En la muestra se exhibe el funcionamiento de un equipo automático; en la Argentina hay 200
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Un novedoso robot se roba las miradas en la Exposición Rural de Palermo, donde un tambo automático realiza hasta cuatro ordeños por día de los pocos animales de la raza Holando que trajeron a la muestra. Este sistema, que identifica a la vaca, limpia sus ubres, aplica la máquina y monitorea la producción de leche, se ha convertido en un aliado de algunos productores agropecuarios que ya lo incorporaron. En total, en la Argentina hay 200 equipos y en el caso de la marca que los exhibe son importados desde Suecia.
Desde hace tiempo se ha observado que la tecnología aplicada permite optimizar la eficiencia en el proceso de producción láctea. Así han aparecido los tambos robóticos que ordeñan a las vacas y reemplazan el trabajo más duro que tiene hoy el tambero, que muchas veces no encuentra mano de obra.
Marcelo Baldan, gerente de grandes proyectos para DeLaval Argentina, contó que el producto exhibido tiene dos años en el país y se está difundiendo con mucha fuerza. Se arma en Suecia y se trae a la Argentina. “El equipo viene armado en parte, pero hay otra gran parte que se hace acá y es que hay que instalarlo. Para eso tenemos los distribuidores y los equipos técnicos que se dedican a hacer las instalaciones en el campo”, precisó. El equipo trabaja con electricidad. Una vez que la vaca entra al sistema, se sube, se cierra esta puerta y apenas ingresa se identifica en el equipo. El animal tiene un collar con una caravana digital y lo primero que hace el robot es darle de comer para que la vaca esté tranquila mientras se realizan todos los pasos. “Una vez que la vaca entra, el comedero se ajusta al tamaño de la vaca, después empieza a hacer el proceso de rutina de ordeño, mientras la vaca está comiendo”, narró. Para que la gente que llega a la Rural observe cómo se realiza el proceso, la organización armó una pequeña tribuna.
Primero hace el lavado de las ubres y la estimulación. Después se colocan las copas de ordeño, se realiza el mismo y una vez realizado el robot hace la desinfección con un producto específico para ese menester. “Una vaca pasa entre seis y siete minutos en los boxes de ordeñe; dependiendo del nivel de producción que tiene”, agregó.
El sistema tiene en la computadora los datos de los ordeños de toda la historia de vida de la vaca. En función del tiempo que transcurrió desde el último ordeño, el sistema sabe cuándo le toca nuevamente volver al animal a realizar el proceso. “En función de la producción del último ordeño y el tiempo que pasó, el sistema también estima cuántos litros va a producir esa vaca en el siguiente ordeñe, pero no solo la vaca, sino cada uno de los cuartos de la vaca”, subrayó.
El robot tiene una alarma, por ejemplo, que alerta al tambero si una vaca no ha ido a ordeñarse: de esta forma el productor también puede saber o interiorizarse más sobre el animal. En la Argentina hay 200 equipos de estos y normalmente lo utilizan los productores medianos y tambos familiares donde la mano de obra se convierte en un problema para los establecimientos. “Con estos equipos la vaca se ordeña hasta tres o cuatro veces. Se puede armar un sistema voluntario, donde las vacas van y vienen a ordeñarse las veces que ellas quieren también, es decir, ellas vienen a voluntad. Después el sistema regula si las deja entrar o no, si las ordeña o no. Pero las vacas cuando vienen a comer voluntariamente al sistema pueden ser analizadas en ese sentido”, precisó.
El equipo solo ronda los US$90.000, pero cuando se arma todo el sistema inteligente puede alcanzar los US$150.000. Además, siempre juega la cantidad de unidades y las funciones que necesite habilitar el productor. Hay cosas que diluyen los costos en función de la cantidad y hay otras que lo robotizan aún más. También se puede resolver con lo que el productor ya utiliza en su establecimiento.
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