Raúl Arinci, de Monte Cristo, Córdoba, entendió que la posibilidad de entregar los datos de un lote y recibir información precisa sobre qué pasa exactamente en el ambiente en que produce se volvió una opción atractiva para mejorar la actividad.
Miembro de la empresa Campos & Negocios, desde hace dos campañas tiene bajo relevamiento de la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (Ravit) lo que produce en las 490 hectáreas que alquila a dos kilómetros de Monte Cristo.
Vale recordar que, con el apoyo de UPL y su OpenAg (agricultura abierta), Ravit analiza en forma continua unas 120 variables productivas de 2 millones de hectáreas ubicadas al norte de la provincia de Córdoba. Son 50 los productores que participan y no solo exponen sus campos a la lectura de datos sino también comparten sus decisiones.
La red recaba datos y devuelve información con valor agregado. Los productores obtienen la información que los ayuda a determinar qué deben ajustar para poder acortar la brecha productiva.
"Ravit nos demostró la necesidad que teníamos de fertilizar con fósforo. Si bien veníamos haciéndolo en algunos casos particulares, hay lugares donde estábamos llegando a los límites y se ven las respuestas. De hecho, si hubiésemos sabido esto antes, deberíamos haber arrancado con estas prácticas dos años atrás, pero no teníamos la información", señaló.
"El hecho de poder ver datos contundentes, no solo del análisis de suelo sino también de las respuestas al fósforo en la reacción, es algo que nos llevó este año a replantearnos las prácticas que llevamos adelante", agregó el productor. Para Arinci, la clave está en el concepto de cocreación, donde el protagonista es el productor.
Otra enseñanza ocurrió al conocer la calidad de la implantación en maíz. Con el clima se venía retrasando la siembra y esa estrategia se había consolidado con el pasar de los ciclos.
Sin embargo, tras el intercambio supo que, para el maíz tardío, las siembras que se hicieron más cerca del 25 de noviembre generaron mayores rendimientos, y concluyeron que por cada día de retraso en la siembra se pueden perder, en promedio, unos 70 kilos. Una diferencia de siembra de quince días provocó pérdidas por casi una tonelada de maíz, indican en Ravit.
Según el productor, al estar los datos abiertos "todo el sistema se puede potenciar". Pero con los datos no alcanza, ya que, indicó, hay que transformarlos en información útil y de valor. Apuntar a la cocreación.
"Por cultura y por génesis lo hacemos desde instituciones como CREA y Aapresid (fue uno de los fundadores de la Regional Monte Cristo), compartiendo no solo entre los socios de las organizaciones sino hacia afuera", afirmó.
"El ejercicio de medir, analizar, interpretar, compartir y tomar decisiones nivela a todo el sector productivo hacia arriba y ubica a los productores en la línea de largada hacia una nueva agricultura más abierta y eficiente", remarcó.
LA NACIONTemas
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