La creciente tendencia de agregar valor a las materias primas locales es una salida para la actividad provincial
PARANA.- Sin cambiar su identidad agrícola-ganadera, Entre Ríos está consolidando industrias que incorporan valor a carnes, granos, leche y frutas. Así, exhibe fábricas alejadas de la economía primaria y con altísima incorporación tecnológica que aprovechan el boom exportador. En esta tendencia, el freno a los frigoríficos no ayuda.
El avance arrollador de los frigoríficos de aves y las mejoras (paralizadas esta semana) constatadas entre los exportadores de carnes rojas se complementan con las buenas perspectivas en plantas lácteas, fábricas de jugos, alimentos balanceados y derivados de miel; molinos arroceros y harineros, e industrias de madera, miel, frutas o huevo en polvo. La presencia de Masisa en Concordia con la elaboración de maderas, o de La Sibila en Nogoyá, son ejemplos de fábricas de alto impacto en la comunidad, pero, entre las 3100 industrias en funcionamiento, son las pymes las que empujan el movimiento. Hay, por caso, 68 plantas para industrializar más de 1 millón de litros de leche por día.
Fuera de las agroindustrias, sorprenden los fabricantes de ascensores, freezers, medicamentos, calefones o amoblamientos de cocina. No faltan firmas dedicadas al plástico, aberturas, baterías ni actividades conflictivas como frigoríficos de pescados, cuya presión sobre la fauna ictícola es cuestionada por los ecologistas.
La ubicación estratégica junto a las rutas más transitadas del Mercosur y la incumplida promesa de construir una autopista paralela al río Uruguay en lo que hoy es la ruta 14 impulsaron la radicación de industrias de lo más diversas en ciudades como Gualeguaychú. Allí se producen desde los conocidos jugos Baggio en la empresa RPB hasta los jabones y detergentes de marcas conocidas en Unilever Argentina; desde cubiertas y cámaras de bicicletas y ciclomotores en Imperial Cord, pasando por bridas para gas y petróleo en Futura, hasta desarrollos informáticos de punta para el mercado de la salud en Galbop SA.
El Parque Industrial de Gualeguaychú es el más completo de los seis que existen en la provincia, más una veintena de áreas industriales, pero que en total reúnen a 200 firmas con cerca de 5000 empleados. Es decir, la mayoría de las plantas están fuera de los parques, y entre ellas figuran frigoríficos de aves, muy valorados por la generación de puestos de trabajo.
Vaivenes
Las industrias ya estaban instaladas, en su mayoría, antes de la devaluación en 2002, pero desde entonces las posibilidades de exportación se multiplicaron. R.P.B. exporta a EE.UU., Canadá, Taiwan, Holanda, Brasil, Chile, Uruguay, Bolivia, Colombia, Angola, Nueva Caledonia, Curacao, Israel, Singapur, Bélgica y Guyana, sus distintos productos vinculados con la alimentación, como vinos, jugos concentrados o bebibles, esencia de frutas, etcétera.
El caso sirve de muestra del aumento abrupto de los ingresos por exportaciones en Entre Ríos. Sólo de 2002 a 2003, se pasó de 336 a 532 millones de dólares, con un 58% de incremento en dólares y la tendencia se sostuvo: en 2005 las exportaciones alcanzaron "un récord histórico de 844 millones de dólares FOB, que representa un incremento del 58,7% si se compara a 2003", dijo el secretario de la Producción de la provincia, Daniel Welschen. "Los rubros que explican este crecimiento son los de mayor valor agregado, es decir los productos industriales y agroindustriales que crecieron en conjunto un 104%", agregó.
Sin embargo, el crecimiento no es lineal ni permanente. Basta decir que en 1995 se exportaba más, en dólares que en 2002, y eso explica también el crecimiento abrupto de las ventas al exterior, porque en general los especialistas consideran que se ocupó capacidad ociosa.
Otro ejemplo de los vaivenes lo da la industria de la carne. Hasta hace tres lustros las exportaciones entrerrianas se concentraban en las carnes rojas. En 1987 la provincia exportaba por 155 millones de dólares y estas carnes ocupaban el 60% (95 millones). En los años 90 los frigoríficos fueron clausurados, y de ese 60% en 1987 las carnes cayeron el 0,7% en 1998. El estrépito del cierre de plantas ocasionó fuertes conflictos sociales.
