Una polémica se desató en Entre Ríos tras la designación de un funcionario del gobierno provincial en un cargo que estuvo históricamente ocupado por representantes del campo. Se trata del puesto de vicepresidente del Consejo Regional del INTA, que pasó a ser para el director de Ganadería de la provincia, Exequiel Albarenque.
Según fuentes del ruralismo entrerriano, Albarenque fue electo tras el voto doble del presidente actual del Consejo, Ricardo Garzia, que es de Federación Agraria Argentina (FAA).
Esta decisión, si bien no es antirreglamentaria, según aclararon en el ruralismo, causó malestar porque rompió con un esquema de rotación en los cargos decisivos que se usaba desde hace más de 30 años.
"Lo que nos preocupa es que se haya cedido parte del control al Estado. No queremos que el Estado participe en relaciones de preponderancia en lugares que están diseñados para ser ocupados por los productores y sus entidades", dijo el director de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Mauricio Sordelli, a LA NACION.
Sordelli, quien ocupó la presidencia de ese Consejo entre 2014 y 2018, contó que la votación fue pareja por tanto la desempató el presidente actual. Con esta decisión, según indicó, "las políticas empiezan a ser sesgadas y no hacia lo que los productores necesitan; se le da un privilegio de control al Estado".
"Lo que nosotros reforzamos y tratamos de mantener es que en los consejos prevalezca el control social, es uno de los pocos organismos donde podemos incidir desde el campo. Como agencia, el Estado nos da esa potestad de control social y en este caso al cederle los puestos de conducción, ese control social se rompe, se pierde. Vemos mal ceder posiciones al Estado, un lugar que deberíamos ocupar los productores", remarcó.
Ante una consulta de LA NACION, Garzia defendió lo actuado: "La vicepresidencia ha sido alternada entre las entidades del agro, pero es un argumento que no es válido, cualquiera de los 14 consejeros puede tener la misma oportunidad de ser vicepresidente, sea que venga de la comunidad científica o de un cargo público que en definitiva son todos funcionarios del Estado. Es un acuerdo tácito no escrito".
"Yo hice la propuesta de que me acompañe Exequiel Albarenque porque tenemos algunos puntos de agenda en común: leyes de agroquímicos y humedales. Me pareció prudente sumarlo", agregó Garzia y justificó que el uso del voto doble se debió al rol que ocupa Albarenque dentro del sector, independientemente de que sea funcionario público. A su vez, amplió: "En realidad, no le corresponde a nadie ningún cargo. Sí hay un acuerdo tácito por la presidencia, sobre el derecho a ocupar la silla, pero incluso hasta ese es cuestionable por todas las otras entidades que conforman el Consejo".
El Concejo Regional del INTA Entre Ríos está compuesto por entidades como la SRA; Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer); Federación de Cooperativas Entrerrianas (Fedeco); Consejo Empresario de Entre Ríos; Acrea, entre otras. El presidente y vicepresidente ocupan sus cargos por un período de dos años con derecho a un segundo mandato que queda a disposición y votación de los integrantes del Consejo.
De acuerdo con el esquema de rotación que seguían las entidades, en esta oportunidad le tocaba ocupar ese lugar que ahora tiene Albarenque al representante de Fedeco (Coninagro en esa provincia), Miguel Laurencena.
Una fuente del ruralismo de Entre Ríos sostuvo que en 30 años de conducción solo hubo dos oportunidades donde el vicepresidente no fue un representante del campo y se dio en circunstancias no muy amigables.
En tanto, en un comunicado que estuvo dirigido a los productores agropecuarios que exigían respuestas ante esta elección, la Sociedad Rural Argentina, Distrito Entre Ríos, indicó: "Desde nuestra entidad sostenemos que este tipo de acciones, reñidas con las demandas sectoriales y con una mayoría social creciente, no hacen más que debilitar la calidad institucionalidad de nuestra provincia. Los entrerrianos necesitamos más acciones privadas y menos intervenciones estatales, necesitamos mayor independencia de nuestras instituciones y no más dependencia del Estado, necesitamos más pluralidad de voces y no solo la de nuestros gobernantes y sus simpatizantes".
"Es oportuno recordar que los Consejos Regionales del INTA fueron creados como un espacio de oxigenación, de descentralización, dentro de una estructura estatal, donde representantes de diversos sectores de la producción, el conocimiento y la educación puedan volcar sus visiones y ejercer un sano contrapeso a la actuación oficial", agregó.
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