Exportadores del agro celebraron que se diera por finalizado el uso de los “valores de referencia” para vender al exterior, considerados una herramienta de presión
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Luego de que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, señaló que se da por finalizado el uso de los “valores de referencia” para la exportación, en el sector exportador vieron como positiva la decisión. Según mencionaron, era una burocracia más, que está bueno sacarla.
En rigor, la medida se dio a conocer a través de la resolución 5587/24 publicada en el Boletín Oficial. En ella resuelven “abrogar la resolución general N° 4.710, así como toda otra norma que establezca valores referenciales de exportación de carácter precautorio”, y fue firmada por la titular de la exAFIP, Florencia Lucila Misrahi. Por eso, el ministro de Desregulación remarcó en su cuenta de X, que la gestión se realizó a través del equipo económico, que también depende del ministro de Economía, Luis Caputo.
“Por la Resolución 5587/24 de @FMisrahiAlmaraz de la ex @AFIPcomunica dependiente del @MinEconomia_Ar de @LuisCaputoAR damos por finalizado el uso de los valores de referencia para la exportación, un engendro kirchnerista fuente de burocracia y corrupción. Su eliminación, a su vez, mejora el precio de venta al exterior de nuestras exportaciones”, indicó.
Por la Resolución 5587/24 de @FMisrahiAlmaraz de la ex @AFIPcomunica dependiente del @MinEconomia_Ar de @LuisCaputoAR damos por finalizado el uso de los “valores de referencia” para la exportación, un engendro kirchnerista fuente de burocracia y corrupción. Su eliminación, a…
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) October 22, 2024
También agregó que hasta esta resolución ciertos sectores debían aportar una garantía para cubrir la diferencia entre el valor de exportación declarado y el de un precio de referencia (mayor) que definía la AFIP. “Esa garantía implicaba un costo que reducía el precio neto de exportación. Además de esta pérdida de rentabilidad, la operación implicaba engorrosos trámites, tanto para el contribuyente como para la Aduana. Ni que hablar de las posibilidades de corrupción que se generaban en la determinación del precio y en el proceso de devolución de la garantía”, observó.
Para Sturzenegger, a partir de la resolución 5587/24 todo este sistema desaparece, para otorgarle más rentabilidad al sector privado y generar más transparencia y menos corrupción en el sector público, todos objetivos del presidente Javier Milei.
Consultado por este tema, Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, dijo que están absolutamente alineados y de acuerdo con la medida que tomó el Gobierno. En el sector de la carne, observó, quedaban algunos valores de referencia pendiente, sobre todo en materia de hueso.
“Coincido plenamente que es una determinación más para desburocratizar la cadena de ganados y carnes. La exportación de carnes, juntamente con lo que ya se ha eliminado, como cupos de exportación, declaraciones juradas, observatorios de precios y todo tipo de medidas que impedían que la Argentina se insertara en el mercado internacional, compitiendo de igual a igual con el resto de todos los demás países”, expresó.
En esa línea, el consultor de la cadena de las carnes, Víctor Tonelli, agregó que este artilugio se usó en su momento para “intentar” controlar la subfacturación, cuando la diferencia de valor entre el dólar billete y el dólar oficial (neto de retenciones) cobrado por los exportadores, era tan grande que el negocio era subfacturar y traer por fuera del circuito formal la diferencia. Según precisó, esto era grande para cerrar las cuentas.
“La verdad es que aún en vigencia hace mucho que no se usa porque se prestaba para todo tipo de manejos. No sirvió para nada y era una forma de presión para algunos que terminó desvirtuando su objetivo. Coincido en que es una burocracia más y que está bueno sacarla, incluso para evitar malos entendidos o presiones mal dirigidas por funcionarios corruptos. Buena medida”, afirmó.
Por su parte, Sergio Raffaeli, presidente de la Cámara Argentina de Legumbres (Clera), señaló: “Celebramos todo acto desregulatorio que conlleva una mejora de costos y, por ende, de nuestra competitividad. Estamos frente a un enorme desafío de ser competitivos en un mundo cada vez más complejo. El camino más sano para recuperar competitividad, de una vez y para siempre, es eliminando costos que nada aportan y atentan contra la presencia de productos argentinos en los mercados mundiales. Este es un claro ejemplo de los extra costos que normalizamos durante años”.
Añadió: “Todavía faltan muchas cosas por trabajar, sobre todo para las economías regionales que exportan casi todos sus productos vía contenedores y sus costos tienen enormes asimetrías con los de nuestra competencia en la región, en buena parte por regulaciones interminables, de la cual esta es un claro ejemplo de una de tantas”.
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