El precio de la soja argentina para las entregas inmediatas sobre las terminales del Gran Rosario cayó hoy 10 dólares, al negociarse a 235 dólares por tonelada. La fuerte caída estuvo relacionada con las bajas en el mercado externo, pero, sobre todo, con la persistente pérdida del premio que la soja sudamericana había logrado construir en detrimento de la oleaginosa de los Estados Unidos, que en las últimas tres semanas volvió a ser demandada por China, con sus compras de "buena voluntad" en el largo camino por intentar dejar atrás la guerra comercial.
Las bajas también se reflejaron sobre los puertos del sur de Buenos Aires, dado que las propuestas de los exportadores para Bahía Blanca retrocedieron de 245 a 240 dólares por tonelada de soja, mientras que para Necochea lo hicieron de 250 a 242 dólares.
Según informó el Ministerio de Agricultura de la Nación, el valor FOB de la soja en los puertos argentinos fue hoy de 354 dólares por tonelada, contra los 357 dólares del viernes pasado. En el Golfo de México, el precio de exportación del grano estadounidense fue de 360,80 dólares. Dos semanas atrás, la mercadería argentina se negociaba por encima de la de Estados Unidos.
En cuanto a la soja de la próxima cosecha, para las entregas entre abril y mayo sobre el Gran Rosario, las fábricas ofrecieron 238 dólares por tonelada, US$2 menos que el viernes pasado, en tanto que la exportación pagó hasta 241 dólares.
En el Matba Rofex las posiciones noviembre y mayo de la soja descendieron US$1,10 y 1,50, al cerrar con ajustes de 247 y de 239,50 dólares por tonelada.
De las palabras al papel
Las pizarras de la Bolsa de Chicago hoy reflejaron bajas de US$2,38 y de 2,39 sobre los contratos noviembre y enero de la soja, cuyos ajustes resultaron de 343,19 y de 348,51 dólares por tonelada. El incierto cumplimiento de las palabras del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en cuanto a que China se comprometió la semana pasada a comprar entre 40.000 y 50.000 millones de dólares en productos agropecuarios estadounidenses, fue el principal factor de presión bajista para los precios.
Ocurre que lo presentado por el mandatario el viernes como "una importante primera fase" para un acuerdo comercial fue un punto de encuentro tras dos días de negociaciones entre funcionarios de ambos países en Washington, que ahora demandará, según propias palabras de Trump, entre cuatro a cinco semanas para plasmarlo sobre el papel, con la idea de que la rúbrica oficial junto con su par de China, Xi Jinping, se dé durante el mes próximo, cuando ambos mandatarios se encuentren en Chile, en la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que se hará del 16 al 17.
Si bien los operadores prevén nuevas compras chinas de soja estadounidense en los próximos días -en el ciclo 2019/2020 suman cerca de 5 millones de toneladas los negocios-, para avanzar con operaciones de mayor envergadura desde el gobierno de China esperan alguna señal más contundente de parte de la Casa Blanca, que hasta ahora se limitó a diferir el aumento de 5 puntos porcentuales de los aranceles vigentes contra bienes chinos importados -debió comenzar a regir hoy- hasta el 15 de diciembre si las negociaciones en curso no prosperan.
"Todavía hay muchas preguntas sobre el acuerdo, como ‘¿realmente van a comprar US$40.000 a 50.000 millones de dólares en los Estados Unidos? ¿Cuál será el marco de tiempo? ¿Cuáles serán los productos incluidos?’", cuestionó Charlie Sernatinger, jefe global de Futuros de Granos de ED&F Man Capital Markets, en un análisis distribuido entre sus clientes.
Añadió que una cosa es segura, "los chinos no van a salir completamente de Brasil. Tienen una gran inversión en infraestructura allí y respetan el hecho de que la mercadería brasileña ha estado disponible en tiempo y forma para ellos".
En cuanto al monto de compras chinas citado por Trump, Sernatinger recordó que, en 2017, el año anterior al inicio de la guerra comercial, "China importó productos agrícolas estadounidenses por US$27.000 millones, por lo que puede usarse ese dato como punto de referencia".
Y, en vista de lo que ya ocurrió en instancias como la actual, donde los acuerdos estaban a la firma, advirtió que uno de los temores del mercado es que, si las compras chinas no llegan pronto y en la magnitud que Trump espera, el mandatario vuelva a la carga con la intención de elevar los aranceles. "El riesgo aquí es que Trump sea impaciente", dijo el operador.
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