Raúl Díaz, decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Oeste y designado director del Mercado Central, apuntará en principio a acuerdos con cámaras frutihortícolas para que garanticen precios y abastecimiento
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Pocas horas habían pasado desde que el Indec dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que en abril pasado fue del 8,4%, cuando el ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió con sus funcionarios para tomar medidas tendientes a bajar la inflación. De allí surgió la posibilidad de que el Mercado Central se convierta en una pieza clave para reducir el precio efectivo de venta al público de productos frescos, a través de la importación de alimentos. La tarea, entonces, quedó a manos de Raúl Díaz, un profesor de historia muy cercano al ministro y a su familia, que arribará la próxima semana como director.
“Estoy esperando la designación que lleva un trámite, pero ya me puse en contacto con los sectores que integran el Mercado, sobre todo porque nos urgía empezar a tratar el tema de la distorsión que hay de precios. El Mercado tiene una incidencia fuerte en la referencia de precios y era necesario empezar a ordenar. Creo que también tenía que ver con una situación con la que venía el mercado anteriormente: estaba sin conducción y sin relación con los sectores productores. Vamos a tratar de que el producto que le llega al consumidor tenga un valor que no esté distorsionado”, dijo a LA NACION.
Díaz tendrá que lograr el cometido del Gobierno: estabilizar los precios de los alimentos, que tuvieron aumentos en bienes estacionales. Esta semana se comenzó a reunir con las cámaras que nuclean a los operadores de ese centro de distribución por un nuevo acuerdo de precios para el próximo mes.
“Hoy también nos vamos a reunir para definir en conjunto la cuestión muy promocionada del tema de la importación, ya que algunos decían que las rechazaba la gente del Mercado, pero en realidad tiene que ver con que hay un tema de oferta, producto de la sequía, las heladas en Cuyo, los incendios del año pasado en la Mesopotamia. Esos productos generaron una baja [de oferta] muy importante y esto determina una alza de precios por la escasez”, explicó.
En ese sentido, comentó que para los productos que realmente tengan problemas de oferta y que no perjudiquen a la producción local la idea es acordar un proceso de importación para tratar de sostener los precios. Pero aclaró: “De ninguna manera está planteado fronteras abiertas o las importaciones indiscriminadas”.
Agregó que la idea es trabajar en conjunto con la gente del Mercado Central porque son quienes conocen qué productos son los que están faltando, la estacionalidad y sobre qué temas conviene trabajar, pero sobre todo, rever la distorsión que se genera entre el precio de venta mayorista y el precio al consumidor. “Tenemos un buen parámetro en los supermercados, pero cuando llegamos a los negocios de cercanía, hay una distorsión”, dijo.
Díaz es profesor de historia y decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Oeste, además de dirigente de la Agrupación Sur, del Frente Renovador. Para ocupar el lugar que quedó libre tras la salida de Nahuel Levaggi, como director por Nación, dejó la vicepresidencia de Intercargo Sociedad del Estado: “La docencia es mi vocación desde muy joven”.
A través de su designación que saldrá publicada en los próximos días en el Boletín Oficial, tendrá que ejecutar algunas medidas en ese ente tripartito que representan autoridades del gobierno nacional, la provincia de Buenos Aires y el Gobierno de la Ciudad.
“La necesidad que planteó Sergio Massa es establecer una política de acuerdos, consensos, para articular con los sectores en un mercado que venía anarquizado en la conducción, la solicitud es poder consensuar con todos los actores y que no haya esa falta de conexión entre todos los involucrados”, aclaró.
Hoy los operadores son quienes importan de manera particular. “La idea era poner en condiciones al mercado y que en caso de que aquellos productos que puedan ser importados en forma directa, lo que supondría eso un abaratamiento de los costos, lo podamos hacer, pero en este momento el Mercado Central no está en condiciones. Es más, estamos en el hecho de ver si se abre la importación y el Mercado Central va a ser un importador directo, pero estamos en la etapa de ver realmente, porque también en la charla con las cámaras nos dicen que pueden garantizar determinados productos que pueden estar con problemas de abastecimiento. Creo que a partir de poder acordar con la Secretaría de Comercio pueden llegar a garantizarlo”, afirmó.
Actualmente, el Mercado Central tiene como presidente a Aníbal Stella, un referente del peronismo propuesto por el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, el municipio donde se localiza el terreno sobre el que se asienta ese centro de distribución. En los pasillos de ese centro mencionan que el rol de un director es participar de las reuniones de directorio e involucrarse en todas las decisiones políticas que de allí surgen. En tanto, diferencian que las tareas del presidente están relacionadas, por citar, con su voto: vale doble en caso de ser necesario aplicarlo.
Aseguran que dependerá de “los acuerdos” o consensos que logre el director y en si se va a involucrar o no de manera muy activa en las tareas que demandan de mayor asistencia en ese lugar.
En el Mercado Central ya lo identifican como “el riñón de Massa”. En las redes sociales se lo ve muy cerca del ministro y la presidenta de Aysa, Malena Galmarini, además de algunos diputados alineados al massismo. “Recibí una propuesta del ministro de Economía, yo estaba actualmente ejerciendo la vicepresidencia de la empresa Intercargo, de la empresa aeronáutica y necesitaba, por la situación de conflicto que había en el mercado, a alguien con el perfil que pueda desde la relación directa con el Ministerio de Economía y la política del gobierno nacional poder articular y bajarle el nivel de conflictividad para abocarnos a lo más importante, que es que haya precios justos para la gente”, resumió.
La semana próxima espera acordar con las cámaras y ver en qué condiciones está la producción de alimentos de consumo masivo. Después analizarían si es necesario importar desde ese centro o apoyarse en el sector privado. Esta decisión se tomará desde el Ministerio de Economía o la Secretaría de Comercio. De ser necesario, es a él a quien se lo habilitaría en el registro de importadores para que el Mercado Central pueda traer productos como la banana, tomate o la papa, o alimentos contraestación, por un tema cíclico.
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