Para evitar el impacto negativo de la RAM se requiere afianzar el compromiso entre los diferentes protagonistas de la producción, la industria y el sector público
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La resistencia antimicrobiana (RAM) involucra y promueve mejoras tanto en la salud humana como en la salud animal y ambiental. Un tema latente en la industria es la utilización de los antibióticos de forma injustificada e indiscriminada, su uso incorrecto aporta a que el organismo de los animales se vuelva resistente a los efectos de los medicamentos y no cumplan con su función cuando se lo necesite. Esto influye en la calidad de la proteína y en la salud de los consumidores.
El uso responsable de los antibióticos en la salud animal es de vital importancia. Para tener una visión respecto a las consecuencias, existen proyecciones del Banco Mundial sobre el impacto económico global de la RAM, considerado un escenario de alto impacto para 2050. Entre los datos que generan mayor preocupación se puede estimar que el mundo perdería el 3,8% de su PBI anual, la producción ganadera de los países de bajos ingresos se reduciría en un 11% y el gasto sanitario aumentaría al ritmo de la carga de la enfermedad. Para evitar esto, los gobiernos, el sector privado, organizaciones del tercer sector y diferentes industrias estamos trabajando de forma activa en estrategias conjuntas y así garantizar un futuro más saludable y próspero. Para lograrlo, una de las condiciones es que todos los antimicrobianos deban ser suministrados de forma responsable y prudente por la medicina veterinaria. Los animales de producción sanos mejoran la calidad de vida de las personas, aportando alimentos seguros y nutritivos. Para ello, el uso de vacunas y tecnologías de diagnóstico mejoradas minimizan el riesgo de propagación de enfermedades zoonóticas entre animales y humanos.
Para avanzar, es importante que todos los involucrados en la cadena de valor contribuyamos a:
●Sensibilizar sobre la importancia del uso responsable de los antibióticos entre los diferentes actores.
●Fomentar un enfoque de Una Salud para generar conciencia sobre la relación que existe entre la salud humana, la salud animal y el medioambiente.
●Ampliar el uso de vacunas y otras prácticas preventivas que reduzcan las enfermedades bacterianas y virales en los animales a través de incentivos, políticas y capacitación para expertos en salud animal, veterinarios y cuidadores de animales.
●Utilizar sistemas de monitoreo, identificación de animales y herramientas de diagnóstico mejoradas que brinden a los profesionales de la salud animal datos y análisis para tomar decisiones basadas en ciencia para mejorar la salud de los animales.
●Fomentar un entorno regulatorio con un fuerte compromiso con la toma de decisiones basada en el riesgo y la ciencia.
La Argentina, en 2015, formalizó la estrategia para el control de la RAM, con una resolución conjunta de los ministerios de Salud y ex Agricultura, Ganadería y Pesca No. 834/2015 Y 391/20152, lo que contribuye a que el país sea protagonista como parte de la solución.
En este contexto, la industria veterinaria desempeña un papel fundamental al aportar experiencia, conocimientos y capacidades para preservar y mejorar la salud y el bienestar de los animales, y, al mismo tiempo, proteger la producción de alimentos a nivel mundial. Desde MSD Salud Animal, estamos comprometidos en liderar iniciativas que promuevan la utilización de vacunas, tecnologías de seguimiento e identificación, y diagnósticos mejorados. Los cuales consideramos especialmente valiosos para proteger la vida de los animales y las personas.
El autor es director general de MSD Salud Animal Argentina