En la 8ª edición de Negocios del Campo, organizado por LA NACION, referentes de las empresas vinculadas con el campo se refirieron tanto a la necesidad de producir más alimentos como al cambio climático
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En un mundo que necesita alimentarse y, al mismo tiempo, busca soluciones para abordar el cambio climático, las tecnologías, la digitalización y la transición hacia prácticas agrícolas sostenibles emergen como parte fundamental de esta ecuación.
En este contexto, las empresas se ven desafiadas a proporcionar a los productores soluciones y productos cada vez más innovadores en esa dirección, que sean factibles de implementar y puedan percibir como valiosos. De eso hablaron Pablo Provera, gerente de Excelencia Digital de BASF; Agustín Ayerza gerente ejecutivo Agro-Industria en Mirgor; Daniel Aguzin, líder comercial de Bayer Crop Science para la Argentina y Uruguay, y Fernando Bautista, head de agronegocios de Banco Santander. Los ejecutivos participaron de la 8º edición de Negocios del Campo, un evento organizado por LA NACION para analizar la actualidad, las tendencias, las oportunidades y los desafíos del sector agroindustrial.
“Hay que incrementar la producción con una mayor calidad, pero haciendo un uso más eficiente de los recursos, al mismo tiempo que se satisfacen las expectativas de la sociedad. Los consumidores son cada vez más exigentes y desean conocer en detalle la historia de los cultivos, su origen, método de producción y quiénes están detrás de ello. La digitalización y la obtención creciente de datos vienen ayudarnos a alcanzar estos desafíos y a poder brindarle soluciones al productor acompañándolo con diferentes tecnologías, soluciones, productos e innovaciones”, sostuvo Provera.
En ese sentido, el ejecutivo remarcó que las empresas tienen el desafío de “fomentar las buenas prácticas agrícolas mediante las innovaciones tecnológicas”. Desde la compañía dio como ejemplo que ofrecen Xarvio, una plataforma digital donde se ofrecen soluciones digitales para la agricultura y la optimización de cultivos.
Asimismo, detalló que invierten más de 2,6 millones de euros por día para poder generar nuevos productos y soluciones. “Estamos hablando de más de 950 millones al año, o sea, realmente es una inversión enorme en todo lo que se pone en investigaciones, desarrollo, que es fundamental para poder enfrentar estos desafíos y alcanzar los objetivos que nos planteamos”, dijo.
En coincidencia, Aguzin destacó: “Hay un mundo que necesita ser alimentado y un mundo que necesita también soluciones para trabajar en mitigar el cambio climático, la agricultura es parte de esa solución”.
En ese sentido, consideró que existen dos desafíos fundamentales que enfrenta la humanidad, en los cuales el sector puede contribuir. El primero es la seguridad alimentaria ante una población que alcanzará las 10.000 millones de personas para 2050, lo que supone 2000 millones más que la cifra actual. El segundo desafío está relacionado con la reducción del 20% de las áreas de producción global debido al cambio climático.
“Esto nos invita a producir más con menos recursos y restaurando más”, expresó el ejecutivo. Explicó que la empresa adoptó un enfoque orientado hacia la agricultura regenerativa, que permite restaurar la salud de los suelos, mejorar el uso y manejo del agua, incrementar la biodiversidad, ayudar a disminuir el impacto del cambio climático y mejorar el sustento económico de los agricultores.
Aguzin subrayó que todas las inversiones destinadas al desarrollo de soluciones, tanto presentes como futuras, deben estar orientadas hacia el avance en el camino hacia una agricultura regenerativa. Dio como ejemplo que trabajan en un maíz de baja estatura que permita ingresar en el lote a fertilizar en un estado reproductivo muy avanzado donde la planta aprovecha mucho más el insumo. Asimismo, se refirió al programa Pro Carbono que se lanzó en 2019 y que ya cuenta con unos 160 productores.
En este contexto desafiante, que requiere de más tecnología e innovación, los ejecutivos coincidieron en que la Argentina se encuentra en una posición favorable porque los productores son reconocidos por su rápida adopción. Considerando este hecho, al tomar la palabra, Ayerza consideró que el desafío mayor de todas las tecnologías nuevas, así como las que están por venir, radica en que se puedan implementar, que “el productor vea el valor tangible”.
“Cuando las tecnologías funcionan el productor las adopta. La Argentina tiene una cantidad de profesionales en la industria muy alto a nivel regional, lo que indica una gran capacidad para gestionar tanto la agricultura y la ganadería. Por lo tanto, está más del lado de las tecnologías de que realmente le agreguen un valor al productor argentino que es muy proactivo en adaptar tecnología”, agregó en ese sentido.
El ejecutivo contó que la empresa, que este año cumple 40 años y estuvo en manufactura y tecnología todo este tiempo, inicio un camino de diversificación en los últimos seis años y el agro es uno de estos verticales nuevos.
“Hay que mirar a los negocios transversalmente, empiezan haber actores distintos en el agro que son necesarios para abastecer al mundo con las demandas que vienen en el futuro. La necesidad de tener calidad, trazabilidad y muchas otras cosas, con tecnología, es mucho más posible y certero”, indicó.
Tomando el concepto de que la tecnología cumple un rol fundamental para poder producir más en la misma cantidad de hectáreas, Bautista, de Santander, contó que desde las entidades bancarias, lo que buscan es brindar servicios financieros a todos los integrantes de la cadena para que la incorporación y avance de la misma fluya de una forma más acelerada y que sea más accesible para todos.
“Por otro lado, es importante destacar que la digitalización va a permitir que el productor pueda financiarse al 100% de forma online para la compra de sus insumos. Lo que hace la financiación es reducir mucho el costo por transacción y permite que podamos democratizar al productor más pequeño, que tiene más dificultad para llegar a diferentes productos que eran más sofisticados”, comentó.
Bautista se mostró optimista de cara al futuro: “Tenemos una mirada muy optimista respecto al futuro. Respecto al 2024, algo que nos llena de optimismo, que ya empieza haber más agua. La transición de Niña a Niño es irreversible. Eso genera un optimismo en un mercado y en un sector que tiene la potencia de ser jugador de clase global tanto en agricultura como ganadería”, dijo.
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