En el hogar de Justo José de Urquiza se redactó la Constitución de 1853; las obras de construcción demandaron doce años de trabajo
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El palacio “San José”, ubicado a 30 km de la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay, fue la vivienda rural principal de Justo José de Urquiza, primer presidente constitucional de la Argentina. Fue construida con el fin de habitarla junto a su esposa Dolores Costa y su numerosa familia. Urquiza dirigiría desde ella los destinos de Entre Ríos y de la Confederación Argentina.
El palacio fue contemporáneo al Caserón de Rosas en Buenos Aires (1830) -del cual tomó alguna inspiración- y su origen es según el arquitecto Alberto de Paula, una gran casa de campo colonial que Urquiza estaba haciendo construir en 1848, la cual fue modificada inicialmente por el arquitecto italiano Jacinto Dellepiane (el cual abandona a poco de iniciados los trabajos) y es continuada por otro italiano, Pietro Fossatti.
Las obras de San José demandaron doce años de trabajo, entre 1848 y 1860 y fueron llevadas adelante por tallistas, herreros, pintores y jardineros, muchos traídos del extranjero especialmente para esta construcción. Es un edificio de tipología colonial de patios sucesivos rodeados de habitaciones, construido en mampostería y vigas de madera, con una volumetría simple, pero adornado y ornamentado en estilo neorenacentista italiano, de moda en esa época. El conjunto de edificio, jardines y lago artificial recuerdan a las villas italianas del Véneto.
Llamada por Urquiza “Posta San José”, con el tiempo, su lujo inspiraría a los visitantes y lugareños a referirse a ella como “El Palacio”. La estancia llegó a tener 2500 hectáreas, de las cuales 20 conformaban el casco principal que contaba con parques, jardines y una gran plantación de frutales.
El profesor Manuel Macchi en su obra “El Palacio San Jose” cuenta que la planta del edificio tiene 38 habitaciones, dispuestas alrededor de tres patios. El frente de acceso principal está enmarcado por dos torres simétricas ubicadas en las esquinas.
Este da paso al “Patio de Honor”, rodeado por una galería con una columnata de arcos de estilo toscano, en la que se ubicaban las salas de recepción, escritorios, el salón de billar, comedores y los dormitorios para la familia del general y sus visitantes. Uno de ellos, lugar del asesinato de Urquiza el 11 de abril de 1870, fue transformado posteriormente por su esposa en oratorio. El segundo, “Patio del Parral”, está bordeado por un parral de hierro forjado. Concentraba las actividades de servicio: cocina, despensa, comedor, dormitorios de huéspedes, escritorio, y la guardia militar que controlaba el acceso a la residencia. Existe un “tercer patio”, en el contrafrente, donde hay dependencias de servicio. En sus laterales se ubican la Capilla, la pulpería, la panadería, las cocheras, y dos palomares.
Existe, además, un lago artificial de unos 20.000 m² (hoy abandonado) donde navegaban veleros ligeros. En sus orillas se realizaban suntuosas fiestas.
San José cuenta con servicios de aguas corrientes desde 1856, cuya toma estaba en el río Gualeguaychú, a dos kilómetros del lugar. Su interior está decorado con buen gusto y elegancia, con cuadros, murales y muebles de lujo, marquetería de madera, alfombras, espejos, una cocina octogonal industrial de fundición y bronce y pisos de mármol genovés y lajas italianas.
En el Palacio San José, declarado Monumento Histórico Nacional en 1935, se redactó en 1853 la primera Constitución Nacional y 141 años después, el 24 de agosto de 1994, en los mismos patios, 305 convencionales constituyentes juraron la reforma de la nueva Constitución.
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