Mientras el Gobierno tiene como próximo objetivo, tras el acuerdo por la carne vacuna, avanzar en un entendimiento por el trigo con exportadores y molinos harineros, la Mesa del Trigo, donde confluyen representantes de la cadena agroindustrial, realizó esta mañana un diagnóstico sobre la situación del producto. Según pudo saber LA NACION, allí se habló de que si hay una negociación debería sentarse a la mesa, más allá del Ministerio de Agricultura, la Secretaría de Comercio que conduce Paula Español, porque interpretan que el punto clave está en los precios máximos para la harina antes que en un problema en la oferta de trigo de los productores en el mercado. En el encuentro también se destacó la necesidad de trabajar para evitar cualquier cierre de exportaciones.
Como informó este medio, el Gobierno pretende avanzar próximamente en un entendimiento con molinos y exportadores que evite tensiones en el abastecimiento interno que luego repercutan en los precios de la harina y el pan. Sobre una cosecha 2020/2021 de 17 millones de toneladas, la exportación compró el 45% de la producción, unos 7,6 millones de toneladas. En tanto, los molinos adquirieron un millón de toneladas, casi el 6%. En total ya se comercializó el 51% de la cosecha.
El Gobierno prevé un saldo exportable de 10 millones de toneladas, con lo cual los exportadores tienen adquirido el 76% del saldo exportable. En tanto, si se miran las toneladas ya anotadas en las Declaraciones Juradas de Exportación (DJVE), que suman 8.912.010 millones de toneladas, desde esta óptica ya tendrían comprometido el 89% de lo que el Gobierno proyecta se exportará.
"La cadena se va a mover para que no exista un cierre de exportaciones", dijo una fuente que participó del encuentro. "Estamos tratando que no existan restricciones", agregó.
Precisó que más allá de los números no hay problemas con respecto al abastecimiento interno. "Todavía queda saldo", apuntó.
En este contexto, otra fuente aseveró: "Se está buscando el canal para hacer una reunión con la participación de Comercio Interior, porque el problema son los precios máximos del Gobierno, que afectan a toda la cadena".
En marzo del año pasado, el Gobierno congeló el valor de la harina con un trigo a $13.000 pero luego el cereal trepó hasta $20.000. Solo hubo un 9% de aumento para la bolsa de harina en todo el año cuando el trigo, que representa el 80% del costo de la elaboración de la industria, lo hizo más de un 50%. Los productores dicen, según los trabajos realizados, que la incidencia final del trigo en el valor del pan no va más allá de 7 a 16%.
"El problema pasa por Comercio y los precios máximos, la dicotomía entre lo que dice Comercio y lo que hace el resto del Gobierno en la economía", dijo en diálogo con LA NACION Matías Lestani, responsable del Departamento Económico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), presente en la reunión.
Para Lestani, Comercio tiene que "analizar bien las estructuras de costos porque está teniendo problemas de diagnóstico".
"El problema son los precios máximos de Comercio que afecta a la cadena", agregó el referente del Departamento Económico de CRA. Según detalló Lestani, el stock ya vendido en trigo "está dentro de lo normal".
Los molinos llevan adquiridas 1,1 millones de toneladas, apenas por debajo de 1,4 millones de toneladas para esta fecha el año pasado.
Para Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), el problema del trigo gira en torno de tres situaciones. La primera, según dijo, es "el caudal de la existencia de trigo para el abastecimiento".
"En eso, de acuerdo a lo que observamos, no debería haber inconvenientes", precisó. Agregó que la segunda situación es la "temporalidad", es decir cuándo el productor está dispuesto a vender. Sobre esto cree que hay que trabajar en herramientas que incentiven la venta.
Además, precisó que el tercer punto pasa por conjugar "la necesidad de Comercio Interior de tener precios máximos y la incompatibilidad con un mercado de trigo que fluctúa a libre precio y creció en el último año 65% (en valor), como corresponde". Cifarelli indicó que, mientras eso ocurrió, el sector molinero tuvo un aumento total de 9% en la harina controlada por el Gobierno.
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