En el norte de Santa Fe, Adolfo Seen y otros productores hacen pozos en una laguna seca para extraer agua sin el riesgo de que se salinice
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Como un oasis en medio del desierto, las tierras que rodean la laguna La Loca, que actualmente está seca, son el único lugar en donde los productores del centro-norte del departamento santafecino de Vera pueden hacer pozos para extraer agua sin correr el riesgo de que al poco tiempo se salinice y sus animales mueran. “Salvé mis animales llevándolos ahí”, relató el productor ganadero Adolfo Seen, quien arrienda un campo en esa región que este año se transformó en el refugio para sus 3000 animales.
“Hacía un año y cuatro meses que todos los días recorría 50 kilómetros de caminos en mal estado para poder darle agua a mis animales. Ya no daba abasto con la plata, la gente y los camiones. La situación era un desastre”, contó el productor, que tenía su hacienda en un campo ubicado en la ruta 13, a 10 kilómetros del cruce con la 32.
En la zona llovió menos de la mitad que en un año normal. Las reservas de agua se agotaron y cada vez se hizo más difícil conseguirla porque, pese a las perforaciones, estaba salinizada o duraba muy poco tiempo.
“En el momento que el agua se saliniza es como si fuese veneno y te mata los animales”, explicó el productor, que el último año perdió al menos 200 animales. “Empecé a buscar otros lugares para trasladarlos porque la situación no daba para más”, agregó.
Fue así que surgió la posibilidad de arrendar un campo a 100 kilómetros de sus animales. En la zona de la laguna La Loca a pocos kilómetros. “Es el único lugar de los bajos que hoy tiene agua que no se haya salinizado. El problema es que era una zona a la que era muy difícil acceder. Como no hay caminos, ahí no había nada, pero no teníamos otra opción”, explicó.
En esa zona las perforaciones son para extraer agua de reservas subterráneas atrapadas en formaciones geológicas. Pero el inconveniente surge cuando se saca a un ritmo más rápido que la recarga natural, lo cual provoca la intrusión de agua salada. “Como fueron tres años seguidos de sequía, el déficit de lluvia fue muy importante, los bolsones [reservas] no se repusieron y el agua se empezó a salinizar. Por eso a la mayoría de los lugares se sigue acarreando agua”, dijo el productor.
Con el uso de una motoniveladora, en el lugar se hicieron labores de raspado para permitir el paso de camiones sobre la superficie seca de la laguna y, de a poco, se fue llevando los animales.
“Son campos muy buenos para criar novillos, pero no tienen accesos. Cuando llueve, quedan aislados. Actualmente, se puede entrar porque hay sequía, pero si cae un poco de agua, hay humedad y no se puede ingresar. El problema es que no se hacen obras de ningún tipo”, señaló.
Senn siguió los pasos de su padre, quien también dedicó su vida a la actividad ganadera de ciclo completo. Aunque pudo trasladar parte de sus animales a esa zona, todavía realiza viajes diarios para darle agua a otra hacienda de un campo donde hay más pasto disponible.
“Agradezco poder contar que pude salvar a mis animales. Si no hubiera encontrado ese otro campo, habría tenido una muerte generalizada”, comentó.
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