Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en la zona núcleo, con rindes inferiores a los 20 quintales en campo alquilado se perderán más de US$800 por hectárea
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Por la sequía y el impacto de las últimas heladas, la zona agrícola núcleo enfrenta con el trigo la peor campaña de los últimos 12 años y los productores tendrán quebrantos que llegarán hasta los US$800 por hectárea.
Así lo estimó ayer la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en base a una proyección de rindes por debajo de los 20 quintales. En la región hay lugares donde se prevén mermas productivas por encima del 50%.
“Con una sequía que sigue afectando casi al 100% del área y heladas tardías muy fuertes, la semana pasada surgía la pregunta de si la región podría alcanzar los 20 qq/ha promedio. La respuesta de los productores y técnicos de esta semana muestra claramente que será aún inferior: la 2022/23 será la peor campaña de los últimos 12 años y por lejos. El registro más bajo era de 27 qq/ha (en la 2012/13) y hoy ya se estima casi 10 quintales menos: 18 qq/ha”, señaló la entidad.
“Lamentablemente, hay grandes posibilidades que este rinde siga recortándose en el corto plazo. Con estos números habrá pérdidas muy importantes. Los cálculos muestran que las pérdidas en campo alquilado con productividades de 20 qq/ha a cero -o sea para lotes que no se cosecharán- se corresponden con pérdidas de 300 a 800 u$s/ha. Donde el trigo se ha perdido en un 100%, la pérdida es de 606 u$s/ha en campo propio y de 867 u$s/ha bajo alquiler”, agregó la BCR.
De acuerdo al reporte, ya hay 192.000 hectáreas perdidas en la zona y “buena parte de las 400.000 ha en malas condiciones, pueden pasar a sumarse en la categoría de área no cosechable”.
Ayer, por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires aplicó fuertes recortes para los cultivos de trigo, cebada y maíz. Según la entidad, en el caso del primer cereal se cosecharán 15,2 millones de toneladas, 1,3 millones menos versus lo estimado la semana pasada. Atribuyó la poda a “los daños generados en las últimas heladas sobre el centro”.
En tanto, el área sembrada con maíz caerá en 200.000 hectáreas, a 7,3 millones de hectáreas, debido a “la falta de humedad en los perfiles”. Son 400.000 hectáreas menos que las implantadas la campaña previa. En la cebada, la previsión de producción disminuyó un 6%, a 4,7 millones de toneladas.
Sobre el trigo, la Bolsa de Cereales porteña indicó: “Tras una nueva semana sin precipitaciones, el 53% de las 6,1 MHa implantadas reportan una condición de cultivo regular/mala. Sectores como el norte de La Pampa-oeste de Buenos Aires y el centro de Buenos Aires, donde se concentra más de un 16% de la superficie nacional del cereal de invierno, dependen de lluvias en el corto plazo que mejoren el escenario del cultivo, y amortigüen las mermas ya esperadas mientras el 19,4% de los cuadros se encuentran en plena espigazón”.
Debido al impacto del clima, en el cereal “los rendimientos esperados se mantienen por debajo al promedio de las últimas cinco campañas con mermas de hasta un 50%”.
En lo que respecta al maíz, además de la reducción del área sembrada, que este año se ubicaría en 7.300.000 hectáreas, detalló que la falta de precipitaciones continúa impidiendo el normal avance de las sembradoras reportando a la fecha una demora interanual en las labores de 9,3 puntos porcentuales.
“Son necesarias lluvias durante las próximas semanas para asegurar una buena emergencia y un homogéneo stand de plantas en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe”, indicó el relevamiento.
En cebada, al igual que con el trigo, las heladas generaron daños de variada intensidad. Las regiones más afectadas fueron los cuadros sobre ambos núcleos, el centro-este de Entre Ríos y el sur de Córdoba.
“Mientras se preveían rendimientos por debajo al promedio de las últimas cinco campañas sobre el centro del área agrícola como consecuencia de la falta de humedad durante gran parte del ciclo del cultivo, heladas registradas el pasado 8 y 9 del presente mes, mientras el cultivo se encontraba entre floración y llenado de grano, generaron perdidas adicionales a las inicialmente previstas”, explicaron.
El centro y sur de Buenos Aires y La Pampa, en donde el cultivo se encuentra entre espigazón e inicio de floración, depende de lluvias en el corto plazo.
“Las bajas temperaturas continúan demorando el desarrollo y el crecimiento del cultivo siendo el norte de La Pampa-oeste de Buenos Aires la más afectada, reportando una importante heterogeneidad en los cuadros”, remarcó.
Por otro lado, hacia el sudeste de Buenos Aires, donde el cultivo se encuentra en espigazón, “ya se esperan rendimientos por debajo a los inicialmente proyectados que, de no registrar precipitaciones en las próximas semanas, podrían registrarse mermas adicionales”.
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