Si de algo se habló en los últimos meses en la Argentina fue de la sequía, fundamentalmente de su impacto negativo en la economía y, por supuesto, del impacto negativo en los productores. No es “moco de pavo” que dejen de entrar al país divisas por más de US$25.000 millones en un año con un contexto de inflación galopante y sin control, sin reservas en el Banco Central y con un 42% mínimo de pobreza, etcétera.
El panorama no es nada bueno y el Gobierno continúa poniendo parches y “rascando ya por debajo de la olla”, buscando los dólares que puede intentar obtener de los productores, inventando un nuevo dólar “maíz”. Y, seguramente, pensando un nuevo dólar posPASO, algún nuevo “plan platita” y demás. Pero ideas que marquen un plan, un programa duradero, pensando en la gente en serio y para adelante, nada, ni ahora ni durante estos años de gobierno. De ahí la importancia de lo que pueda proponer (y ya propone) la oposición.
La agroindustria es el segmento de la economía que, con las reglas claras, más rápido puede crecer y aportar a la recuperación del país. Claro está que las condiciones agroclimatológicas influyen y deberíamos tenerlas para que las producciones puedan dar todo su potencial.
Pero, antes de eso, hay algunos puntos, también muchas veces expresados, que se deben plantear con firmeza y, por supuesto, llevar o comenzar a llevar a cabo en los primeros días de un nuevo gobierno en diciembre. Esos puntos seguramente ya los deben saber casi de memoria, pero la verdad que esta vez no debe haber dudas ni retrasos para comenzar a llevarlos adelante.
Obviamente, la gran mayoría tiene que ver con decisiones de economía que afectan directamente al desarrollo de la agroindustria, con impacto directo sobre la realidad de nuestros productores, primer eslabón de esta cadena virtuosa que es la agroindustria.
Hay varios puntos y son:
- Estabilidad macroeconómica y equilibrio fiscal
- Unificación del tipo de cambio y salida del cepo lo más pronto posible
- Eliminación de los derechos de exportación
- Eliminación de todas las trabas, cupos, restricciones, fideicomisos a las exportaciones
- Apertura de mercados y nuevos mercados internacionales, acuerdos con bloques, acuerdos bilaterales
- Acceso al crédito y al financiamiento
- Reformas impositivas nacionales, provinciales y municipales
- Conectividad para la ruralidad (Internet, telefonía, obras de infraestructura, hidrovía, rutas, vías férreas, caminos, caminos rurales, inversiones hacia el 5G)
- Desarrollo de la bioeconomía, la innovación, la biotecnología, las empresas Agtech
- Compromiso real con los modelos sustentables de producción, el cuidado de los recursos, el medio ambiente, el control de los gases invernaderos y la captura de carbono (huella de carbono, huella de agua), la seguridad agroalimentaria, la trazabilidad de los alimentos
Estos 10 puntos esenciales tienen que estar precedidos por otros factores como el que existan en serio reglas claras, seguridad jurídica, previsibilidad, certidumbre y, por sobre todas las cosas, demostradas estas anteriores la consiguiente generación de confianza.
Si no existe confianza, difícilmente las cosas puedan comenzar a cambiar. Juntos por el Cambio, La Libertad Avanza, proponen muchos de estos 10 puntos. Desde Juntos por el Cambio todos estos están incluidos en sus propuestas para el agro, y algunos más, y eso marca esperanza.
El domingo 13 los argentinos vamos a tener la posibilidad de votar en las PASO los candidatos que van a disputar en las elecciones generales del 22 de octubre los principales cargos electivos del país, encabezados obviamente en este año por los de presidente y vicepresidente del país.
Una nueva oportunidad de poder decir con el voto hacia dónde queremos ir, qué tipo de país vamos a querer comenzar a tener y, fundamentalmente, en qué tipo de país queremos vivir. De ahí la importancia de ir a votar. Vimos lo que ha pasado con las últimas elecciones provinciales donde el grado de abstención y de no presencia de la gente fue alta. Eso no es bueno que pase, independientemente del descontento de la gente con la “política”.
La única y mejor forma de manifestar descontento, ratificación de procesos, rectificación de los mismos, cambios drásticos o graduales, tendencias, y sobre todo ganas de cambios, es justamente con y a través del voto. Esperemos que los ciudadanos así lo entiendan. El votar es un deber cívico, me decían siempre, y así lo veo. Ahí está una nueva oportunidad. La tenemos que aprovechar el domingo, despúes en octubre también. El campo fue, es y será parte de la solución y lo único que pide es que le saquen el freno de mano de todas las restricciones, exceso de impuestos y falta de certidumbre. Si los futuros gobernantes les dan como mínimo esos puntos, la Argentina que queremos iniciará en serio un camino virtuoso. ¡Votemos y votemos bien!
El autor es director General de CONFIagro. Fue ministro de Agroindustria de Buenos Aires (2015-2019)
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