Un estudio privado da cuenta que los productos para la primera mañana que en 2017 se compraban con $287 hoy requieren $1171
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CÓRDOBA.- En cuatro años, los argentinos perdieron, por efecto de la inflación, 132 tazas de leche, 33 kilos de azúcar, 47 kilos de naranjas, 17 paquetes de manteca, 15 de pan y 20 potes de dulce de leche. El cálculo está realizado sobre cómo el peso fue perdiendo valor a la hora de desayunar: lo hizo la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada).
Comprar los productos para preparar el mismo desayuno costaba en 2017 $287. Hoy saltó a $1171, un 308% más. Fada publica un “Changómetro” mensual en el que hace estimaciones sobre el impacto de la inflación.
El desayuno diseñado incluye fruta, lácteos, carbohidratos y una infusión. David Miazzo, economista, explica que en 2017 con un billete de $1000 se compraban 10 paquetes de café molido de 500 gramos ($97,70) y ahora son dos ($401,04).
En el caso del azúcar de 46 kilos ($21,60) se pasó a 13 ($78,15). Los $1000 antes alcanzaban para 21 paquetes de pan de mesa, ahora sólo para seis ($163,33). Con la manteca pasa lo mismo, de comprar 22 paquetes ahora son cinco ($199,04). Las naranjas, una economía regional, pasó de poder adquirirse 63 kilos a 16 ($63,62).
“Un producto clave en la nutrición de nuestras familias es la leche, que fue duramente golpeada por la inflación: en 2017 con $1000 nos alcanzaba para 44 sachet ($22,80), hoy solamente compramos 11 ($93,73), son 132 tazas menos”, apunta Natalia Ariño, economista. En el caso del dulce de leche, de poder adquirir 26 potes se redujo a seis.
Ariño enfatiza que el Changómetro muestra que la inflación “afecta a todo tipo de productos, tanto suben los precios de los alimentos como los productos de limpieza, el alquiler, la nafta, los servicios y la ropa, entre otros”.
El mismo changuito de un supermercado -con los mismos productos- cuesta cuatro veces lo que costaba en 2017, de $1000 a $4598. Pasa lo mismo con la ropa, las mismas prendas que en 2017 salían $1000, hoy son $4645.
La Argentina está en el top 10 de países del mundo con más inflación y en el cuarto puesto con el 48,2% anual, por debajo de Venezuela (2700%), Sudán (115,5%) y Suriname (48,6%)”, indica Miazzo.
“Lo que nos muestran estos números es que la inflación no es un problema de todos los países, en general el mundo ha sabido controlar la inflación, principalmente por dos vías: la construcción de confianza en la moneda y la prudencia en términos fiscales: no gastar de más y no imprimir moneda sin respaldo”, dice Miazzo.
Inflación
A su criterio, hay que tener en cuenta tres focos como son la reducción de la emisión de pesos, gastar menos de lo que se recauda (equilibrio fiscal) y la confianza en la economía del país. “El primer punto es dejar de imprimir pesos. Esto es algo que países vecinos han entendido y han mantenido a lo largo de las últimas décadas, permitiéndoles tener una inflación bajo control”, añade y plantea que para no emitir se requiere equilibrio fiscal.
“Los pesos, al igual que cualquier moneda, no son más que un papel impreso, por lo que su valor está determinado por la confianza que genera el país que lo imprime. Hoy nuestra moneda sirve para comprar cosas, pero no en todos los casos es una moneda de referencia y tampoco una moneda en la que se pueda ahorrar”, suma Ariño.
Los economistas coinciden en que medidas como congelamiento de tarifas y de precios de servicios públicos o productos permiten “contener la inflación actual, pero presiona sobre los precios futuros de la economía”. Insisten en que se requiere un “plan económico serio, que ataque el problema de fondo de la inflación y no que se tomen medidas parciales e insuficientes”.
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