Productores afectados por hechos de inseguridad se reunieron ayer en la localidad de Santo Tomé para plantear diversos reclamos
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Cansados de que todas las semanas delincuentes ingresen a sus campos a faenar la hacienda y les roben la carne, un grupo de productores correntinos se reunieron ayer a la vera de la ruta 14, a dos kilómetros al norte de la ciudad de Santo Tomé, para visibilizar la problemática y organizarse con el fin de reclamar mayor presencia policial y accionar judicial.
“Es como vivir en una zona liberada porque no para de aumentar el robo de ganado en todos los establecimientos rurales. A pesar de que las patrullas rurales muestran buena predisposición para hacer frente a la situación, no disponen de suficientes recursos porque no les llegan los fondos de la Nación y la provincia”, denunció el productor ganadero Alfredo Haynes, que participó del encuentro. Según aseguró, hubo al menos 50 productores del nordeste correntino.
En la zona atraviesan una ola de inseguridad sin precedentes, con aproximadamente un robo por día en los campos, según advirtieron. Los productores, además de buscar visibilizar la situación, acordaron una serie de pasos que consideran que se deberían seguir para combatir la inseguridad.
“Nos preocupa lo que puede venir después porque los delincuentes al sentirse impunes pasan a cometer otros delitos, como el robo de maquinarias o ingresan a las casas en hechos muy violentos”, agregó el productor, que tiene una cabaña de Brahman y produce novillos para exportar a Europa en su campo de Gobernador Virasoro.
En el último año le robaron 14 vacunos por el equivalente a 1,4 millones de pesos. Además, es veterinario y asesora otros campos que viven situaciones similares o incluso, remarcó, que más complejas porque han perdido hasta más de 100 animales por año.
Los productores pidieron recursos para la Policial de Seguridad Rural y Ecológica (Priar). Contaron que para la policía rural de la zona está disponible una camioneta para atender a 100.000 hectáreas. “Nosotros no estamos en contra de Priar, sino que queremos que la provincia y la Nación destinen los fondos necesarios para cubrir la zona”, reclamó.
También solicitaron que se instale un teléfono en el Priar porque, indicaron, tienen que “usar sus celulares”. Explicó: “No puede ser que las oficinas del Priar no tenga un teléfono establecido. Los agentes deben usar sus celulares. Tenemos que llamar a varios para saber quién está de turno”, apuntaron.
Asimismo, reclamaron mayor compromiso de los municipios porque la carne robada de los campos terminan en comercios locales. Así, pidieron “más y mejor control bromatológico en las carnicerías por parte de las municipalidades y dar más libertad a los veterinarios bromatólogos para actuar”.
Los productores reclamaron endurecer las penas y que no sea un delito excarcelable. Pese a que se creó el cargo de un fiscal para asuntos rurales, sigue vacante.
“Se necesita urgentemente revisar el código penal. Se necesita endurecer las penas y que no sea excarcelable el delito de abigeato porque sabemos que hay reincidencia. La policía hace su trabajo como puede, con todas las limitaciones que tiene, pero la puerta de la comisaría es giratoria, en un día están en la calle nuevamente, listos para volver a operar. Por eso sería importante que el Poder Judicial y Legislativo lo tengan en cuenta”.
En medio de los planteos del campo, el Ministerio de Seguridad de Corrientes informó en sus redes que autoridades de esa cartera se reunieron con representantes de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes “para dialogar sobre problemáticas de los productores en materia de seguridad y proponer la conformación de una Mesa de Seguridad Rural”.
La semana pasada, LA NACION dio a conocer el testimonio de Haynes y de otros productores de la zona que padecen la inseguridad. También el caso del productor ganadero Alejandro Ballvé, que tiene un corral de engorde en la zona de Gobernador Virasoro y alquila cerca de Santo Tomé. “Hay épocas del año en que directamente dejamos de producir o abandonamos algunos potreros por los problemas que tenemos con los abigeatos”, relató el ganadero.
La última Navidad, según contó, tomó la decisión de sacar los animales del campo por temor a la ocurrencia de algunos hechos. “Esto cada vez es peor”, señaló el productor, que tiene 2000 cabezas de ganado. “Tenemos que estar todo el día pendientes de cualquier movimiento que pueda haber”, agregó.
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