. Detalló que las plantas experimentaron estrés hídrico al inicio de su desarrollo, lo que resultó en una cantidad considerable de granos de mala calidad debido a su secado prematuro. “Aunque más tarde llovió y la planta comenzó a recuperarse, ahora hay granos verdes que, a pesar de empezar a secarse, debido a las continuas lluvias, nunca terminan de madurar. Como resultado, la planta se cosecha con una alta humedad y los granos sufren descuentos [en el precio]”, comentó.
El productor enfatizó que, “de cualquier manera”, tendrán que iniciar la cosecha en los próximos días si no quieren seguir perdiendo producción.
“Tenemos la cosecha en un 20-25%; el resto queda en el campo, tanto de primera como de segunda. Para esta época tendría que estar al revés, el 80% cosechado. Incluso muchas veces, para el primero de mayo, ya terminamos”, dijo Fernando Parodi, un productor agropecuario de San Nicolás que, en total, maneja 1000 hectáreas.
Al igual que Esponda, explicó que con el estrés hídrico de enero pasado se retrasó el desarrollo del cultivo. Luego llegaron las lluvias que dejaron “sin piso” para entrar con las cosechadoras a los lotes. “Necesitamos que haya sol, pero con estos días nublados vamos a tener que cosechar con humedad. Lo ideal sería un 13,5% de humedad para entregar a los acopios y el puerto, pero estamos cosechando con 17-18%; lo tenemos que sacar igual, si no se va a pudrir en el campo”, afirmó.
Comentó que, a medida que pasan los días, la inquietud aumenta. “Estamos muy preocupados. Contratamos una máquina para que coseche con nosotros. Para poder levantar lo más posible porque uno quiere cosechar en una semana lo que normalmente levanta en un mes”, contó.
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