Enrique Cristofani: de la “economía ordenada para volver a crecer” a la “mochila impositiva”

“¿Seguimos con el ajuste permanente de las últimas décadas o reiniciamos un proceso de crecimiento con una macroeconomía ordenada”?

Ese fue el disparador que planteó como productor agropecuario Enrique Cristofani (es presidente del directorio del Banco Santander pero habló en su rol de productor rural) al hacer su presentación durante el encuentro “Argentina, de la inviabilidad a un sendero de crecimiento”, organizado por la Sociedad Rural de Pergamino en conjunto con la Cámara de Comercio y la Municipalidad local en el auditorio de OSDE de esa ciudad.

“Necesitamos una economía ordenada para volver a crecer. Tenemos que dejar el ajuste permanente que hemos venido teniendo. Si esto sucede, la Argentina podría crecer rápidamente y de manera sostenida hacia adelante”, dijo.

Para Cristofani, lo que sucede es que el Estado argentino, en los últimos 75 años, ha venido gastando más de lo que recauda. “Solo en ocho de los 55 años tuvimos equilibrio o superávit fiscal-comercial, es decir que el 85% vivimos con desbalances. Una economía ordenada es igual a equilibrio fiscal y reducción de impuestos. En los últimos 20 años hemos duplicado el gasto público, que significan unos US$80.000 millones más por año que si lo pasamos a vehículos, el gasto público es 4 millones de autos más por año”, graficó.

Sin embargo, indicó que hablar en el país que se debe bajar el gasto público la dirigencia política enseguida lo relaciona a un “ajuste”, cuando en realidad solo se pide que se reduzca “un poco este nivel de gasto que tiene el Estado”.

Respecto de la cuestión impositiva, hizo una descripción de lo que pasaba dos décadas atrás y lo que sucede en la actualidad. “Hace 20 años, lo que se pagaba de impuestos como sociedad era parecido a lo que se pagaba en el resto de los países de Latinoamérica, 20 años después pagamos un 10% más, que son US$40.000 millones más por año. La mochila impositiva que tiene el sector privado hoy es tremendamente pesada”, alertó.

Cristofani aseguró que, si se saca presión impositiva a la agroindustria, a las industrias de energía no convencional, de energía renovable y litio que exportan, “se podrían duplicar las exportaciones”.

A su turno, Jorge Josifovich, presidente de la entidad ruralista, buscó poner blanco sobre negro la incidencia que tienen las retenciones en el sector agropecuario. Con un ejemplo, graficó cuál es la porción real de la producción que se lleva el Estado. “De las 10 tortas que fabricamos, se lleva el dinero de tres. Al Estado no le importa si se nos apagó el fuego, si se pusieron viejas: ese es el concepto de la retención”, describió.

Contó que la idea de saber cuál era el número real en dinero por derechos de exportación que aportaba el campo en la zona surgió en 2019 con un grupo de ruralistas curiosos con el dato. “Cuando vimos el número pensamos que era una locura”, recordó.

Fue así que le pidieron a la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) un estudio al respecto. “Es un mito que el campo no genera trabajo, donde el único que le gana es la construcción. Uno de cada seis empleos viene del sector, uno de cada nueve pesos de recaudación tributaria es del campo, el 9,7% del PBI corresponde al sector agropecuario y 6 de cada 10 dólares que exporta la Argentina proviene del campo”, señaló.

El documento presentado reveló que de los US$294 millones que se van de la región Pergamino, Rojas y Salto por derechos de exportación por año, y que no vuelven, se podrían generar en la zona unos 3500 empleos, reconstruir 3600 kilómetros de caminos rurales, hacer una planta de bioetanol, 10 plantas eléctricas de biogás, 10 granjas de cerdos, un molino harinero, un frigorífico de cerdos y uno bovino.

“Con un año de lo que paga la región agrícola núcleo por retenciones se podrían financiar 10 hospitales, 100 escuelas y 7000 cuadras de pavimento. Todo eso nos estamos perdiendo. Los 131 millones de dólares que salen de Pergamino equivaldrían a casi cuatro presupuestos de la Municipalidad”, añadió.

Si bien detalló que los derechos de exportación es una cuestión que viene de antaño, el ruralista indicó que “en 2007 se comenzó a demagogizar las exportaciones y actualmente se está en ese concepto”.

En este contexto, expuso qué pasó cuando se bajaron los derechos de exportación (política que aplicó el anterior gobierno de Mauricio Macri): “Dos millones cuatrocientas más de hectáreas sembradas, más de 23 millones de toneladas de producción de granos, más de 108.000 puestos de trabajo directos e indirectos, más de 769.200 fletes, más de 81,4% de unidades de maquinaria agrícola vendidas, más de 37,9% de fertilización, más de 3097 millones de dólares de valor de producción”. En cuanto al recupero fiscal automático (por mayor Impuesto a las Ganancias) los números también son importantes: en soja 51,3%, en trigo el 88,7%y en maíz el 92,4%, según FADA.

A su turno, el economista Gustavo Lazzari esbozó el concepto de inviabilidad para hablar de la realidad que atraviesa el país. “Para lograr salir de la pobreza y generar seis millones de puestos de trabajo en los próximos cinco años, la Argentina es inviable porque tiene una demanda secular del gasto público. La salida es distinta a lo que se viene haciendo”, dijo.

Dentro de las 180 personas que participaban del encuentro estaba el economista Javier González Fraga, quien reflexionó que para que la situación cambie se necesita bajar 15 puntos el gasto público en la próxima década. “Para eso se necesita un consenso político y social muy grande, la cuestión es por dónde se empieza a bajar el gasto público”, señaló.

Asimismo, Javier Iguacel, intendente de Capitán Sarmiento, también presente en el lugar, contó cómo fue su plan en el municipio para bajar la carga impositiva de los contribuyentes: “La pandemia era una gran oportunidad para hacerlo”.

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