El jefe de Estado fue ovacionado 40 veces durante los 40 minutos que habló en el acto de inauguración oficial
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No faltó nadie. Desde muy temprano comenzaron a ingresar los ministros, diputados y senadores de La Libertad Avanza al palco de la Exposición Rural de Palermo. La vicepresidenta Victoria Villarruel se robó las miradas de la gente que se acercó a los anillos de seguridad interna por su pintoresco sombrero y la nula charla que tuvo con Javier Milei, más allá del saludo. El que sí tuvo un intercambio más fluido y jocoso fue el ministro de Economía, Luis Caputo, quien en el momento de saludar al Presidente se vio envuelto en un chiste sobre el uso de un rebenque.
Milei, que llegó pasadas las 11, tomó el micrófono tras el discurso de Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). A los 0.47 segundos desde que comenzó a hablar se escucharon los primeros aplausos y algarabía de la gente de la tribuna que comenzaba a seguir lo que el Presidente decía. Sobre la última parte del acto de inauguración y al pasar una delegación de San Luis, le obsequiaron a Milei un rebenque similar al que estaban utilizando el resto de los gauchos a caballo que hicieron su presentación. Una persona del equipo de seguridad se lo acercó a Milei hasta la primera fila, y entre carcajadas y chistes, el mandatario le agitó al ministro Caputo el rebenque mientras intercambiaban miradas de complicidad. Las risas continuaron por un rato largo para “matar” el tiempo entre espectáculo y espectáculo. Como estaba sentado justo a sus espaldas, cada tanto Milei se daba vuelva para hablar con su ministro.
A la Rural Caputo llegó solo. Atravesó los pasillos del edificio que conectan el estacionamiento con el corredor interno del predio hasta acercarse al palco. Se sentó en la segunda fila. Durante el discurso de Nicolás Pino, Caputo prestó atención, pero cuando el ruralista habló sobre los altos costos que significa para los productores, la logística e infraestructura vial asintió varias veces, más aún en el tramo en el que se refirió a la necesidad de ejecución de obras.
En tanto, Villarruel llegó acompañada del presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala y su equipo. La afinidad de Villarruel con las Fuerzas Armadas era visible, cada vez que se acercaba una tropa era una de las primeras que se ponía de pie para aplaudir. Uno de los momentos de mayor excitación del Presidente fue cuando un gaucho realizó una demostración de semblanza con su caballo. Entonces, Milei hizo un gesto levantando su brazo derecho en tono de victoria al observar que se puso de pie sobre la montura.
El frío comenzó a hacer mella entre los funcionarios, empresarios y asistentes que estaban en las tribunas. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, mandó a buscar un abrigo y una bufanda para cubrirse. Su esposa, María Belén Ludueña, más tarde se dio a la tarea de cebar mates que incluso llegaron un par de veces al Presidente. Pino también le hizo pasar a Milei otra tanda para morigerar el frío. El intercambio se interrumpió después de que Karina Milei le acercó al Presidente otra infusión en un vaso. Entre tanda y tanda, Milei también aprovechó para mandar algunos audios… ¿A quién? No se escuchó.
Uno de los abrazos más efusivos que se dio fue con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Después lo hizo con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Esta última estuvo charlando con empresarios y parte de los funcionarios en el palco. En un tramo del evento también le acercaron a Milei unas revistas que tomó con alegría generando un golpe en el pecho con su propio puño. Durante el desfile de los equinos y la pasada hecha por Justina Ruiz, Milei le hizo un gesto a la joven y expresó un breve “vamos, vamos”.
Esas palabras de aliento y ánimo que le dio Milei a los que desfilaron con los grandes campeones fueron una clara devolución a los aplausos que le dieron a él a lo largo de los 40 minutos que duró su discurso. La primera ovación de la gente llegó antes del minuto uno y estuvo acompañado por un “bien” de la gente que lo seguía en la tribuna. Fueron en total 40 aplausos los que recibió el Presidente durante los diferentes tramos del discurso. Gritos y silbidos retumbaron en la pista central cuando Milei citó que “si la economía fuera un juego de suma cero, nunca habría crecimiento. Esta salvajada solo puede ser producto de la mente de un socialista o de un energúmeno, que es otra forma de llamar a los socialistas. O como también decía Hayek: ‘si los socialistas supieran de economía, no serían socialistas”.
Otra de las partes que más ovaciones se llevó fue cuando Milei indicó que “mientras tanto, acá en Argentina, algunos iluminados despotrican contra los avances tecnológicos del campo y quieren retornar a la agricultura precámbrica para sentirse bien consigo mismos, desde un piso con aire acondicionado en plena Recoleta. Hay mucho mito sobre el campo; ha habido mucha deshonestidad intelectual en la discusión pública, mucha mentira para defender intereses sectoriales. Una de ellas es que el agro no genera trabajo, cuando, actualmente, en nuestro país, la participación del sector agroindustrial en el empleo formal es de aproximadamente el 25%, incluyendo el procesamiento de sus materias primas, el comercio y los servicios derivados”.
Antes de finalizar, Milei dijo a viva voz: “Estoy aquí, en la sede histórica de la Sociedad Rural, para renovar los votos de la sociedad con el campo argentino”. Los gritos no cesaron por unos largos segundos.
Para cerrar, Milei subió el tono de la voz y citó: “¡Viva el campo argentino! ¡Viva la libertad, carajo!”. El retorno de esas ovaciones se sintió en todos los rincones del predio. Antes de retirarse del predio, que estuvo severamente vallado por seguridad, se acercó junto a su hermana Karina a las tribunas que estuvieron más alejadas del palco.
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