Mientras el mercado estadounidense atraviesa la mitad de la rueda diaria en la Bolsa de Chicago –cierra despúes de las 16–, los precios de la soja registran subas próximas al 3,5% y superan la marca de los 500 dólares por tonelada por primera vez desde 7 de julio de 2014. En efecto, el contrato enero se negocia a 500,26 dólares por tonelada, luego de llegar a superar los 504 dólares cerca de las 13.
Entre las razones que alimentan la tendencia alcista se destacan la incertidumbre sobre el impacto del clima sobre los cultivos de Brasil y de la Argentina; las trabas que aún persisten en la logística de los puertos argentinos; la posibilidad de que el martes próximo, en su nuevo informe mensual, el USDA ajuste todavía más su previsión sobre las existencias finales de la oleaginosa 2020/2021 en Estados Unidos; la fortaleza del mercado de los aceites vegetales; la debilidad del dólar frente a las monedas más relevantes para el comercio de materias primas, que favorece la competitividad estadounidense, y la entrada en el mercado de dinero fresco de los fondos de inversión.
Respecto de la nueva cosecha de soja en Sudamérica, hoy el especialista estadounidense Michael Cordonnier redujo de 130 a 128 millones de toneladas su previsión sobre la producción de Brasil y de 47 a 46 millones la oferta de la Argentina. En ambos casos, las cifras resultan inferiores a las previstas por el USDA en diciembre, de 133 y de 50 millones de toneladas, respectivamente.
En cuanto al nivel de las reservas de soja en los Estados Unidos, el mes pasado el USDA proyectó que al cierre del ciclo 2020/2021 quedarían como remanente 4,76 millones de toneladas, el volumen más bajo desde la campaña 2013/2014. Sin embargo, cuando recién comienza el quinto mes de la temporada comercial, los vendedores estadounidenses ya comercializaron el 91,6% del objetivo de ventas externas que el organismo fijó para todo el ciclo comercial, de 59,87 millones de toneladas.
Si el martes el USDA eleva su proyección sobre las exportaciones estadounidenses, inexorablemente deberá recortar su previsión sobre las existencias finales, que quedarían en uno de los niveles históricos más bajos. Sin muchas chances de achicar su cálculo sobre la molienda, estimada en 59,74 millones de toneladas, quizás el organismo deba elevar su expectativa sobre las importaciones de poroto de soja, desde las 410.000 toneladas publicadas en el informe de diciembre.
Por otro lado, en los Estados Unidos ya comienza a disputarse el reparto de tierras para la campaña 2021/2022, y con estas subas la soja comienza a reservar una superficie mayor a la cubierta en el ciclo anterior.
De momento, el maíz también sube en la Bolsa de Chicago. La posición marzo gana poco menos del 2% y se cotiza a 194,29 dólares por tonelada, el nivel más alto desde el 14 de mayo de 2014. En gran medida, los factores alcistas son los mismos que alientan la escalada de la soja.
En cuanto al trigo, a poco más de dos horas del cierre del mercado se negocia con subas mayores al 3%, con un valor de 243,24 dólares por tonelada para la posición marzo, el más alto desde mayo de 2014. Entre las razones de las subas del grano fino se destacan el interés chino en mercadería estadounidense y la sequía que afecta la región de las grandes planicies de los Estados Unidos, donde se producen las variedades de invierno. La debilidad del dólar contra el euro y contra el resto de las monedas que tienen peso en el comercio global también es un fundamento alcista relevante para el trigo
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