Jorge Carlos Collinet, presidente de Hereford, señaló que, pese a las dificultades del último tiempo, hay variables que permiten aguardar un cambio para la actividad
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Jorge Carlos Collinet, presidente de la Asociación Argentina Criadores de Hereford, camina maravillado entre los animales de la raza que competirán el miércoles en la Exposición Rural de Palermo. Su rostro refleja satisfacción ante lo que observa: una prueba fehaciente de la mejora continua en la genética. “Estamos sumamente entusiasmados porque año tras año parece que alcanzamos un nivel de genética de excelencia, pero al siguiente año lo superamos aún más”, expresó, emocionado. Para el ganadero, esta exposición representa la cúspide de la pirámide genética, donde se puede apreciar el progreso genético que luego se derrama en los rodeos puros registrados, los cuales a su vez alimentan a los rodeos comerciales.
En diálogo con LA NACION, el presidente de la institución abordó la compleja situación que atraviesa el sector ganadero en el país. “Venimos de una especie de tormenta perfecta por restricciones a las exportaciones, de un precio internacional bajo, de una sequía espantosa que provocó sobreoferta de hacienda desde diciembre hasta hace pocos días y un mercado interno complicado. Esto hizo que el precio del novillo haya quedado muy rezagado respecto de otros valores de la Argentina”, indicó.
A pesar de los desafíos actuales, enfatizó que los ganaderos deben tomar decisiones a largo plazo y se mostró confiando en que la situación actual “pasará”, dado que el mercado mundial “se mantiene sólido” y la carne argentina “es reconocida como una marca de calidad”.
“Los ganaderos toman decisiones con una visión a tres o cuatro años, en el futuro. Aunque la coyuntura actual no sea la más favorable, es importante invertir en genética”, sostuvo. En ese sentido, dio como ejemplo que un toro que se adquiere en esta exposición o en un remate de las cabañas de aquí a octubre, que empieza el servicio, va a servir a una vaca en octubre-noviembre. La parición se dará en agosto del año que viene, el destete del ternero en marzo del 2025 y, seguramente, el novillo se puede vender entre diciembre de ese año y junio del 2026.
En esa línea, Collinet indicó que, independientemente de la economía y del momento del mercado, la genética es una herramienta fundamental para el productor ganadero, ya que le permite obtener mejores índices de procreo, un mayor precio al destete y una mejor calidad de carne.
“La genética está por encima de las coyunturas económicas. No obstante, creo que esto que está pasando ahora, lo que yo llamo la tormenta perfecta, va a pasar porque el mercado mundial está firme, la carne argentina es una marca y las condiciones económicas del país van a cambiar. Así que esperemos que esa decisión que el productor toma por competitividad interna desde su negocio también se traduzca en un buen negocio económico”, dijo.
En cuanto a la posición de la genética Hereford en el mundo, se encuentra entre las mejores a nivel global. Sin embargo, Collinet lamentó que los gobiernos no promuevan su posicionamiento internacional. “La genética argentina está en los primeros lugares mundiales. Cuando aquí hacemos la exposición rural, vienen de otros países a mirar y adquirir. A veces nosotros no podemos exportar la genética como quisiéramos porque para ello necesitamos convenios comerciales, protocolos sanitarios y, lamentablemente, este país tiene un sesgo antiexportador, entonces no tenemos todas las facilidades para exportar nuestra genética”, expresó.
La jura de la raza en la exposición comienza mañana. Hay unos 100 animales inscriptos y, según detalló Collinet, es una cantidad de ejemplares similar a la del año anterior, pero esperan que el año que viene se supere porque “hay cabañas nuevas y un gran interés”.
Por otro lado, contó que el sábado hubo, en el marco de la muestra, un remate de 120 vaquillonas puro registrado que “volaron y se vendieron con buenos precios, lo que dio muchas expetativas”.
Hereford es una raza de origen británico. Entre las cualidades que el presidente destacó está la capacidad de engrasamiento de la grasa intermuscular, también conocida como “marmoleo”, que es lo que brinda un sabor a la carne. En cuanto a su aspecto productivo, esta raza muestra una notable fertilidad. “Al criador comercial que vende su ternero al destete, le interesa tener un ternero por vaca al año. En Hereford encuentra una madre muy fértil, muy productiva con una gran capacidad de engrasamiento y recuperación que le va a producir sin duda un ternero por vaca al año”, dijo.
Además, se busca que ese ternero posea atributos que lo hagan atractivo para diferentes tipos de compradores, ya sean invernadores tradicionales o feedlots. “En última instancia, el ternero terminará como novillo, con un rendimiento en la media res y con una calidad de carne que se le va trasladando al precio que vende su ternero y el comprador ve en ese ternero el final de su negocio”, dice.
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