Daniela Ríos es porteña y su familia no tiene ninguna hectárea de campo, pero su amor por las actividades agropecuarias nació desde que era una niña cuando todos los veranos iba a visitar a sus parientes a Córdoba y a Entre Ríos. Desde ese entonces supo que su vida de grande giraría en torno a ello.
Fue así que cuando terminó la secundaria se anotó en la universidad para estudiar Licenciatura en Producción y Gestión Agropecuaria. Al mismo tiempo, se sumó a JornaderosAgro, una organización de jóvenes que trabaja como "un puente entre lo que estudiás y la realidad del campo".
Desde hace tiempo está preocupada por la visión negativa que tiene parte de la sociedad de las actividades que se realizan en el campo. Cree fervientemente que la comunicación agropecuaria está fallando y que desde allí se debe cambiar la mirada y que la gente comprenda que las actividades de la gente del campo se basa en producir alimentos.
Por ese motivo, hace tres meses se anotó en un taller virtual de comunicación para unos 70 jóvenes de la agroindustria, organizado a través del programa Escuelas Vinculadas, donde una de las mentoras es la senadora provincial y presidenta de la Comisión de Asuntos Agrarios, Felicitas Beccar Varela. El eje del taller fue dar herramientas, estrategias y capacitar con nuevas maneras de comunicar, ampliando el concepto que la gente tiene como imagen del campo.
Para Beccar Varela, "todavía falta mucho por hacer, pero este es el camino a seguir para que la comunidad agropecuaria comience a ser integrada junto a la ciudad, y así generar que el interior productivo pueda crecer."
A modo de cierre, en el taller se organizó un concurso en donde los participantes, divididos en grupos, debían crear un proyecto por el cual busquen generar vínculos genuinos entre el campo y la ciudad.
"Vimos que existía una necesidad por parte de los participantes de sumar nuevas herramientas que permitieran comunicar lo que se hace desde la comunidad agropecuaria para toda la sociedad", explicaron desde la coordinación de Escuelas Vinculadas.
Daniela, junto a Pedro Bechini, Francisco Cáceres, Trinidad Fernandez Wallace,Venecia Petra Lorenzatto, Santiago Tomás Macías y Paulina Yadarola, armaron el proyecto "Raíces del Futuro", que resultó ganador de la competencia. Durante la elaboración, sumaron a Antonella Carabelli, una joven estudiante de Gestión Ambiental de la UADE para que haga sus aportes.
En diálogo con LA NACION, la joven, "única porteña del grupo" contó que fue una gran y enriquecedora experiencia. "Me anoté porque quería tener herramientas para poder contarle a la gente de la ciudad que el campo no es el enemigo. Me impacta el problema comunicacional que existe en el sector del agro", señaló.
El proyecto ganador tiene por objetivos acercar jóvenes al campo, derribar mitos, generar empatía con el sector, darle valor a la cadena productiva y potenciar el sector sumando a jóvenes con ganas de aportar ideas, vinculando su profesión al agro.
"Nosotros planteamos la necesidad de acercar jóvenes al campo que no se muestran interesados para nada pero que sí están interesados por temas ambientales y por ello reciben información constante de los ambientalistas", indicó.
La idea de Raíces del Futuro es generar vínculos a través de las redes sociales, "con debates en donde los profesionales cuenten la realidad sobre cómo se trabaja con agroquímicos y cómo es el verdadero impacto ambiental de la ganadería: de sectores enfrentados pasar a ser sectores integrados".
Con un mensaje objetivo y apartidario, para Daniela es importante buscar consensos y sinergia entre los sectores en un espacio de interacción entre todos. Con 26 años, se recibió de licenciada en producción y gestión agropecuaria y lo único que espera es conseguir trabajo y cumplir su sueño de irse a vivir al campo.
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