Los productores de Corrientes tuvieron que salir a contar, mostrar con videos y fotos desgarradoras el drama que están pasando por los incendios para que desde la política se movieran, quizá tarde, en su auxilio. Ya venían haciendo ver la catástrofe generada por el fuego pero sentían que el Estado debía movilizarse y no lo hacía en igual modo que lo ameritaban las circunstancias.
Mientras el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, se hizo ver en Barbados con el presidente Alberto Fernández y, por otra parte, en Twitter señalaba que se había ofrecido ayuda a Corrientes antes y, entre otras cosas, se mandaron aviones, en la provincia de Corrientes no palpaban lo mismo que el funcionario y reclamaban asistencia.
Es más, preocupado por las reacciones en las redes sociales, Cabandié se ocupó de responderle a Juana Viale por un tuit. La conductora de TV le había reprochado el viaje a Barbados. “¿Por qué mejor no volvés a atender las emergencias climáticas por los incendios que tenemos en nuestro país?”, le preguntó Viale. Luego agregó: “¡Empezá por casa!”. El funcionario le contestó: “Hola @ViaJuani, estamos trabajando conjuntamente con la provincia de Corrientes, a través del Comité de Emergencias que hemos convocado. Desde @AmbienteNacion enviamos 62 brigadistas y personal técnico, 4 aviones hidrantes, camiones autobomba y móviles de apoyo”.
La provincia, que entre otras cosas contrató aviones por su cuenta, precisamente había tenido un cruce con Ambiente por la ayuda. En parte, los cortocircuitos que se generaron los buscó apaciguar el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que viajó hasta la provincia y firmó un convenio con el gobernador Gustavo Valdés para la asistencia con $200 millones.
A los productores no les interesa la disputa entre políticos. Les preocupa la llegada de soluciones. Se pierden miles de hectáreas de campos naturales, cultivos, ganado, forestación cuando eventos de esta naturaleza arrasan y se combinan con una sequía feroz.
Lo que la política no registra es, al margen de lo que se perdió, lo que se podría haber evitado si se actuaba de otra manera. Se llega tarde, con las llamas imparables, con el daño ya producido. No alcanza una foto con un apretón de manos entre funcionarios que busca ser reparadora. A los productores eso no les devuelve lo que ya no tienen.
La Argentina se debe una estrategia integral, a nivel nacional y con las provincias para tener recursos en el territorio ante estas situaciones. Y esto va más allá del desactualizado Fondo de Emergencia Agropecuaria por $500 millones que Domínguez pidió ampliar ante Jefatura de Gabinete. Se requieren recursos y también avanzar en herramientas para los productores, seguros, estrategias de financiación para su recuperación.
Posiciones
Mientras Corrientes mostraba las llamas, en paralelo se vieron dos imágenes distintas, al menos en lo discursivo tranqueras afuera del Gobierno del Frente de Todos. Por un lado, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, volvió a manifestarse otra vez a favor de los “cupos de exportación, fideicomisos”. No se le ocurre otra medida para bajar la inflación que el intervencionismo duro. Los competidores de la Argentina también producen y exportan y no tiene la inflación de dos dígitos que aquí se ve todos los años.
Por otra parte, Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, pareció buscar enviar un mensaje distinto al sector, al menos también desde lo discursivo. Lo hizo en una reunión con Domínguez y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) con motivo de que en Diputados debería empezar el tratamiento en sesiones extraordinarias del proyecto para fomentar las inversiones en el agro, con incentivos para la compra de insumos, la ganadería, amortizaciones, entre otros, aunque el capítulo de retenciones sigue sin aparecer.
“Esta ley tiene la enorme virtud de construcción de consenso entre el sector público y privado. El gobierno y el campo no son enemigos sino que se pueden poner de acuerdo y dar una política de estado a 10 años o más que permita promover la generación de valor agregado, empleo y aumento de exportaciones”, señaló Massa, que destacó que “un campo industrializado es el mejor aliado” para el país.
Para el productor preocupado por la realidad diaria, la sequía, las retenciones y la brecha cambiaria que no le permite aprovechar lo que debería valer su producción, es clave que, además de buenas políticas, sienta que hay coherencia y no mensajes contradictorios.
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