Este fue el impacto, según expertos consultados por LA NACION, de la baja de las cotizaciones en soja y maíz para la mercadería que todavía no vendieron los productores
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En los últimos 45 días, por la caída de los precios de la soja y el maíz la Argentina perdió más de US$700 millones, considerando la cosecha que resta comercializar. Se trata de un valor que estimaron analistas del mercado consultados por LA NACION. Falta fijar precio a 30,5 millones de toneladas de soja y entre 8 y 9 millones de toneladas de maíz, según los expertos. Desde mediados de mayo pasado, el precio de la soja en la Bolsa de Chicago cayó US$40 por tonelada y el maíz US$25. En tanto, en el mercado local la oleaginosa pasó de US$320 a US$290/285 por tonelada y el cereal de 195/190 dólares a US$175 por tonelada.
“Desde mediados de mayo no teníamos estos valores; hoy hay un diferencial de precios entre una y otra punta -en la comparación- de US$30 y todavía falta bastante por terminar de vender”, indicó Gustavo López, analista de mercados de Agritrend. En ese sentido, el especialista estimó que la producción de soja 2023/2024 totalizó alrededor de 50 millones de toneladas. De ese volumen, calculó que 45 millones son para la venta y el resto para consumo interno, semillas y otros fines. Unas 14,5 millones de toneladas ya tienen precio asignado y quedan 30,5 millones de toneladas sin precio definido. En este contexto, considerando precios internos a los productores, la soja pendiente de venta representa casi US$8900 millones.
Además de la soja, también hay un volumen importante de maíz, estimado en 7 a 8 millones de toneladas, que aún no tiene precio asignado. Se trata de mercadería por US$1500 millones. En conjunto, entre soja y maíz sin vender los productores tienen granos por más de US$10.000 millones.
López explicó que esta caída de los precios internacionales de los granos está principalmente influenciada por lo que sucede en Estados Unidos. “Los cultivos allí están en buen estado, mucho mejor que el año pasado y han mejorado en las últimas semanas. Aunque se temía que el clima seco afectara la producción, finalmente llovió y los cultivos se están desarrollando bien”, dijo.
Aclaró que, además, hay especulación entre los operadores sobre el informe de oferta y demanda mundial del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) que se presentará mañana. Algunos creen que la producción en Estados Unidos aumentará, lo cual podría deprimir más los precios.
En este contexto, Eugenio Irazuegui, responsable de research de la corredora Zeni, indicó que los sondeos previos a la publicación mensual que emitirá el USDA mañana apuntan a una producción de soja en ese país de 120,40 millones de toneladas. Esta cifra da cuenta de que la retracción de la superficie sembrada, conocida a fin de junio pasado, sería casi totalmente compensada por una mejora en los rendimientos. “En lo que respecta al maíz, los pronósticos de área y rendimiento darían como resultado unas 382,62 millones de toneladas en territorio estadounidense, según el promedio de los sondeos privados. Esta cosecha indicaría un crecimiento del 1,4% respecto a la estimación de junio y el aumento en la cantidad de hectáreas explicaría parcialmente esta mejora”, dijo.
Para Irazuegui, la pérdida de valor para lo que resta vender en la Argentina es todavía mayor si se considera la mercadería a precios de exportación. Recordó que en la plaza de Chicago, principal referencia mundial, los precios de la soja bajaron alrededor de US$20 por tonelada (4,5%), situándose en US$416 por tonelada para los contratos de entrega más cercana. Los futuros a cosecha (noviembre 2024) cayeron aún más, descontando aproximadamente US$33 por tonelada (7,8%), con valores de US$392 por tonelada.
Esto afectó los precios FOB de exportación en la Argentina, con una disminución de US$21 por tonelada en el mismo período. “Actualmente, los stocks de soja sin vender (con la cosecha recientemente finalizada) se ubican en alrededor de 28,45 millones de toneladas. Por otro lado, si sumamos los negocios pendientes de fijación el monto asciende a 36,90 millones de toneladas. En este caso, la valuación de dicho remanente se ha retraído en unos US$775 millones”, afirmó.
En tanto, Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, indicó que, además de las expectativas de una producción récord que ya se está materializando en los Estados Unidos, los precios se han visto afectados por una débil demanda mundial. Costa comentó que “China ha estado importando principalmente desde Brasil, lo que afecta el ritmo de las exportaciones de Estados Unidos”. Este cambio en los flujos comerciales impactó en los precios y en la dinámica de mercado.
En cuanto a Brasil, el último informe de oferta y demanda de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) estimó “una producción y exportaciones por 147,34 millones de toneladas y 92,4 millones de toneladas, respectivamente, para el ciclo 2023/24, la segunda más importante después del récord alcanzado en el ciclo 22/23”.
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