A 50 kilómetros de Bahía Blanca, Fabio Álvarez y su familia aumentaron la producción de carne con un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y el uso de subproductos
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En el sudoeste bonaerense la ganadería bovina se enfrenta a muchas dificultades ambientales (clima semiárido-subhúmedo y suelos poco profundos y con baja fertilidad). A pesar de ello se puede superar esta realidad y realizar una ganadería eficiente y exitosa, aprovechando los recursos naturales y la oferta de subproductos de agroindustria de la región.
Esto es lo que está haciendo Fabio Álvarez y familia, propietarios del campo “Dios existe”, compuesto por 2633 hectáreas (688 propias y 1945 alquiladas), ubicado en el paraje El Choique, a 50 km al norte de Bahía Blanca (Buenos Aires) sobre la ruta 35 camino a Santa Rosa (La Pampa).
Todo empezó hace unos años cuando Fabio y su familia se decidieron emprender un desafío, el de producir carne (cría y recría pastoril y terminación a corral) en esa región y de la forma más eficiente y rentable posible.
Sin embargo, las fuertes sequías recurrentes (7 cada 10 años) limitan la implantación y desarrollo de la gran mayoría de los cultivos (verdeos de invierno y de verano, pasturas, etc.), viéndose obligados, como todos los productores de la región, a utilizar los forrajes naturales (pasto puna, paja vizcachera, entre otros) de la mejor forma posible.
Además, se utilizan diferentes tipos de subproductos de agroindustria que se consigan a un buen precio, tema “clave” para el éxito productivo y económico del sistema, aunque muchas veces esto “no alcanza” para hacer rentable la ganadería.
Sequias
Las fuertes sequías y los suelos someros (poca profundidad y fertilidad) impactan negativamente sobre el resultado productivo y económico, ya que se ven obligados a suplementar con concentrados (granos de cereal y subproductos de agroindustria) y, como se hace en este campo, se utiliza un aditivo líquido energético-proteico-mineral que les ayuda, y mucho, a aprovechar forrajes de baja calidad nutricional (rastrojos y campos naturales).
Lo primero que se hizo fue elaborar un proyecto ganadero para los próximos cinco años, con objetivos, metas y la planificación de los diferentes cultivos y el manejo más adecuado de los forrajes y de la hacienda, buscando superar o reducir los efectos negativos de las dificultades antes mencionadas.
En esta empresa ganadera, la cría y recría se hace a campo con forrajes cultivados (verdeos de invierno y verano) y campo natural. Y la terminación se hace “a corral” con dietas sumamente sencillas y al alcance de todos los productores.
Se fijaron dos metas para los próximos cinco años: a) en el rodeo de cría y recría incrementar la producción de carne de 80-85 kg/ha/año a 150-180 kg/ha/año, y b) para el engorde a corral alcanzar 1,1 a 1,2 kg/cabeza/día, entrando al corral animales más livianos (260-280 kg/cabeza) y sacarlos “gordos” para consumo interno (400-420 kg/cabeza), en el término de 80-100 días (máximo).
Antes de empezar con el proyecto ganadero había en los corrales animales muy pesados (+600 kg/cabeza) y se engordaban por más de 100-120 días (mínimo). Todo ello llevaba a ser “muy ineficiente” en la conversión del alimento en carne y tener resultado económico “negativo” que desalienta a cualquier productor.
Para alcanzar ambas metas se establecieron varios objetivos en cinco años:
- elevar la carga animal (1 vaca cada 3-4 ha -promedio del sudoeste bonaerense- a 1 vaca cada 2 ha o menos);
- suplementar, especialmente a los terneros, con concentrados ricos en proteína y energía como el pellet o raicilla de cebada, el afrechillo de trigo, residuo del puerto de Bahía Blanca, etc.
- suministrar, a las vacas de cría, un aditivo líquido mencionado anteriormente, para aprovechar mucho mejor los forrajes de baja calidad (campo natural o rastrojos),
- mejorar la implantación y manejo del pasto y
- hacer más eficiente la terminación a corral (de novillos y vaquillonas), elevando las ganancias de peso de 0.8 a 0.9 (antes) a 1.2-1.3 kg/cabeza/día (proyecto ganadero). Todo ello permitió aprovechar los forrajes de baja calidad y mejorar el estado corporal, la preñez y el destete.
Resultados
En la práctica, y en tan solo dos años, se lograron mejorar los resultados productivos y económicos en forma significativa. En la cría y recría se alcanzó 135 kg de carne/ha/año y una excelente calidad y peso de los terneros y terneras al final de la recría (260-280 kg/cabeza).
En tanto, las ganancias de peso en el engorde a corral superaron la meta establecida oportunamente, llegando hasta 1,4-1,6 kg/cabeza/día con una dieta muy sencilla, grano de cebada o maíz “entero” a voluntad y disponibles las 24 horas del día junto con urea y rollos de baja calidad (moha o verdeos de invierno). Y en algunas oportunidades se mezcló con residuos del puerto de Bahía Blanca y otros subproductos (como el afrechillo de trigo), buscando mejorar el negocio ganadero. El costo de producción, promedio, fue de 1,3 a 1,4 dólares por kilo producido.
En resumen, se han alcanzado grandes logros y en muy poco tiempo (±2 años), pero queda por delante un desafío mayor, que es superar las dificultades del ambiente (clima y suelo) y las variaciones de los mercados (precios de los insumos y de los animales terminados) que pueden restringir seriamente cualquier meta que uno se fije.
El autor es Doctor en Ciencias Veterinarias, especializado en Nutrición Animal (Ing. Agr. M.Sc. PhD) director ejecutivo de la Consultora Internacional de Producción y Nutrición de bovinos (carne y leche). afmayer56@yahoo.com.ar //resalancursos@gmail.com. www.nutriciondebovinos.com.ar
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