En los últimos meses, en un campo que el INTA posee en Trevelin, provincia de Chubut, se robaron 15 carneros por un valor estimado de $5 millones; los animales formaban parte de un proyecto de mejoramiento para los rodeos de pequeños y medianos ovejeros de la zona
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Directivos del INTA Esquel denunciaron perjuicios económicos pero sobre todo científicos luego de que desde noviembre pasado comenzaran a sufrir reiterados hurtos de animales de pedigré que crían en la Unidad Ovina del Campo Experimental Agroforestal Trevelin (CEAT), ubicada en el paraje Aldea Escolar, en Chubut. Entre las pérdidas se encuentran 15 carneros de razas Texel, Poll Dorset y Merino Dohne de alto valor genético, por valor estimado en más de $5 millones.
Según alertaron, estos hechos los llevaron a que se achicaran de manera significativa sus planteles de distintas razas ovinas en las cuales los investigadores venían realizando estudios y desarrollos tecnológicos para brindar un mejoramiento genético a los productores. Dijeron que los hurtos “comprometen el avance de técnicos, afectando al sector productivo, impidiendo la llegada de datos a la región”.
En diálogo con LA NACION, el director de la EEA, Sebastián Li, indicó que existe mucha preocupación en la zona por la escalada de robos de animales. Señaló que en estos últimos años y en particular desde fines de 2023, los problemas de abigeato se acrecentaron. La Estación Experimental tiene un campo en Trevelin a unos ocho kilómetros del pueblo, que es principalmente forestal, pero a fines de los 90 comenzó a trabajarse todo lo que es producción de carne ovina.
“No es una cuestión exclusiva del INTA, sino que muchos de los productores, dentro los problemas que tiene el sector, padecen robos de sus animales. Y nosotros no somos ajenos a esto. Para el organismo, más allá de lo económico está el impacto científico y tecnológico que es enorme. Y los robos interfieren en los resultados de los muchos los ensayos que se hicieron. Desde hace tiempo venimos articulando con empresas de nutrición y de reproducción”, contó.
“También está todo lo que tiene que ver con transferencia de material genético, porque aquí se hacen trabajos de mejoramiento. Es una cabaña y toda esa mejora después llega al productor a partir de la comercialización de reproductores, a través de la cooperadora del INTA. Tenemos valores asequibles justamente para que tengan accesibilidad los productores medianos y chicos. Nuestro objetivo no es comercial sino de transferencia genética”, agregó.
Según describió, el campo está sobre la ruta y la zona de producción ovina es sobre el mallín que bordea ese camino por lo que los robos para los delincuentes resultan más sencillos. “Se hizo la denuncia a la policía y se está trabajando con policía rural en la investigación del caso. Sabemos que entran de a pie y que se desplazan unos 300 metros hacia adentro hasta llegar donde están los potreros con los animales. Se los llevan vivos pero también algunos fueron carneados en el potrero mismo. Si bien hay presencia de personal, se ve que ya le están encontrando la vuelta para no ser descubiertos”, detalló.
En este contexto, dijo que hace varios años que científicos del instituto vienen trabajando en producción de carne ovina en la región patagónica, donde se busca que la actividad tenga doble propósito: lana y carne. “Uno es la fibra de la lana que es uno de los productos regionales más importantes pero en toda la zona de los valles de la cordillera hay un potencial para la producción de carne ovina. Por lo tanto, la Estación Experimental de Esquel trabaja en reproducción, nutrición y sanidad con razas que tengan también propósito carnicero”, destacó.
En busca de soluciones
En este escenario complejo, señaló que así como en el EEA desarrollan tecnología para manejo productivo, ahora están evaluando “transferir también soluciones tecnológicas para el tema del cuidado” de los ovinos.
“Por la problemática del puma y el zorro, hace varios años venimos trabajando con los productores en el tema con perros protectores de ganado contra predadores, pero esas tecnologías también permiten cuidar contra perros salvajes que tienen presencia cada vez más frecuente en los pueblos como también la exposición a los robos: los perros conviven con los animales, pero intimidan a cualquiera que se acerque. Para esto estamos en improntación (cría) de perros de las razas Pastor de los Pirineos y Pastor de Maremma”, dijo.
“Pero ahora estamos duplicando la cantidad de perros protectores justamente por el tema de los robos. Esta es una de las alternativas, sumado a cerramientos, dispositivos con tecnología GPS para el seguimiento de animales, uso de cámaras para contribuir a un control más efectivo que alerte sobre hurtos, ataques de perros y otros tipos de depredadores”, finalizó.
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