Juan Nazer combatió como subteniente, fue herido y condecorado; junto a un socio ahora es referente del crecimiento de la actividad ovina en Misiones
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POSADAS, Misiones.- En mayo de 1982, cuando cavaba trincheras y revisaba las posiciones en las colinas que rodean Puerto Argentino a la espera del inevitable ataque de los ingleses, Juan Nazer veía pasar algunas ovejas, pero jamás se imaginó que algún día iban a volver a cruzarse en su vida.
Hoy Nazer, junto a su socio, Gabriel Montiel, son los dueños de Cabaña La Armonía y los grandes impulsores de la producción ovina en Misiones, que creció fuerte en los últimos años gracias al impulso de esta dupla que también tiene otros emprendimientos en conjunto.
Nazer es un veterano de Malvinas. Triplemente herido por esquirlas de granada, se salvó de que le amputaran una pierna de milagro, fue prisionero en el buque inglés Uganda y condecorado.
Cuando llegó a Puerto Argentino como subteniente a cargo de una sección del Regimiento de Infantería 4 de Monte Caseros, este correntino solamente tenía una cosa en mente: defender a la patria y dejar bien alto el honor del Ejército Argentino al que pensaba consagrarle toda su vida.
“No es cierto todo lo que se cuenta; hay muchas mentiras y exageraciones, es importante que se conozca la verdad”, dice Nazer a LA NACION en referencia a las denuncias de malos tratos de oficiales a los conscriptos.
El 1° de junio el jefe del 4 de Infantería, teniente coronel Diego Soria, le ordenó a Nazer tomar su sección de 40 hombres y marchar de Monte Harriet a Dos Hermanas para defender esa colina. Cada regimiento se dividía en tres compañías (y una de reserva) y, a su vez, cada compañía en cuatro secciones.
Nazer, un amante del básquet que estudió en la Escuela de Guerra, tenía a su cargo con apenas 23 años a 40 efectivos de los 678 que llevó el regimiento 4 a Malvinas. Del 4, hubo 2 oficiales, 6 suboficiales y 16 soldados muertos.
De casualidad Nazer no estuvo entre los que no volvieron de las islas. El 12 de junio de 1982 casi muere, cuando primero pisó la granada de un lanzacohetes que casi le secciona la pierna y luego recibió tres tiros en la espalda que, por muy poco, no le destruyeron la columna vertebral.
Se desmayó y apareció horas después ya prisionero de los ingleses en Monte Harriet. Cuenta que le hicieron un simulacro de fusilamiento y, cuando temía lo peor, cambió su suerte. Los ingleses lo llevaron al buque Uganda, lo operaron y le salvaron la pierna.
Cuando volvió de las islas, Nazer siguió apostando a consagrar su carrera al Ejército. Hizo el curso de soldado comando y paracaidista. Después de Malvinas, en la Semana Santa de 1987, Nazer se plegó al movimiento carapintada. “Nunca quisimos hacer un golpe de Estado, como ya está más que demostrado”, explica. Una foto de su archivo personal lo muestra detrás de Aldo Rico en una de las entradas de la Escuela de Infantería de Campo de Mayo. Justamente estos días se cumplen 37 años de aquellos sucesos.
Incluso años después se cruzó con Alfonsín en una reunión en la Casa Radical y le comentó que él participó de aquél movimiento. Alfonsín, que desde el balcón los había tratado en ese recordado discurso de Semana Santa como “héroes de Malvinas”, refiriéndose a los veteranos como Rico o Nazer, lo saludó aquella vez con calidez. “Me comentó que entendía nuestras razones y que por eso dictó la Obediencia Debida”, rememora.
Nazer continuó su carrera en el Ejército en distintos destinos hasta que llegó al regimiento de Infantería de Monte 30 en Apóstoles, en el límite de Misiones con su natal Corrientes. El no pensaba que esa sería su última parada, pero con el tiempo se fue dando cuenta que el generalato de aquella época evitaba darle asignaciones que le correspondían por sus aptitudes: veterano de guerra condecorado, paracaidista y comando.
Se dio cuenta que se tenía que ir del Ejército porque no iba a llegar más lejos. Decidió, a comienzos de los 90, aceptar un cargo en la Secretaría de Seguridad de Ramón Puerta, que empezaba un período de ocho años como gobernador de Misiones. Allí estuvo tres años hasta que con sus socios y amigos de toda la vida, Gabriel Montiel y Santiago Tracy Gómez (otro oficial del Ejército retirado) decidieron fundar una agencia de seguridad que años después se convirtió en líder en Misiones.
Hace 17 años, como una forma de diversificarse, compraron un campo a 40 kilómetros de Posadas y poco tiempo después comenzaron con la actividad ovina buscando aprovechar una producción ganadera que no requiere la misma cantidad de extensión que las vacas y que tiene un enorme potencial en Misiones.
Tracy Gómez falleció hace cuatro años, pero Nazer y, sobre todo su socio Montiel, no pararon de impulsar la actividad ovina en Misiones que se convirtió en la provincia con mayor crecimiento en la cantidad de cabezas de ganado ovino del país.
A pesar de que logró reinventarse con mucho éxito [también fue vicepresidente a cargo de Guaraní A. Franco cuando el equipo decano del fútbol misionero militó en la B Nacional hace 10 años], y por más que se tuvo que ir del Ejército Argentino antes de lo que le hubiera gustado, Nazer sigue haciendo un culto de su compromiso con la patria y la institución que lo formó y lo envió a la guerra con 23 años. “Nunca vi estaqueos y, si los hubo, no fue donde yo estuve. No hubo privilegios, peleamos codo a codo soldados y oficiales”, repite a LA NACION.
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