Los analistas no proyectan un aumento de la comercialización que sí podría darse por la necesidad de liquidez para la próxima campaña
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CÓRDOBA.- Aunque este miércoles el precio de la soja sube levemente, está en sus mínimos, a punto tal que la Argentina perdió en tres meses unos US$1550 millones en exportaciones de ese complejo y el de maíz. Con todo, los analistas entienden que los productores no acelerarán las ventas aunque a medida que se acerca la próxima campaña tienen más necesidad de liquidez. Es ese factor y no el precio el que apuraría operaciones.
La analista de mercados Sol Arcidiácono, Sales Head Desk en HedgePoint Global Markets de Latam Grains, plantea a LA NACION que cuando se habla de toma de decisiones en el pricing de granos, considerar la estacionalidad es “muy importante”. Repasa que Estados Unidos está terminando el verano, que ha sido muy bueno, con rendimientos proyectados récord. Así los precios internacionales están “muy presionados; reflejando esta situación de oferta y demanda muy holgada”.
Subraya que la “supercosecha” estadounidense es un hecho y eso se refleja en los mercados internacionales. “Hoy Chicago sufre ese lastre”, define. Si bien esta situación fundamental es un cambio estructural para el mercado global de soja: “Comenzamos un ciclo de precios bajos. La Argentina, en otra etapa en la formación de precios y aun con stocks altos, quedó relativamente cara”.
En ese contexto, indica que el arte del trading es “comprar barato y vender caro; es difícil señalar pisos, pero hay estacionalidad en esta toma de decisiones. Trading es tomar una decisión sobre una posición, y eso es lo que hace cada año un productor. Cuando los ciclos son de precios altos, los márgenes relativamente cómodos, la inquietud es otra; hoy pensar en estrategias para maximizar productividad es una necesidad, y siempre hay oportunidades”, describe.
Para el consultor David Miazzo, director de DataMiazzo, los precios más bajos no solo no impulsan a vender sino que “empujan a esperar aún más” de lo que estaban dispuestos a hacerlo los productores. “Puede existir el temor que sigan reduciéndose, pero ya están en mínimos. A medida que se acerca la campaña se requieren recursos para afrontarla y se necesita más liquidez, eso puede jugar, solo la baja de precios no incentiva la venta”.
Reserva de valor
El economista precisa que en la Argentina, un país con alta volatilidad, restricciones y brecha cambiaria hace casi dos décadas, la soja es el medio de cambio y reserva de valor del productor. Con la soja, dice, se pagan los alquileres (el 70% de la siembra se hace en campo alquilados); se compran insumos por canje, al igual que camionetas o maquinaria agrícola.
“Es la moneda del productor que la cultiva, gasta y ahorra en soja porque los pesos se devalúan; no hay muchas alternativas de qué hacer y si se quiere pasar a dólar paga el ‘impuesto brecha’ -describe-. Entonces se queda con los granos y va vendiendo a medida que necesita la liquidez, con especulaciones lógicas, pero el fondo de la cuestión es el otro”.
Miazzo incluso considera que es “macroeconómicamente sano” que las ventas sean de manera gradual y “no todo en dos meses y que después no haya más ingresos”.
También el consultor Néstor Roulet entiende que el productor seguirá con el esquema que viene acarreando. Advierte que habla de los productores “genuinos” no de los grupos de inversores que, en su mayoría, ya vendieron. “El productor chico es reacio, no sabe qué hacer -añade-. No sabe en qué ahorrar o invertir”.
Proyecta que en los próximos dos meses venderá entre 20% y 30% “como siempre; tal vez algo menos porque los alquileres se difieren”. Un porcentaje similar será hasta fin de año, cuando se quedará con entre 10% y 15%.
El hecho de que hayan aparecido alternativas financieras como los warrants y posibilidades de financiamiento través de las tarjetas, “podría contribuir a que se venda algo menos que lo habitual. No veo que salgan a vender en masa”.
En este contexto, Juan Manuel Uberti, de la corredora Grassi SA, señaló que “los precios locales de la soja en la Argentina están bastante disociados de Chicago en el último tiempo. Hay un encarecimiento de la soja argentina versus la soja de Estados Unidos”.
“Lo interpreto más por el lado de las necesidades de originar por parte de la industria, un productor con poca intención de venta y eso lleva a que los precios se mantengan firmes o al menos que no copien todas las bajas de Chicago. Y el dólar blend que también estimula los precios en pesos”, agregó.
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