Desde 2002 comenzaron a recuperarse mercados con la reapertura del frigorífico Vizental, vendido a Swift, y todo marchaba viento en popa hasta hace 15 días, en que la actividad volvió a resentirse, de modo inesperado. Alejandro Fried, gerente de Relaciones Institucionales de Swift, detalló que el frigorífico de San José cuenta con 520 empleados y exporta el 80% de su facturación (alrededor de US$ 20 millones de dólares). Hace una semana, 500 trabajadores de esta industria pasaron a cobrar el mínimo de sus sueldos por garantía horaria, debido a la reducción de labores por el freno a las exportaciones.
"Le quisieron pegar en la cabeza al ganadero y al empresario, y se olvidaron de nosotros", dijo el secretario del sindicato de la carne en San José, José Eduardo Naya. En tanto, Jorge Rodríguez, vicepresidente del frigorífico Alberdi, indicó que la planta de esa firma en Oro Verde posee 230 empleados y que el 55% de su producción se destina a la exportación. "Estas medidas nos afectan mucho, porque al mercado interno lo podemos atender sólo con el 20% de los empleados."
En Paraná, las oportunidades post devaluación fueron aprovechadas en una variedad de actividades y el estancamiento de la capacidad de compra en el mercado interno orientó a muchas empresas a la exportación. El empresario Samuel Madrid Páez aseguró que el Parque Industrial de Paraná "ha aumentado su personal en la mayoría de las empresas y todos los rubros", y puso como ejemplo su propia firma: Longvie, que trabajaba con unas 150 personas, y ahora tiene entre 200 y 300 trabajadores.
Por otro lado, las faenas de aves en la Argentina pasaron de 260 millones de cabezas en 2002 a 393 millones en 2005, y el aumento se explica en parte por el mayor consumo interno: en 2003 los argentinos comían 18,4 kg per cápita, y el año último 24,4 kg promedio. Pero también se debe a las mayores exportaciones: de 34.000 t exportadas en 2001 por 23,8 millones de dólares se pasó a 137.000 t por 136 millones de dólares en 2005.
En el primer bimestre de 2006 las exportaciones volvieron a crecer, dato vital para Entre Ríos, si se considera que aquí se faena más de la mitad de los pollos del país, y desde aquí se exporta más del 70% desde las firmas Las Camelias, Noelma, Granja Tres Arroyos y Calisa.
Las mejoras en la industria se dieron en un marco de crecimiento en diversos rubros como la producción de granos y carnes vacunas que ha batido récords tras récords en los últimos cinco años. Esta situación se constata también en las arcas del Estado. En enero de 2006 ingresaron al estado provincial en concepto de coparticipación $140 millones.
Los trabajadores aseguran que esos cambios están lejos de trasladarse a sus bolsillos, salvo en las categorías menores que lograron un mínimo garantizado de 800 pesos.
Además, algunos industriales apuntaron un listado de reclamos para mejorar su competitividad, vinculados a infraestructura, como vías de comunicación, navegación fluvial y puertos; impuestos, políticas crediticias para pymes y microemprendimientos, políticas de transporte de mercaderías; y normas que revisen las importaciones masivas de productos. También se apuntaron inquietudes por la ausencia de proyectos acabados para dar mayor valor a los granos (la soja principalmente) y fomentar la diversificación de actividades.
Respecto del sistema impositivo, Samuel Madrid Páez opinó: "El gran impuesto nacional es el IVA, un impuesto antifederal, unitarista. Toda la plata va a una sola cabeza, y después se reparte con negociaciones. El sistema federal está muy perjudicado por los impuestos centralistas".
Consultado sobre necesidades inmediatas en el Parque de Paraná señaló que el parque industrial de Paraná es bueno pero le faltan muchísimas cosas, como seguridad. En tanto, en Gualeguaychú, la Corporación del Desarrollo está realizando reuniones para que la Nación explique el motivo de las demoras en la autopista sobre la ruta 14. La inquietud es compartida por empresarios de Concepción del Uruguay y Concordia.
Fábricas a todo motor
El fin del uno a uno marcó el despegue de las exportaciones entrerrianas. Con la agroindustria como pilar, hubo otras empresas que comenzaron a reactivarse para abastecer el mercado interno y aprovechar las oportunidades del exterior.
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