En el partido de General Villegas las últimas lluvias superaron los 400 mm y prevén importantes pérdidas en cultivos; problemas para la ganadería
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Mauro Lisiardo, un productor de la zona de Cañada Seca, en el partido bonaerense de General Villegas, tiene su hacienda en las lomas de los molinos y de los tanques, en espacios en donde prácticamente no hay lugar para que se echen. La alimenta con ración porque ya se quedó sin pasto. El agua avanza. También tiene el 70% de sus cultivos bajo el agua. Una situación que se repite en gran parte del oeste bonaerense en donde los 450 milímetros que cayeron en los últimos días dejaron miles de hectáreas anegadas y a muchos productores sufriendo las consecuencias, preocupados porque aseguran que por la falta de obras de infraestructura el agua de lluvia no drena y van a perder sus cultivos y se quedarán sin alimento para los animales.
En ese sentido, Daniel Colombo, presidente de la Sociedad Rural de General Villegas, un partido de 724.000 hectáreas, explicó que los milímetros caídos en los últimos días en la zona afectarán principalmente a los lotes más bajos, que en su mayoría están sembrados con soja de segunda. “Esperamos una pérdida importante porque si el agua no se retira en uno o dos días el cultivo se pierde”, dijo.
Las lluvias en la región eran añoradas por los productores luego de la sequía y la ola de calor de hace dos semanas que trajo temperaturas de más de 42 grados. “Las lagunas estaban secas, por lo que estas lluvias recargan el perfil, las napas estaban bajas, por lo que es necesario para esta época que se consume mucha agua, pero llovió más de lo esperado”, indicó.
Germán Fernández, un productor que tiene campo en Cañada Seca, ya dio por perdida toda su cosecha. Tiene más del 70% de las 700 hectáreas de producción mixta entre campo arrendado y propio anegadas. “La soja está cubierta por el agua, lo más probable es que se pudra porque ya lleva dos días en esas condiciones, el cielo está nublado y hay pronósticos de lluvia para hoy y mañana”, precisó.
A la hacienda la trasladó a una zona que aún no se inundó. Muchos de sus vecinos se vieron obligados a sacar el ganado de los campos porque están totalmente cubiertos por el agua. “A mí no se me van a morir ahogados, pero me va a impactar en la producción. Encima no hay posibilidad de vender porque están todos los caminos inundados, es imposible ingresar en esas condiciones. No resistimos más agua”, afirmó.
Algo similar planteó Lisiardo, quien detalló: “Si en uno o dos días no baja un poco el agua estoy pensando en largar la hacienda en alguna loma de lote de maíz, girasol o soja para que tengan lugar en donde echarse por lo menos”, comentó. Trabaja 1500 hectáreas ubicadas en Cañada Seca, entre Piedras y Rufino, de las cuales 1000 están con el agua prácticamente hasta la cintura de una persona.
El productor tiene de cultivos un 70% con agua. Lo anegado en el campo con animales en tanto trepa al 90%. “Todo va a depender de que baje el agua, pero pérdidas voy a tener seguro porque es difícil que resistan”, señaló.
En tanto, 30 hectáreas destinadas para moha para alimentar los animales están inundadas. “Con un promedio de rinde de 4000 kilos por hectárea y rollos de 500 kilos, es una pérdida de 8 rollos por hectárea, un total de 240. Nosotros, por lo general, la alimentación es todo a campo. Los rollos están más destinados para el invierno cuando nos quedamos corto de pastos o pasturas. Igual que los granos que le estamos dando ahora. Todo eso es alimento que tenemos destinado para la época más complicada”, explicó.
Frente a este panorama se quejó por la “falta de trabajo de canalizaciones”. Y añadió: “Desde hace tres días que no llueve y cada día tengo más agua”.
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